Llegó a casa y dejó las llaves en el pequeño mueble de la entrada. Hacía ya unos años que no visitaba la ciudad y después de cerrar un acuerdo comercial para lanzar al mercado su nueva marca de ropa, Darkcloth, quería pasar unos días descansando y organizar una pequeña fiesta con sus tres amigos de universidad. Hacía tantos meses que no los veía...
Sullivan empezó con las preparaciones. Había comprado unas treinta o cuarenta porciones de sushi y, como no podía faltar, había traído de su tierra, de Irlanda, las mejores Guinness que había encontrado.
Preparada la mesa y puestos los grandes vasos en el congelador para servir la cerveza lo más fría posible, dispuso cinco velas por el comedor y sacó del armario un gran libro negro que parecía muy antiguo. Tenía que hacer tiempo hasta que llegaran sus amigos.
De pronto sonó el timbre y Sullivan dio un salto, estaba tan inmerso en la lectura que había perdido la noción del tiempo. Guardó el libro en el armario y corrió a abrir la puerta, no quería hacer esperar a sus amigos:
-¿Quién es?
-La amiga más cool que has llegado a conocer. -dijo Sofía segura de sí misma.
-¡Sube, sube, que ganas de verte! -exclamó Sullivan entusiasmado.
Pasaron unos minutos eternos y Sullivan esperó en la puerta a que Sofía subiera por las escaleras, no le gustaban los ascensores y como estaba en forma, no le ocasionaba ninguna molestia subir las tres plantas hasta llegar al piso del anfitrión.
-¡Cuánto tiempo Sulli!, ¿soy la primera? -preguntó con la voz acelerada.
-Tan competitiva como siempre -afirmó Sullivan. -Sí, eres la primera. Entra va, entra.
-¡Siii, bien, lo sabía! Sabía que llegaría antes que esos dos tortolitos.
Sofía entró en la casa y tuvo un escalofrío, pero no le dio importancia. Dejó el abrigo en el perchero y se sentó. Sullivan ya estaba preparando dos vasos bien fríos llenándolos de esa cerveza que tanto les gustaba.
-¿Qué es de tu vida Sulli? -dijo Sofía con curiosidad. -Me han llegado rumores del inicio de una nueva marca irlandesa que va a romper el mercado.
Sullivan pasmado por esa afirmación se aproximó con los dos vasos al comedor.
-Si que estas bien informada. En una semana va a salir mi nueva gama de ropa, Darkcloth, mi primera marca. Estoy muy feliz, después de tanto tiempo trabajando en ella. -y cogiendo un vaso cerveza de la bandeja. -Y tú, ¿qué se siente ser la directora del marketing de Zara?
Sofía se sorprendió, sólo hacia ocho horas que había cerrado el contrato con Zara y aún no se había hecho oficial. Intentó disimular y con una risita nerviosa dijo:
-Anda... sí que estas enterado.
-Mujer, tengo mis contactos -dijo Sullivan con orgullo.
-Pues sí, me lo han confirmado hace unas horas, estoy... muy contenta -respondió sin querer hablar más del tema.
De pronto el timbre volvió a sonar. Sofía suspiró aliviada.
-Voy a abrir, seguro que son Marta y Diego -dijo Sullivan levantándose del sofá y dirigiéndose hacia la puerta de entrada.
Al cabo de pocos minutos Diego y Marta entraban por la puerta y justo pasar el umbral del marco de la entrada tuvieron un estremecimiento, pero antes que pudieran reaccionar ya se estaban fundiendo en un abrazo con Sullivan:
-Cuanto tiempo hacía Sulli, no puedes dejar la ciudad durante tanto tiempo -exclamó Marta con su típica voz chillona.
-Eso, ¡te echábamos en falta! -siguió Diego con voz grave.
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Pequeños relatos para grandes historias
Truyện NgắnPequeños relatos para grandes historias, historias que no tienen fin y donde sólo tu puedes decidir si imaginar finales alternativos o aceptar el final que yo propongo. Ninguna historia tiene fin porque la imaginación es infinita.