La estatua de Peter Pan

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Draco opto por ir al lugar de la manera muggle, pensó que la castaña no se aparecería ni nada por el estilo, sabía que siempre que podía hacer las cosas por ella misma las hacia sin necesidad de magia, por lo que él haría lo mismo.

Recorría aquel lugar y se maravillaba de lo hermoso que era, tan verde, tan cálido, tan alejado del ruidoso mundo que lo rodeaba, era maravilloso. Luego de un rato se percató que frente a él, a unos cuantos metros, se encontraba la estatua de un niño tocando algo parecido a una trompeta alargada -"Peter Pan..."- se dijo.

Se fue acercando lento hasta su destino, mirando en todas direcciones buscando a su castaña... Y fue ahí cuando distinguió dos figuras cercanas a la estatua; un joven que no debería tener más de 18 años, de estatura normal y delgado aunque no por eso debilucho, y de un cabello castaño, un color que reconocería en cualquier lugar, a su lado una mujer de cabello corto, castaño, un poco mas baja que el joven pero con todo el porte de alguien respetado, pero por sobre todas las cosas hermosa, tan hermosa como la recordaba... La miró y sintió como si tuviera 17 otra vez y fuera a invitarla al baile de navidad. En ese momento ella se dio vuelta, lo vio y en su rostro apareció una gran sonrisa, la sonrisa que había robado su corazón tantos años atrás. Miro como se acercaba al joven que tenia en frente, este de inmediato se dio vuelta, sin ningún disimulo, y tuvo una reacción rara, noto que se ponía tenso y en su rostro apareció algo parecido a una sonrisa pero al mismo tiempo veía algo de incomodidad en la misma.

-Pensé que no vendrías...- dijo Hermione con una sonrisa tímida y con las mejillas sonrosadas.

-Como podría faltar, si fui yo quien te pidió que nos viésemos... Te... Te ves hermosa...- dijo el rubio aun en shock por escuchar nuevamente esa voz tan peculiar

-Cof...cof...- Tosió el joven, incomodo por aquella situación

-Oh! Perdóname corazón- Dijo la castaña- Draco, este es mi hijo, Ryu Weasley. Hijo el es Draco Malfoy

-Hola señor Malfoy... Encantado de conocerlo. Mi madre me hablo mucho de usted...- dijo Ryu, estaba totalmente emocionado y sumamente nervioso al poder ver frente a frente a su padre, aunque el aun no lo supiera...

-Hola, igualmente, encantado de conocer al hijo de Hermione. Espero que te haya hablado de las partes buenas de la historia- dijo el ex serpiente con cara de burla y un poco de vergüenza impregnado en ella. El hombre miro al joven y vio mucho de la muchacha en su primogénito. El color de su cabello, la forma de sus dientes, el perfil de su rostro. Pero algo llamo su atención: los ojos del chico eran de un color gris profundo con unos cuantos reflejos chocolate en ellos. No recordaba que Charlie tuviera los ojos del mismo color que él...

-Mmm... Podría decirse que se las dos partes de la historia. Pero creo que la segunda parte lo redime totalmente señor

-Oh! Por favor, dime Draco, ni siquiera en mi trabajo me tratan de señor, a demás no soy tan viejo

-Bien, eso me lo dice todo, ningún cambio de actitud, sigues igual de egocéntrico y engreído- dijo la castaña y soltó una carcajada

-Por supuesto, mi querida Leoncilla, sigo siendo Draco Malfoy jajajaja- rio con ganas por primera vez en mucho tiempo, mientras que Hermione se sintió repentinamente una adolescente otra vez. Escuchar el antiguo apodo con el que aquel mismo hombre la llamaba cuando eran jóvenes le provocó mil sensaciones distintas.

-Muy bien, muy bien, creo que empecé a sobrar- dijo el muchacho y se giro a su madre- Ma voy a buscar a Tagui para dar unas vueltas, si quieres me avisas y te busco.

-No te preocupes pequeño dragoncillo, si te necesito te llamo- acomodo el cabello de su hijo y le beso la frente.

-Mil veces, y mil mas... NO ME LLAMES PEQUEÑO DRAGONCILLO- le dijo levantando su vos dos octavas más de lo normal pero con una gran sonrisa en su rostro y también beso la frente de su madre para luego dar media vuelta y retirarse.

Aun no es tardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora