¿Quién está ahí?

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Ser adoptado no es fácil y las peleas son muy comunes pero esta vez me golpearon más de la cuenta y ya no soporto vivir ahí.

Estoy muy enojado así que corro al bosque, en dirección a donde se encuentra la casa abandonada, mi refugio secreto.

Muchos dicen que está embrujada pero yo sé que no es verdad, son puros cuentos; es cierto que se escuchan sonidos raros pero es porque la casa es muy vieja y destartalada, y la madera cruje por la humedad.

Llego, entro a la casa y me dirijo a un rincón en el primer piso. Prendo una pequeña fogata y me quedo dormido un momento.

Despierto pero todavía no quiero regresar a casa, así que, para matar el tiempo me pongo a jugar con un trozo de madera que estaba tirada; la lanzo solo para atraparla en el aire sin importarme las astillas -ya estoy acostumbrado a cosas peores que ellas- y voy contando cuántas veces seguidas puedo atrapar el palo en el aire sin que se me caiga.

Lanzo el trozo de madera un poco más alto que las veces anteriores y para mi desgracia la punta rasguña mi mano dejando una cortada algo profunda que da paso libre a la sangre. Veo como se escurre y cae al piso, dejando una mancha con una forma curiosa y un contraste que me gusta mucho.

Sacó mi teléfono para tomar una foto a la gota de sangre, pero al mismo tiempo de escuchar el clic de la foto, se escucha una pequeña risa con eco.

Se me hace extraño porque se supone que nadie viene a esta casa, aún así pongo atención por si se escucha algo más. Solo hay silencio. Me relajo hasta que veo por el rabillo del ojo una sombra blanca correr, volteo a ver un poco más alterado, pero no hay nada más que la casa, tal vez mi mente solo me está jugando una mala broma.

Me volteo para ver nuevamente la mancha y perderme en mis pensamientos pero noto que la mancha ya no está, paso la yema de mis dedos por donde se supone que debería estar húmedo o por lo menos pegajoso pero nada, el suelo está completamente limpio de mi sangre.

Veo mi herida y ha dejado de sangrar.

De repente escucho pasos corriendo por el segundo piso, justo arriba de mi y sobresaltado me paro. Doy una vuelta rápido para ver a mi alrededor pero nada. Me agacho a agarrar mis cosas pero me detengo abruptamente y caigo hacia atrás soltando un grito ahogado al ver a una niña peli-rubia con vestido negro justo frente a mi.

Parpadeo un segundo y ella ya no está.

Desesperado por el miedo, agarró rápido mis cosas, me cuelgo la mochila al hombro y me dirijo a la salida.

Escucho la puerta cerrarse de golpe y corro más rápido hacia ella, al verla cerrada trato de abrirla; es imposible, está trabada. Volteo a ver por dónde más puedo salir pero mi mirada se detiene en un niño pequeño vestido de negro.

Parpadeo para verlo mejor porque se confunde en la oscuridad.

Niño: ¿Quieres jugar con nosotros?

-¿Nosotros?- mi mente trabaja al 100% y busco con la mirada a alguien más porque ¿por cuál otra razón diría "nosotros"?

???- Sí, nosotros- suena una voz infantil femenina detrás de mi que me hace sentir un escalofrío recorrer mi espalda.

Me volteo y veo a la misma niña de antes detrás de mi. Ella me mira directo a los ojos y siento como si estuviera excavando hasta lo más profundo de mi alma; incómodo, desesperado, ansioso por salir y asustado, corto el contacto visual. La niña camina lentamente hasta llegar a lado del niño haciendo notar que son de la misma altura, parecen de la misma edad y... bueno, en general, creo que son gemelos porque se parecen demasiado.

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