CAP 27

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Después de estar en la piscina durante una hora, mi piel estaba toda arrugada y yo estaba muerta del cansancio. Todos salimos y nos sentamos a tomar el sol un rato y decidimos pedir un domicilio de pizza. Mientras este llegaba decidí darme una ducha para retirar el cloro de mi cuerpo, fui a la habitación envuelta en una toalla para no mojar el piso; entre directa al baño sin percatarme de cerrar completamente la puerta de la habitación.

Tome una rápida ducho y salí envuelta en una toalla seca, me mire en el espejo que estaba en el baño durante un rato, tenía el pelo alborotado y las mejillas sumamente rojas. Sonreí a mi reflejo, este era definitivamente en el que mejor lo estaba pasando conmigo misma, tome el bloqueador solar y aplique un poco sobre mi rostro, asimismo un poco de bálsamo labial haciendo resaltar esa zona.

Salí a la habitación para poder vestirme llevándome la sorpresa de que Villa estaba acostado en la casa esperándome

— ¿Qué demonios haces aquí? — Dije mientras sujetaba con más fuerza la toalla que cubría mi cuerpo

— Solo quería estar un rato a solas contigo. — Dijo alzando los ojos

— ¿Eres del todo consiente de que estoy desnuda, verdad?

— Eso es un minúsculo dato, que, si conozco, pero si a ti te genera incomodidad puedo irme. — Esta vez levanto los hombros restando importancia a la situación — No es como si no hubiera visto nada de eso antes. — Comentó haciendo referencia a las veces que nos habíamos metido todos juntos a la piscina sin nada de ropa, cabe resaltar que éramos pequeños.

— Dios, tienes una excusa para todo. — Dije riendo mientras buscaba ropa en mi maleta — Solo daté la vuelta.

El sin rechistar me dio la espalda mientras yo ponía mi ropa interior por debajo de la toalla, cuando tuve puesto el short le dije que podía voltearse. Él me vio atentamente durante un rato al mismo tiempo que yo me acomodaba la camisa y comenzaba a peinar mi cabello.

— Eres hermosa, ¿Lo sabías? — Preguntó mientras se acerba a mí.

— Claro que lo sé. — Comente riendo al ver su expresión al momento en que esas palabras salieron de mi boca.

Él me tomo de la cintura e hizo que cayéramos los dos a la cama quedando yo encima, la puerta se abrió y un Martín que se quedó con las palabras en la boca se hecho sobre nosotros mientras le gritaba a Villa que me soltara y que no se le ocurriera volver a tocarme de esas formas tan indebidas.

Al final todos nos levantamos de la cama, yo un poco golpeada a causa de mi mejor amigo tratando de separarme de Juan Pablo, y salimos de la habitación atrayendo las miradas de todos; quienes se encontraban ya sentados alrededor de la mesa con la pizza en medio y un par de botellas de Coca-Cola.

— ¿Se puede saber que eran todos esos gritos? — Preguntó Simón cuando nos sentamos junto a ellos.

— Juan Pablo Villamil Cortes estaba toqueteando a mi mejor amiga y eso no lo voy a permitir mientras Andrea este bajo mi supervisión. — Dijo mientras se sentaba al lado de Laura al mismo tiempo que tomaba de mi brazo para que sentara al lado de él.

— Martín no sea exagerado que yo no estaba toqueteando a nadie, solamente la tenía agarrada de la cintura. — Dijo Villa riendo tratando de sentarse a mi lado mientras Martín lo apartaba con un brazo

— Bueno ya, dejen la bobada, Martín eso de cuidar virginidades ajenas no me agrada, y menos cuando se trata de la mía. — Comenté seria.

— Ay no te enojes, solo te estoy cuidando. — Dijo mi mejor amigo dejando tranquilo a Villa y abrazándome completamente.

— No estoy enojada bobo, solo creo que esta escenita de celos de mejor amigo es totalmente innecesaria. — Dije mientras me servía unos de los trozos de pizza.

— Esto se puso intenso por un momento, no me jodan que voy a tener que dormir con esos dos toda la semana. — Dijo Isaza quien había estado particularmente callado todo aquel singular momento.

— Ya decía yo que habías estado demasiado callado. — Comenté ganándome una mirada asesina de mi amigo.

— Mi perro lo compadezco. — Dijo Alejo, quien también dormía solo, dándole una palmada a Isaza en el hombro.

El resto del almuerzo hablamos de cosas tribales y reímos demasiado, dado por terminado el momento fui y lave lo que habíamos ensuciado, era poco y me serviría de ventaja para no lavar tantas cosas en todo el paseo. Cuando salí de la cocina no había absolutamente nadie donde los había dejado, en la piscina solo estaba Isaza acostado en una silla, por suerte a la sombra porque se veía que estaba bastante dormido y seguramente si estuviera al sol se levantaría con un buen nuevo bronceado. Los demás seguramente se encontraban en sus habitaciones, así que yo me dirigí a la que compartía con Villa e Isaza.

Al entrar me encontré con un Villa dormido sobre la cama, su rostro estaba totalmente relajado por lo cual sus labios formaban un pequeño puchero, no me pude resistir y deje un pequeño beso antes de ubicarme a su lado, esta acción provoco que me envolviera con sus brazos y me acercara a su pecho. En ese momento no importo ni tan siquiera el calor que hacía en aquella habitación, me quede ahí quieta siendo sostenida en sus brazos escuchando el melódico latido de su corazón; si creo que puedo acostumbrarme esto.


Mil Tormentas// Juan Pablo Villamil// MoratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora