Capitulo |1|

2.1K 112 8
                                    

2013

|Narra Damara|

Me encuentro sentada, y sumamente frustrada al repasar por quinta ves la suma que hice y por quinta ves no entenderle. ¿Por que diablos elegí trabajar en contabilidad? .  Suspire frustrada y me puse de pie guardando todas mis pertenencias con la intención de irme de la empresa directo a mi casa, y tener una genial resto de la tarde.

— ¿Ya tienes las cuentas? — escuche la voz de mi jefe desde la puerta, maldecí para mi adentros y me giré hasta verlo.

— Si, pero todavía las tengo que repasar para asegurarme que no haya fallas. —Dije sin más.

— Trata de dármelas cuanto antes, mis socios vendrán mañana y esas cuentan tienen que estar listas, ¿entendido?

— Si señor. —Lo vi salir y me volví a girar tomando mi bolso y mi portafolio.

Salí de la empresa encaminándome al estacionamiento, ahí se encontraba el Audi negro que mi hermano me había dejado antes de irse a estudiar a Texas. Aborde y comencé a conducir directo a mi casa, necesitaba terminar este trabajo para poder quitarme esta responsabilidad y ponerme a hacer mis cosas.

A medio camino mi celular vibro, de reojo pude notar una notificación. Espere a llegar a una luz roja para echarle un vistazo y luego percatarme de que era un mensaje de mi amiga Sarah haciéndome una invitación al antro.

Hice una mueca pensando en que todavía tengo un trabajo que terminar y estamos en pleno miércoles. Nada más a ella se le ocurre invitarme entre semana sabiendo los miles de quehaceres que tengo. Respondí con un simple "No lo sé, tengo que trabajar mañana..."

Llegue a casa y guarde el auto en la cochera, entre a casa y camine a la cocina en busca de comida a la mano, me encontré con una bolsa de sabritas...  que a pesar de no ser comida me ayudaran a saciar el hambre que siento ahora mismo.

"Vamos Damara, tienes que divertirte. Hace un buen de tiempo que no salimos" alcancé a divisar ese texto desde la pantalla de mi teléfono. Suspire llevando un bocado de sabritas y me encamine en busca de mi portafolio para sacar aquellas cuentas a las que tenía que darles el último ojo.

Después de varios minutos, los cuales parecían eternos, termine con eso que se me hacía tan difícil. Quitándome ese compromiso de encima , me recosté sobre el cómodo sillón de mi sala limitándome a soltar un suspiro.

Mi teléfono vibro de nuevo y me puse de pie caminando hasta donde estaba, lo tome y leí el mensaje de Sarah... "¿Vienes o no?"
Rodé los ojos dándome por vencida al saber que Sarah no dejaría de insistir. "esta bien, ¿a que hora?" No pasa ni un minuto y Sarah ya estaba escribiendo "En 2 horas nos vemos ahí ¡ponte guapa!"

Apague la pantalla de mi teléfono y me encamine hasta mi habitación, opté por usar un vestido rosa de terciopelo ajustado a mi cuerpo y unas lindas zapatillas blancas. No sin antes darme una breve ducha aprovechando para relajarme y dejar ir todo el estrés.

Salí de la bañera cubriendo mi cuerpo con una bata y enrollando mi cabello en una toalla. Tome asiento en el pequeño banco que se encontraba frente a mi tocador y procedí a colocarme un poco de maquillaje.

Estando con el maquillaje listo, pase a secar mi cabello para después cepillarlo y darle un aspecto despeinado pero firme, me veía hermosa. Me coloqué el vestido y un collar haciendo resaltar mis pechos, enserio que era una diva cada que me lo proponía. Por último me coloqué las zapatillas de tacón y me rocié un poco de colonia. Iba a una perfecta hora así que alcancé a tomarme unas cuantas fotos.

UNA EN UN MILLÓN -Iván Guzmán-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora