Desde que tenía 10 años he querido tener a alguien en mi vida, alguien a quién amar y que me ame de vuelta. Que me apoye, me sonría y me abrase.
Lo sé, era muy pequeño para pensar en algo así. Pero yo veía novelas en las que siempre había un chico que conocía a una chica y se enamoran al punto de hacerse parejas, luego novios y en ocasiones esposos, hasta la vejez.
Entonces, siempre soñaba con tener a una persona que fuera todo para mí. Tenía ese pensar a partir desde los 10 años.
Fue un día como cualquiera. Me había llegado esa esperanza de que mi vida sería tal cual como las películas. Que terminaría como un cuento de hadas. Feliz.
Pero creo que sólo existen en las películas.
Un día desperté con ganas de ir a estudiar a mi escuela. Rara vez tenía ánimos, pero ese día si que me parecía maravilloso.
Me levanté y me dirigí al baño para cepillarme y bañarme.
Mi cabello era castaño claro, mis ojos marrón claro, mis labios carnosos, mis cejas finas. Era un niño muy inteligente, divertido, alegre y amable.
Luego de hacer lo de todos los días para ir al colegio mis padres me llevan. En el camino iba pensando en si decirle o no a la niña que estudiaba conmigo que ella me gustaba. Su nombre era Pamela. Era muy dulce y extrovertida. Desde que la conocí ví algo en ella, pensé que éramos correspondidos.
Mis padres y yo siempre hablamos de cualquier cosa tanto de ida como de venida en el auto.
Luego de unos minutos llegamos al colegio. Mis padres me dejan y yo me despido con una gran sonrisa en mi pequeño rostro.
Saludo a todos mis amigos, buenos amigos. Las maestras guías nos llevan a nuestros respectivos salones.
Al llegar ví a Pamela, en su vestido negro con blanco, era el uniforme de la institución. Los niños vestían pantalones y una camisa negra con blanco igual.
Entonces me armé de valor y me acerqué a ella, admito que estaba nervioso. Pamela me ve acercándome.
— ¡Hola! — Le doy un abrazo sin que ella me diera permiso. Me encantaba abrazar.
— Hola. — noté cierta incomodidad en su voz y su actitud. Tenía moñitos rojos sobre sus trenzas, su cabello era castaño igual al mío, test blanca, dientes brillantes y perfectos, una nariz pequeña y ojos chinos y lentes.
— Quiero... Quiero decirte algo. — apenas podía hablar. Es que al verla me volvía ciego ante su belleza tan perfecta.
— De acuerdo, dime. — responde. Y sus amigas se acercan a ella. No me detendrían, no tenía pena, o tal vez sí.
— Me gustas. — escupo esas palabras que eran muy difíciles de decir. — ¿Quieres ser mi novia?
Ella guardó silencio por un momento al igual que sus amigas.
— ¿Estás loco? — Ella se rió. — ¿Quién querría ser novio de un niño tan horrible como tú? ¿Acaso no te ves en el espejo? Eres patético.
No saben cuánto me dolieron esas palabras. Fue como una estaca en mi corazón. Tal vez tenía razón, soy patético, eso de amor a primera vista y amor verdadero lo creía tan fácilmente que quedé como un idiota a sus ojos.
— Entiendo. — me alejé. Aún podía escuchar que se reían incluso cuando me fuí.
Luego llamé a mis padres y les dije que me sentía mal. De cierta manera me sentía mal. Tenía una vergüenza al ver cómo susurraban mis amigos y me veían. Era horrible.
Después de esperar en la dirección a mis padres ellos finalmente llegan.
Me levanto al verlos bajar del auto. Se habían estacionado del otro lado de la calle. Corrí hacia ellos y estaba a punto de salir del colegio y los veía preocupados, estaban alterados. Tal vez fui yo quien los preocupó de esa forma al decirles que me sentía mal, nunca lo había hecho.
Mi padre le agarra la mano a mi mamá y corren cruzando la calle.
— ¡Asher! — gritaron ambos.
Luego fue ahí que escuché el sonido de la muerte. Así le llamé. Era un camión que pasó y arrolló a mis padres.
Ví como el camión le destrozó el cuerpo a mi madre. Mi padre recibió el impacto y el golpe causó que su cabeza explotará de inmediato. Había mucha sangre en la calle luego de eso.
Yo me detuve, no sabía cómo reaccionar. Su sangre ahora estaba en mi cara y mi ropa. Mi cuerpo se arrodilló sólo, yo ya no tenía control sobre él en aquél momento.
Fue mi culpa. Si no hubiera mentido y no hubiera preocupado a mis padres de esa forma aún estarían aquí.
Tal vez y sólo tal vez hubieran llegado 2 minutos tarde después del maldito camión que les quitó la vida, por mí culpa, ellos seguirían vivos.
Me había privado. Luego lloré y grite con fuerzas. Mi estupidez de ser un niño tan imbécil se llevó a mis padres.
Los impulsos de querer suicidarme y cambiar totalmente mi personalidad comenzaron ese día.
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Yo, Asher [EN PROCESO]
Mystery / Thriller[SIN EDITAR] Supongo que ustedes creen que lo bueno es bueno y lo malo es malo. Pero yo no. Yo creo lo que pienso. Hice lo correcto, o lo que creí que era correcto. Mi nombre es Asher y esta es mi historia. La verdad de mi historia. Copyright © Todo...