Sinopsis

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Los Dioses nunca aparecieron y nuestros héroes sufrieron la peor de las muertes.

Uno a uno fueron cayendo, primeramente, Hazel, quien fue derribada de Arion y luego atravesada por una flecha en el pecho por parte de Alcioneo, seguido de Leo junto al Argo II, quien fue derrotado por Mimas, después le siguió Frank que en un ataque desesperado por la muerte de Hazel, termino siendo retenido por varios nacidos de la tierra para luego ser asesinado por Oto, uno de los gigantes gemelos.

Jason lucho arduamente contra Porfirión pero su poder no fue suficiente, y más cuando no hubo algún Dios que lo ayudara, Piper fue la siguiente en caer, la fuerza de su voz empezó a fallar y a pesar de ser más ágil que su adversaria termino agotándose y siendo atrapada por Peribea.

Percy y Annabeth estaban de espalda cuidándose el uno del otro, no se atrevían a separarse en lo más mínimo del campo de visión del otro.

Los gigantes pisaron fuertemente la tierra haciéndola temblar, destabilizando a nuestros héroes, para luego lanzarlos contra las rocas.

Annabeth tenía los ojos llorosos, su cabeza le daba vueltas, su cuerpo le dolía a horrores. Con sus brazos se arrastró hacia Percy de quien se empezaba a formar un pequeño charco de sangre bajo su cabeza, que sin querer ayudo al despertar de la madre tierra.

Los gigantes festejaban, Gea había despertado, el mundo era ahora de los gigantes.

Los héroes perdieron, y no por la falta de poder o valentía, sino por la arrogancia de los Dioses que no aceptaban que necesitan la ayuda de sus hijos, hijos que pagan por los errores de sus padres, niños que fueron obligados a crecer rápido y a luchar en una guerra que no les correspondía. Viviendo una vida de tristeza y tragedia

Annabeth entrelazo sus dedos con los de Percy – Al menos estaremos juntos hasta el final – eso era la parte reconfortante para ambos.

- Quería formar una familia contigo – Percy la miro también con los ojos llorosos, había mantenido las esperanzas de ganar esa guerra, para luego ir a Nueva Roma, estudiar juntos, vivir juntos, casarse, tener una familia, pero esa esperanza se marchito.

- Yo también quería pasar mi vida junto a ti, casarme contigo y formar una familia – confeso Annabeth a pesar de que la idea de dejar el campamento Mestizo no le pareció buena al principio, pero luego de analizarlo se dio cuenta de que Nueva Roma tenía posibilidades en el Campamento Mestizo no había, además de que quería pasar el resto de su vida a lado de Percy.

Peribea y Encelado alzaron sus cuchillos – Te amo Percy

Percy ya no tenía voz para gritar y solo podía ver como el amor de su vida moría y con el efímero consuelo que pronto la seguiría. 

Nuevo comienzo (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora