Capítulo 17

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Masón había logrado sacar a los pequeños de aquel lugar y llevarles lejos del alcance de las feromonas de Bill, caminabas de un lado a otro en la habitación los pequeños estaban un poco o confusos, pero los juguetes a su alrededor les distraían.

Se mantenía apoyado en el marco de la puerta viéndolos jugar, mordía nervioso una de sus uñas estaba sumamente nervioso. 

-¿Está aquí? -cerro la puerta de la habitación para que los pequeños no miraran y se alarmaran.

-Si maestro - dijo y solo recibió un pequeño asentimiento por parte del contrario, sintió una mano en su rostro levantado su mentón para verle directamente a los ojos.

- Bien hecho Masón, siempre has sido mi mejor sirviente sabía que podía contar contigo- lo halo a la habitación continua cerrando la puerta con desespero, dejó su rostro pegado a la puerta mientras que el otro metía sus manos a la ropa del beta comenzado a recorrerlo.

- Ah... maestro...- su cuerpo se tensaba al sentir sus manos recorrerle, jadeaba un poco al sentir los toques en su piel dejando salir un gemido cuando sintió la intromisión de un par de dedos en su entrada los cuales se movían en su interior golpeándolo y maltratándolo movía un poco sus caderas para lograr un poco más de profundidad.

- Eres mi beta favorito Masón, tu cuerpo es único y exquisito - sabia que sus palabras no eran ciertas, pero no podía contradecirlas sentía su cuerpo estremecerse y resistirse al placer que le estaba dando - abre más tu piernas beta - ordenó y así lo hizo comenzó a embestirlo con su dedos de forma más ruda y rápida justo cuando sentía el clímax llegar sus dedos fueron retirados de su interior -  súplica por más beta.

Le molestaba la forma en cómo le trataba, sabía que solo decía su nombre para persuadirlo y hacerle pensar que era especial a pesar de que sabía que no lo era.

Odiaba ello, odiaba que su cuerpo no pudiera resistirse, odiaba no tener opción, se odiaba a si mismo. Al igual que odiaba aquel complejo que tenía el demonio de ver a los demás de forma inferior y solo ver el segundo género.

- P-por favor maestro...t-tómeme- intentó que su voz no se quebrará, el domino desabrocho su ropa inferior sacando su miembro para introducirla en su interior sin tacto alguno, las embestidas eran rudas y violentas golpeando insistentemente todos sus puntos placenteros. Mantenía su cordura entre el placer y la racionalidad, la primera parte le decías que se dejara llevar y se entregará por completo, pero su racionalidad le gritaba que no lo permitiera, que no podía rendirse había soportado mucho y que no podía rendirse.

Las embestidas eran certeras, su cuerpo lo están gozando y disfrutando demasiado, esta por llegar al clímax nuevamente cuando el demonio se detuvo por un momento para después volver a arremeter contra su cuerpo con veracidad y rudeza. Le dolía y lastimaba, peor no podía decirle los espasmos recorrían su cuerpo y su abdomen se contraía no podía más, soltó un último gemido llamando a su maestro mientras expulsaba su semilla y su interior se sentía tibio.

- Ya sabes que hacer - lo saco de su interior y el beta se arrodilló frente a él para tomar su miembro e introducirlo a su boca, comenzando a engullirlo de s poco sintiendo como su garganta se cerraba a su alrededor. No le gustaba, lo odiaba, pero su cuerpo no, terminó con su "labor" y el demonio estaba a punto de irse.

- Bien hecho Masón continúa así y yo seguiré buscándola la encontraré - sin más se fue del lugar dejando al beta en el suelo con su interior goteando y su respiración acerada.

- Lo lamentó Dipper...




Te traeré de vuelta mi omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora