— estoy embarazada — te dije con un nudo en la garganta, con la cara enferma de blanca y el cuerpo apenas en pie.
Quería que fuera un error pero era el tercer Test que me hacía esta mañana luego de notar el retraso de este mes y para mi mala suerte había salido positivo. Un maldito positivo que se repitió sin errores en los tres test de embarazo.
Estabas de espaldas frente a mi, esta mañana estabas arreglando el auto que había tenido otra falla en el tubo de escape y parecías esmerado en arreglarlo.
Esperé tu respuesta con cada fibra de mi cuerpo ardiendo en miedo. ¿Qué ibas a decir? ¿Cómo ibas a reaccionar? ¿Qué voy a hacer si lo quieres tener? Yo no quiero ser madre.
Te limpiaste las manos y tus manos se apresuraron a sacar la cajetilla de cigarros que siempre llevas en el bolsillo del pantalón izquierdo, casi se te cae el cigarro cuando quisiste encenderlo, lo llevaste a tu boca y con una aspiración ya habías consumido el cigarro a la mitad.
Mierda, lo sabía. La noticia era igual de mala para él que para mí. Comienzo a dudar si fue una buena opción decirle. Maldición, creo que solo debí quedarme callada e ir a buscar un sitio clandestino en donde abortar, aunque perdiera un riñón por ello.
Terminaste el cigarro, lo dejaste caer y lo apagaste con la suela del zapato.
Casi suelto un grito cuando me agarraste de la cintura y me hiciste girar por el aire, aferrando mis dedos a tu ropa con pánico de que me fuera a caer.
Me bajaste y sentía todo mi mundo dar vueltas y vueltas.
— ¡eso es fantástico! lo dices como si fuera una sentencia de muerte. —
Debe ser una broma, definitivamente. Busqué cómo un detective cualquier señal en tu rostro que me dijera que esa felicidad era falsa y por dentro estabas deseando pegarte un tiro.
Al contrario tus ojos brillaban de la misma forma que la vez que te propuse vivir juntos.
Inconscientemente apreté un puño por arriba de mi vientre.
— no Tim, no entiendes... —
Alzaste una ceja soltando un sonido de burla.
— ¿me estas diciendo que no sé cómo hice a ese bebé? — tu mano acaricia mi vientre y luego aprietas todo tu cuerpo contra el mío en un abrazo.
— es un feto por el amor de Dios. No le digas bebé, aún ni es humano — contesté irritada.
No quiero ser madre.
No podría, sería pésima.
No tengo las condiciones.
Un matiz de molestia se dibuja en tu rostro.
— es nuestro hijo, Antonia — recriminaste.
Tus ojos fueron a domar furiosos mis demonios temerosos ante la idea de la maternidad.
Volviste a abrazarme y me sentí tan débil.
— ¿por qué no me dices que iras a comprar cigarros o lo que sea? — dijo queriendo soñar graciosa, pero mi voz le dio un tono más melancólico al chiste que ser un aliviador de ambiente.
Sonreíste de oreja a oreja, despejaste un matojo de mechones de pelo de mi frente y tus labios me dieron un tierno beso en ella.
— porque te quiero — dijiste de la forma más sincera que pudiste — y los cigarros están muy caros. — añadiste como toque humorístico — ¿Por qué lloras, cariño?— dijiste preocupado.
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Ten Cuidado Con Slenderman.
FanfictionSer un proxy no es ningún privilegio, ni lo mejor que te puede pasar en la vida. Ser un proxy significa ser el esclavo de un ente sobrenatural que sólo podrías llegar a ver en tus pesadillas. Eres la cosa, el juguete, la herramienta. Serás marcado p...