Mantenerte atada a mí era rogarle a el cielo dejar de sufrir en este infierno en el que me mantenía prisionero, era llorar esperando consuelo y recibir silencio, por tratar de tenerte a mi lado, me volví un gran criminal y él robar minutos de tú vida era mi mayor delito; todo ésto era para continuar el delirio de qué no estaría sólo en éste castigo.
Llegué a la conclusión de qué la felicidad era mutua, de qué era balanceada, más viví en un cuento de hadas todo esté tiempo y la amarga realidad trataba dé no verla poniéndome una venda pará no notar la pena que te causaba, en mí mente desgastada nuestra primera reunión recordaba; yo era un vagabundo al que acogiste en tú casa aún sin la necesidad de hacerlo, te ví como una luz de esperanza en la noche infinita por la cuál lleva días caminando, gozamos, reímos, nos divertimos, más las historias felices tiene un final y el nuestro sólo duró dos días justamente al verte alejarte en medio de la llovizna con mi mano tratando de tocarte y mí cabeza pensando en el error qué había cometido.
La gotas dé lluvia disfrazaban las lágrimas qué mi rostro manchaban, mis piernas fallaban por la larga caminata que llevaba sin rumbo alguno en la penumbra de la estrellada acuarela nocturna que encima dé mí cabeza me acompañaba; cada pasó, cada suspiró, cada jadeó, la respiración se congelaba a los segundos pasantes dé la desesperada persecución por la dependencia dé su voz y toqué qué cómo una droga me sedujo hasta no poder vivir sin ella.
No deseaba caer y rendirme, pero el susurro en mí cabeza pedía qué lo hiciera, qué podía encontrar? Su felicidad? mientras yo me desmoronaba a pedazos?...
Yo era él villano en su historia y éso lo sabía, las cadenas que me negaba a soltar le impedían caminar con total libertad, creía con firmeza que mi postura era correcta, qué sin ella yo no saldría dé mi celda, que con ella conseguiría la llave de la libertad, pero solo mírame muriéndome en esta zanja con sus recuerdos carcomiendo me la cabeza y la luna siendo la qué me regalaría la última luz dé está lamentable vida.
Por fin te volví a encontrar eh?...luna.
