baby can't you see? | Goyuu

Parte 2

El desayuno es incómodo y no está seguro de cómo sobrevivió.

Está acostumbrado a que Yuuji sea quién habla durante toda la comida, debían callarlo para que terminara de comer y dejara de distraer al resto.

Pero hoy se levantó de la mesa con la mitad de su platillo aún sin tocar, ignorando completamente las miradas de las otras tres personas en la mesa. 

Megumi suspira y continúa comiendo, Jin mira con preocupación la dirección en la que se fue su hijo y Gojo aprieta los labios con fuerza para no gritarles cómo pueden dejar que Yuuji se aleje con tanta facilidad. 

Termina con prisa el resto de la comida en su plato y eso llama la atención de Megumi. Con una mirada está claro que sabe de las intenciones de Satoru de ir detrás del chico. 

—No es buena idea. 

—¿Y lo que tú has hecho fueron buenas ideas?

Oculta el enojo en sus palabras detrás de su característico tono dulce de voz. No es un reclamo, ni busca hacer sentir culpable a Megumi, pero no debería sentirse con el derecho de detenerlo. 

Podrá ser su mejor amigo pero Megumi— no, cualquiera sabe que el vínculo entre Yuuji y Satoru es diferente. 

—En mi defensa— esta vez Megumi se dirige a Jin— Se lo advertí, así que no quiero verme en medio de su drama. 

—Es Satoru-kun, tal vez...— Jin lleva su mano derecha a su nuca, en señal de nervios— Tal vez él pueda hablar con Yuuji. 

—¡Sabes que puedes confiar en mí, papá! 

Se pone de pie con sus ánimos mejorando un poco después de tan desastroso desayuno. Recoge su plato y vaso para llevarlos a la cocina y correr detrás de Yuuji hacia su habitación. 

Con su velocidad (y la nueva lentitud en los movimientos de Yuuji) logra alcanzarlo cuando está abriendo la puerta. 

—¡Yuuji! 

—Ah, Gojo. 

Ignora la reaparición del dolor de su pecho por otro seco saludo, dando los pasos suficientes para quedar frente a frente con él. Mirándolo más de cerca, no puede evitar seguir comparando el Yuuji que regresó de la universidad con el Yuuji con el que habló la noche de la fiesta de despedida. 

En ese entonces sus ojos brillaban de la emoción, vibrando por la anticipación de comenzar una nueva etapa, no dejaba de repetir todo lo que haría y que por fin estudiaría con gusto. Ahora, no hay ni una pizca de luz en la mirada de Yuuji. 

Ni siquiera con la cercanía de Satoru, que siempre lograba animarlo.

—No creas que podrás huir de mí, eh. Me debes demasiadas salidas por estos meses separados ¡Tengo hasta una lista de lugares!— ríe, mostrando su celular para dar énfasis— Podemos empezar hoy ¿O tienes planes?

Yuuji lo mira sin decir palabra alguna por un segundo. Pero los segundos se van multiplicando y no sale ningún sonido de él. 

—¿Yuuji?

Por un segundo, Gojo cree que el brillo en los ojos de Yuuj ha regresado. Pero con la misma rapidez que aparece, se va para traer de vuelta la dura mirada que pone sus pelos de punta. 

—No me siento bien, lo siento. 

De nuevo con las respuestas cortas que dejan a Satoru sin posibilidades de persuadirlo. Yuuji hace unos meses habría respondido "No me siento bien hoy ¿Qué tal mañana? ¡prometo recompensarte!"