-¡Leedo! ¿Otra vez tu cruzandote por mi camino?
-Eso debería decirte yo a ti, Son DongJu.-Dicho aquello, ambos caminaron hacia el otro, quedando frente a frente mirándose de una forma, para nada amigable.
-Parece que en verdad te gusto, ya que no dejas de seguirme a todas partes.-Hablaba con una sonrisa sarcástica aquel peli negro pero DongJu había permanecido en silencio. No se sentía realmente capaz de confesar su amor secreto.-¿Sabes? Odio mirar tu rostro. Odio tomarme contigo a cada parte que vaya.
Gracias a esas palabras. El menor, bajó su mirada alejándose del sujeto, comenzando a caminar lejos.
No contaba con que Leedo le estuviera siguiendo por detrás diciéndole aún más y más de cosas.Su camino se detuvo cuando volvieron al mismo bosque de hace años.
En ese sitio, en donde el menor no soportó más y se dio la vuelta para gritar.-¡SI! ME GUSTA PELEAR CONTIGO, eso nos une más. ¡Si! Me gust.... ¡KIM LEEDO ME GUSTAS!. Gracias, ahora sé que yo no te gustó. No tendré jamás una oportunidad contigo. Gracias por dejármelo en claro con ello, ya no me haré falsas ideas de un romance contigo.-Leedo trató de defenderse, pero le fue imposible, ya que lo habían interrumpido.-Si antes te decía que te odiaba. Ahora lo digo realmente.
-Yo, amo a alguien más.
No había soltado ninguna lágrima el receptor del mensaje. Había sido bastante fuerte aquel chico, por lo que simplemente salió corriendo lejos de él. Dejando a un peli negro furioso. Por lo tanto no dudó en cambiar de forma y cruzar los límites.
Estaba furioso y no sabía porque tenía ese sentimiento si le habían hecho su primera confesión amorosa.
Una vez que se había convertido en un lobo negro comenzó ruñir con sus garras algunos árboles. De la misma manera en que no dejaba de soltar algunos aullidos, que le ayudaban a desestresarse. También, comenzaba a destrozar pequeños seres, gruñía y hacia de las suyas para sentirse mejor.Por parte de DongJu había corrido, lejos, fuera de la vista de aquel pelinegro.
Así que corría, y corría. Ahora no querría saber nada de él. Absolutamente nada.Su andar, no había sido perfecto, pues con una pequeña piedra que se encontró había perdido el equilibrio y cayó.
Al estar en el suelo comenzó con el llanto, sin preocuparse por sus prendas finas que portaba.Duró unos veinte minutos en aquel sitio, para después ponerse de pie y caminar al pueblo, siendo una vergüenza para aquellos que le conocían, y sabían cuanto dinero portaba su familia.
Pasó por una fuente, ubicada en la Plaza Central. En donde vio a una feliz pareja, conformada por dos chicos, en ese momento él se imaginó a sí mismo con Leedo, compartiendo un helado en aquel sitio.
Cabizbajo continuó caminando, arrastrando los pasos y gastandose la suela de sus zapatos.-¿Por qué el amor es tan cruel?.-Susurró así mismo, sentándose fuera de su propia casa. Pareciendo un total pordiosero.
-No puede estar aquí, retirese por fav... ¿Son DongJu? ¿Qué hace aquí joven amo?
-Yo... ¿Podemos mudarnos?
-Lamento mucho esto. Pero me temo que por la boda del príncipe Kim YoungJo y la princesa del norte Jung DaSol. No es posible. Tenemos una invitación especial a la boda. No querrán sus padres arruinar esa oportunidad de presentarse.
-Entiendo.-Susurró para después colocarse de pie, y adentrarse a su propio hogar, en donde se dio una larga y extensa ducha, con agua muy caliente. Relajándose por primera vez en el día.-Soy un tonto ¿Por qué le dije eso? Era obvio que no aceptaría mi amor. Será que... ¿A él le gusten las chicas? Es lo más probable.
No supo cuánto tiempo había permanecido ahí. Hablando con él mismo, mientras su piel se arrugaba con el agua.
Soltando suspiro tras suspiro, sintiéndose completamente tonto.Al salir se vistió de la forma más cómoda posible y se encerró en su habitación. En donde tenía una vista hacia el castillo real.
-De seguro el príncipe Kim no tiene problemas ni conflictos amorosos. Él tiene la vida resuelta.
Todos aquellos residentes en el pueblo, anhelaban con ser reyes algún día. (un sueño imposible para ellos), tenían falsas ideas de vivir en un castillo.
Hasta, había muchos quienes sentían envidia y celos. Y eso era muy notorio en algunos individuos.
En cuanto a la realidad. El príncipe Kim es como cualquier otro humano, teniendo sus propios problemas, sus propias preocupaciones e incluso miedos.¿Qué se sentirá que te digan con quién casarte?
Se preguntaba DongJu mentalmente.La idea de pedir que le busquen a una chica, comenzaba a rondar por su cabeza. Tal vez de esta manera, dejaría de estar pensando en aquel chico que le había hecho sentir mal ese día.
Quedó en su cama toda la tarde. Hasta el anochecer, sin querer saber nada de los demás, de la misma forma en que tardó en conciliar el sueño.
A los pocos días. Pancartas y panfletos de que el joven Son buscaba pareja se veían por todo el pueblo.
Kim GeonHak al verlos comenzaba a quitarlos, no sabía a qué se debían sus actos, pero él continuaba deshaciendose de cada objeto. Solo sabía que estaba enfurecido con aquel hombre.
-Tonto.
-¡Cállate JiEun!
-No, ¿Sabes por qué? Porque eso eres. Un completo estúpido. ¡Él tiene dinero! Y está buscando pareja. ¿Sabes cuántas mujeres irán?. Hasta yo me apuntaría.
-Entonces ve y no pierdas el tiempo conmigo.-La rubia soltó un suspiro para acercarse a aquel que consideraba como su hermano y colocó su mano sobre el hombro del sujeto.
-Él te quiere. Solo está tratando de conseguir que tengas celos. Y lo está logrando. ¿Qué cómo lo sé?, sólo es cuestión de ver cuántos papeles de ese anuncio hay en esta casa. Escucha... Es difícil confesarte a alguien románticamente, no cualquiera lo puede expresar bien. Él te abrió su corazón y tu... Lo rechaste de una forma horrible, yo también estaría furiosa contigo pero, si en verdad te amara demasiado, en el fondo de mi corazón seguirías estando tu y para llegar a ese fondo tendrías que pedirle disculpas.
-¿¡Disculpas?! Él fue quien se confesó, ¡no yo!.
-Entonces... ¿Cuándo te confesarás con HwanWoong? ¿Qué harás si él te rechaza? Creo que... Es lo mejor. Tal vez y Hwan ha encontrado a alguien ¿por qué?, porque tu no fuiste listo en ir a confesarte con tiempo.-La mujer no mencionó más y simplemente se alejó de aquel que había permanecido dos días enteros furioso. Mostrando su rostro de odio a todo el mundo.
Sin embargo habían dos seres quienes no se habían percatado de ello, y eran SeoHo con KeonHee que habían comenzado a salir en esos dos días. Teniendo cita, tras cita. Su excusa era que se habían hecho muy buenos amigos. Olvidándose completamente de la misión que se le había otorgado a GunMin.
KeonHee por su parte, buscaba la mejor manera en conseguir un pequeño remplazo en su trabajo. Ambos chicos juntos, se veían contentos. A diferencia de Leedo quien no cambiaba su rostro violento.
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El Príncipe Y El Anhterio (RAVNWOONG)
Fiksi PenggemarUn príncipe que conoce a una especie diferente a la suya, logra desafiar a su padre y al reino entero. Enfrentando batallas y líos amorosos.