Vencer al Pasado 2: El Deterioro del Aura

7. Error.

Narra Sun

Desperté de mi sueño con un gran chorro de agua en mi cara. Fue algo totalmente repentino y que me hizo dar un salto.

Guzmán: PUAJAJAJAJAJA!

Frente a mí, vi a Guzmán junto con su Golisopod. Deducí que este había sido el que me había despertado.

Sun: No tiene gracia.

Guzmán: Es verdad. Ahora tendrás que volver a lavarte el pelo... JAJAJA!

Sun: Grr...

Handsome entró por la puerta y vio aquella extraña escena.

Handsome: Guzmán... Te dije que le despertarás, no que armarse un estropicio.

Guzmán: Le he despertado o no?

Sun: Técnicamente, tiene razón...

Handsome: Pf. Sun, te están esperando. Arréglate que sales.

Cuando salí, vi que estaban reunidos con Corelia y el Megayayo. Nos esperaban sentados en una mesa con el desayuno.

Corelia: Buenos días Sun!

Sun: Buenos... días.

Megayayo: Hoy comienza tu entrenamiento... Te ves preparado?

Sun: La verdad, no me queda otra opción.

Mizuki: Venga ya, por qué tan pesimista? Todo saldrá bien, no temas.

Miré hacia abajo. La verdad, era un plan ridículo. Éramos un detective, un ex delincuente, una chica cualquiera y yo. Y luego teníamos la ayuda de un abuelo. Cómo íbamos a desmontar a una organización criminal? 

Sun: Solo creo... que las cosas se vuelven cada vez más difíciles. Sí, ahora tenemos más apoyo, pero... Esto me agota.

Handsome: Te entiendo, tú no deberías estar metido en nada de esto. Pero una vez entras, no puedes salir. Ahora te están buscando, Sun. Volver a Alola es impensable.

Sun: A menos que no me vean.

Todo el mundo se quedó en silencio. Aquello me salió solo, ni siquiera creía que iba a poder ocultarme de ellos. Pero tenía que pensar en alguna manera para volver.

Guzmán: Cómo piensas hacer eso? Listo...

Sun: Pues... 

Handsome: Sun, se realista. No podemos volver ahora. Estamos haciendo todo lo que podemos, es que no es suficiente?

Cabizbajo, asumí la realidad.

Sun: Perdón.

Megayayo: Pobrecito. Tiene que estar agotado, y desesperado por volver a su hogar. Todos somos así cuando se nos priva de él.

Sun: Sí... Además, todo fue muy repentino. Nos vimos en peligro, y tuvimos que huir. Aunque el plan estaba pensado desde hace tiempo, nos vino de sorpresa. No pude despedirme bien.

Mizuki: Ahora eso no importa. No sirve de nada ahogarnos en las penas del pasado. Tenemos que seguir adelante, sí?

Sun: Lo intentaré... Gracias por el apoyo.

Megayayo: Debes estar feliz para poder alcanzar tu objetivo. Uno de los requisitos para la megaevolución es la paz mental, y la tranquilidad y estabilidad emocional. Por suerte ya contaba con encontrarte nostálgico y melancólico, así que preparé un entrenamiento para eso.

Sun: Tengo que esforzarme. Apenarse no sirve para nada.

Guzmán: Esa es la actitud chaval! Cuando termines de entrenar te invito a algo, así se te van las penas.

Handsome: Recuerda que el chaval es menor.

Guzmán: Bah! Aquí les da igual la edad que tengas. Además aparenta ser más mayor. Le dejamos unos días sin afeitar y ya parece mi padre.

Sun: Eh!

Después de desayunar entre risas, fui con Corelia y el Megayayo a un prado, al aire libre. Empezaba mi entrenamiento.

...

Pasaron tres meses desde el día que empecé a entrenar. Ese entrenamiento, no solo me hizo poder dominar la megaevolución, sino que también me había aportado varias ventajas para mi día a día. Por ejemplo, sin estar mirando, podía saber cuántas personas había a mi alrededor.

Pero no todo eran ventajas... La sincronización se nos resistía. La verdad es que no tenía muchas esperanzas, era una técnica relativamente nueva y el Megayayo no sabía casi nada de eso. Solo pudimos conseguir hacerla un par de veces, y tanto Lucario como yo acabamos agotados, él por la sobrecarga de energía y yo por la falta de esta.

Estaba sentado en el prado del entrenamiento cuando noté la presencia de alguien más, acercándose.

Guzmán: No me has localizado?

Sun: Sí... Pero no te he dicho nada.

Guzmán: El tiempo pasa volando verdad? Ya van más de tres meses desde que nos vinimos aquí...

Sun: Añoras Alola?

Guzmán: La verdad sí. Sigue siendo mi hogar... Aún después de haberle hecho tanto daño.

Sun: De eso quería hablarte...

Me levanté y me giré para mirarlo

Sun: Te acuerdas de mi padre?

Guzmán: A qué viene eso ahora?

Sun: Fue él, fue su muerte... Fue ese suceso el que hizo que yo esté viviendo ahora todo este infierno. Sabes los hombres de quién le mataron?

Guzmán retrocedió.

Sun: Si... El Team Skull. Te suena? Sé que dijimos de dejar el pasado atrás, pero... Matr a mi padre es demasiado.

Guzmán: Sun, escúcha-

Sun: NO HAY NADA QUE ESCUCHAR! MALDITO ASESINO!

Guzmán: QUE YO NO LE MATÉ!

Sun: Y QUIÉN SI NO?

Guzmán: ACASO NO LO VES, IMBÉCIL! EL TEAM RR SE HACÍA PASAR POR NOSOTROS! EL TEAM SKULL ESTABA PRESIONADO, Y SOMETIDO A ELLOS! SUPLANTARON NUESTRA IDENTIDAD Y NOS COMÍAMOS NOSOTROS LA MIERDA DE LO QUE ELLOS HACÍAN!

Me giré.

Sun: Debería creerte?

Guzmán: SÍ!

Sun: Es igual...

Saqué un billete de mi bolsillo.

Sun: Voy a coger un barco a Alola. Voy a volver, y haré las cosas por mi cuenta.

Guzmán: PERO QUÉ HAS HECHO!

Le miré, extrañado.

Guzmán: Acabas... acabas de decirles que vas a ir a Alola. Los RR, ellos ya lo saben. Todo porque TÚ no has pensado. LO CONTROLAN TODO! ES QUE NO LO ENTIENDES?

Handsome: Pero... se puede saber qué es este alboroto?

Guzmán: SUN HA COMPRADO UN BILLETE A ALOLA! A SU NOMBRE!

Handsome: Acabas de liarla. Vámonos, tenemos que ir a Alola antes de que alguien salga herido.

Sun: Yo...

Handsome: Guzmán, no seas tan cruel. Al chaval le ha pillado en un momento de debilidad y ha pensado en ir... Ve llamando a Mizuki, yo llamaré al helicóptero.

Guzmán: Recibido! 

El peliblanco se fue a hacer lo que el detective le mandó. Yo aún seguía dudando sobre las consecuencias de lo que había hecho. Acaso iban a ir a mi casa? Acaso iban a herir a alguien? No podía permitir que eso ocurriera, así que me preparé para irme.

Handsome: Por cierto, Sun...

Levanté la cabeza.

Handsome: Que sepas que Guzmán no mató a tu padre. El nombre de la persona a la que buscas, es Giovanni.

Dicho eso Handsome se fue. En ese momento juré, que daba igual lo que pasara, solo quería encargarme de que ese tal Giovanni pagara por sus acciones.