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Laura G.
Hora de jugar.
El lame su clítoris, introduciendo mas su lengua en ella. - entonces quieres quemarte? - dice con la voz entrecortada mientras le sigue haciendo el oral, ella se viene y él se separa. - ¿sabes? Nunca me voy a cansar de probarte todos los días. -
-Sí, quiero quemarme, lo quiero todo contigo. - dice apenas ella llega al orgasmo, agitada le sonríe. - es un buen inicio del día. Buenos días a diosito también. –
-Diosito piensa que eres una pecadora. - él se burla.
-Bien, me encanta pecar y contigo es todo un placer. - afirma.
- ¿Qué opinas si seguimos pecando? - dice provocándola.
-Siempre que sea contigo, mi demonio. - lo mira lujuriosa y con deseo.
- ¿Quieres jugar un rato, mi angelito? - ladea su sonrisa, se pone de pie y busca algo en su armario.
Ella no dice nada en el momento, solo quieres disfrutar... disfrutarlo a él.
Mientras el buscaba unas esposas para amarrarla en la parte superior de la cama, ella espera juguetona.
-Ahora no te podrás escapar de mí. Es tiempo de divertirnos. - dice acercándose poco a poco a ella.
-No sé por qué quisiera escapar, si cada vez que lo intento vuelvo a ti. -
-Porque sabes a donde perteneces- el ríe. -, así como yo no me separare de ti, ahora menos. - le deposita un beso al cual ella responde mordiendo sus labios. - ¿ansiosa por volverme a probar, mi angelito? -
Ella jala de sus esposas. - siempre, mi demonio. – sonríe maliciosa.
Él baja por sus pezones pellizcándolos un poco, bajando sus manos recorriendo todo su cuerpo y apreciándolo, agarra su cintura y la estrecha, baja por sus caderas enterrando sus dedos por todo su abdomen descendiendo hacia su parte más sensible, pero se detiene. Ella lo mira con determinación.
-Dije que vamos a jugar. - él se ríe por lo agitada que la tiene por solo recorrer su cuerpo, aunque él también la tiene dura de ver la excitación que ejerce sobre ella.
Lourel desciende su mirada a su erección y consigue mojarla más. El sube hasta su rostro, dándole un beso húmedo que baja a su cuello, mordiendo y lambiendo, llega a sus senos, los besa, muerde sus pezones haciéndola escapar un pequeño chillido, pasa su lengua por todo su abdomen y llegando casi a su sexo empieza a dar besos haciéndola remover alterando su respiración aún más.
Siente que la excitación de ella aumenta y decide alejarse. Va hasta la mesa de noche y abre un cajón sacando un vibrador encendiéndolo a velocidad media posicionándolo en su clítoris, va a la mesa saca unos cigarros y se sienta en una silla en la esquina de la habitación y lo enciende mientras ve a su ángel a punto de llegar al orgasmo. – vamos a hacer algo, si llegas al orgasmo sin decir ni una sola palabra te dejare hacer lo que tú quieras, pero si apenas te escucho jadear, te castigare como no lo has experimentado. – dice dando una calada a su cigarro, a la vez con una sonrisa traviesa.
Ella eleva la comisura de sus labios soltando una leve risa- eso es trampa. –dice entre suspiros.
-Sabes cuánto me gusta hacer trampa, amor. - tiene una voz ronca y juguetona. - porque así sé que ganare. - ella jala de sus esposas aún más fuerte arqueando su espalda.
-Ya veremos quién pierde, amor mío, observa. - simplemente se deja llevar por el placer y ver que ya viene su orgasmo, jadea, gime, se mueve, todo viéndolo a él, desafiándolo. - adelante, ah!, ¡déjame llegar al orgasmo, Axel, oh!!-
Esas tres palabras detonaron su paciencia y lo llevaron al límite, apago su cigarro, abrió aún más sus piernas y saco el consolador. - aquí el único que te hace llegar a tal grado seré yo, y más si estás diciendo mi nombre, Lourel. - el queda encima de ella, estando lista para él, mojada y a su límite.
El la besa con firmeza confirmando que el mando en este juego al cual le llaman "pecar", se separan y se miran de manera complaciente. Retándolo dice- ¿Qué pasa amor? ¿Se te acabo la magia? – se le escapa una leve risita y tono de burla y antes de que ella pudiera decir algo se introduce en ella penetrándola, suelta un gemido con una mezcla de grito, cuando hace una embestida de manera salvaje.
-El día que se me acabe la magia el infierno se congelara y yo seré impotente. - dice y ambos llenan la habitación de suspiros y gemidos.
-El día que el infierno se congele, tu y yo lo calentaremos, porque tú eres fuego y yo decido quemarme. - ella jadea besándolo. Aceleran su ritmo, perdiendo el control y la sincronía de sus penetraciones. Gruñidos salen de él, al igual que ella. - ¡más rápido! - pide gimiendo, en ese instante ella alcanza el punto máximo del orgasmo y él se corre en ella.
-Contigo la magia nunca se acaba, mi ángel, no lo dudes o tendré que demostrártelo de nuevo. Jugando otro poco más. - le da un beso.
-No por miedo dejaras de jugar. - dice devolviéndole el beso. - ha sido un buen inicio de día. – se levanta para dirigirse al baño y alistarse.
-¿Te acompaño? Con eso ahorramos agua y ayudamos al medio ambiente. - pregunta Axel.
Lourel ríe ante ello. - tú crees que, si entramos en ese baño juntos, lograremos salir? - se gira para ir al baño, pero ella sujeta por la cintura, pegándola a él.
-Yo quiero seguir jugando. - le da besos por su cuello.
-Axel, tenemos que salir. - apoya su cabeza hacia atrás en el pecho de él.
- ¿Estas segura? - dice con voz ronca sin parar de dar besos en ella.
- Muy segura. Calma esos demonios que ruegan por salir a jugar con los míos. No demoro en el baño. - le guiña el ojo y cierra la puerta de aquel.
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Pecado o Aprendizaje.
RomansaLourel Fiore y Axel Grace. Complicado. Emocionante. Y a tiempo el uno para el otro. ¿Por que? Porque no es pecado, es aprendizaje. ¿Su propia destrucción o salvación? Tal vez ambas. Somos la casualidad, llena de intención. ¿Es justo lo que necesit...