Capítulo 17

6.3K 420 31
                                    

Después de aquella conversación Elliot me llevó de regreso a mi casa. Le expliqué que tomaría un poco de tiempo volver a como éramos antes, sin poder evitar sonrojarme al pensar en aquel día en su lugar secreto. Aceptó con la promesa de llevarme a conocer su verdadera casa en los próximos días y dijo que se mantendría en contacto por mensajes como usualmente lo hacía.

Regresando a mi rutina, sabía que era hora de afrontar a mi abuelo y descifrar de una vez por todas lo que estaban tramando los Black. Había dejado sus documentos pendientes, encima de mi buró y deliberadamente actuaba como si estos no existieran. Sin embargo, después del no tan agradable encuentro con mis primos, entendí lo importante que era involucrarme en todo eso, aunque no lo quisiera así.

Al abrirlos, noté que se trataba de una antigua investigación. Como había temido, el asesinato de mis padres no había sido ningún accidente, todo tenía que ver con un supuesto "socio" de mi padre, el cual lo convenció de entrar a un negocio muy prometedor que resultó ser un fraude total y por consiguiente nos llevó a acumular aquella enorme cantidad de deudas. Era demasiado joven para que me incluyeran en aquel tipo de conversaciones, pero recuerdo haberlos escuchado murmurar sobre ese señor cuando nos hospedábamos en ese motel de mala muerte.

Me quedé pensativa unos minutos y no pude evitar cuestionarme por qué motivo el abuelo estaba tan deseoso de sacar esa información a la luz después de tanto tiempo. Mejor dicho, tenía que pensar exactamente qué era lo que él ganaba con eso. Puesto que Antonio Black no era una persona que hiciera las cosas solo por el deseo de ayudar al prójimo. Ni aunque se tratara de alguien con su propia sangre. Seguí hojeando los documentos y encontré una nota pegada a la última página. Ahí estaba el número del detective privado. Dudé un poco, pero al final me armé de valor y llamé a su secretaria para programar una cita esa misma tarde, en un café cerca de la universidad.

Muchas cosas sucedieron en un pequeño lapso de tiempo. El reencuentro con los Black, el descubrimiento de las mentiras de Elliot y mi aceptación en la convocatoria para la beca. De lo único que no tenía aun una respuesta concreta era del remitente de aquel extraño celular que anteriormente no dejaba de llamarme. Después de recibir el mensaje donde terminé viendo al verdadero Elliot en acción, dejó de intentar contactarme. Claramente le mandé varios mensajes al remitente también. Necesitaba saber quién era cuánto antes. Pensar en eso me hacía sentir como una hipócrita. Le hablaba a Elliot de ser honestos el uno con el otro y yo no había sido capaz de contarle nada acerca de cómo di con él y descubrí su verdadera identidad. Decidí que la próxima vez que nos miráramos, le confesaría todo lo que sabía y le prometería que le ayudaría a descubrir quién era ese o esa que intentaba sabotearlo.

***

—Señorita Black.

Despegué la vista de los papeles que leía sobre la universidad y miré con detenimiento al hombre canoso que me saludaba. Su imagen coincidía a la que venía en los documentos de mi abuelo y me puse de pie.

—Buenas tardes, señor Fox.

Cuando llamé al detective para quedar en una fecha, nunca pensé que estaría de acuerdo en reunirnos esa misma tarde. Pero después de mucho sospechar, recordé quién era la persona qué le estaba pagando por eso y todo recobró el sentido. Obviamente no haría esperar a clientes como mi abuelo. Quienes podían tratar de hundir su carrera en cualquier instante si no se hacía, las cosas como él las deseaba. De primeras impresiones, daba la imagen de ser un hombre bastante sensato. Tenía ese aire de suficiencia, que te hacía pensar que era el indicado para resolver cualquier tipo de problema que tuvieras.

Hice uso de los modales que fui obligada a aprender de niña y lo invité a tomar asiento.

—Lamento haber tardado tanto en ponerme en contacto con usted.

Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora