Parte 3

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Yuuji aparece puntual en su puerta tal como cuando eran niños. Siete de la mañana, luciendo fresco y listo para el día.

Claro que ese cambio en su actitud se debe a la intervención de su misteriosa pareja la noche anterior.

—¡Buenos días, Yuuji-kun!

—Buenos días, Gojo.

Hace un mohín por aún ser llamado por su apellido, su único consuelo es la nueva sonrisa de Yuuji. Es más calmada, sin mostrar los dientes, pero mucho mejor que la falsa y triste de ayer.

—Quiero pensar que no tienes tu nevera y cocina vacía como antes.

—¡Para nada! Llena de comida esperando ser preparada por ti.

Lo deja pasar y aprecia el contraste entre el blanco interior de la casa y las prendas oscuras de Yuuji. Debe ser la edad de querer dramatizar todo, y por eso llegó hasta el punto de vestir colores oscuros para hacer juego con sus problemas.

—Yuuji ¿y tu sudadera amarilla? ¿por fin se deshizo de tanto que la usas?

—¿Eh? No— Yuuji camina sin cuidado hasta la cocina, familiar con los espacios— Solo dejé de vestir colores tan llamativos porque, no lo sé, mi color de cabello ya era suficiente para llamar la atención de todos en la universidad.

—¿O tu novio es celoso y no le gustaba la atención?

La risa de Yuuji debería alegrarlo. La odia, porque está llena de cariño, cariño dirigido hacía su pareja.

—Para nada, le gustaba bastante. Se veía lindo porque el siempre viste en traje y...

—¿Y?

—Nada, nada— niega con la cabeza, sacando lo necesario de la nevera— ¿Un desayuno estilo americano está bien? Megumi nos obligó a comer demasiado saludable este semestre que quiero comer únicamente chatarra estas semanas.

—Sabes que acepto cualquier cosa que sea dulce— lo sigue pero en lugar de entrar por completo a la cocina toma asiento en una de las sillas de la barra— ¿Entonces? ¿Vas a contarme de tu misterioso y problemático novio?

—De nuevo, no es problemático— Yuuji le está dando la espalda mientras saca lo que necesita de las alacenas— ¿Tiene tu edad? Pero ya se graduó y trabaja de medio tiempo como asistente de uno de los profesores.

—Yuuji-kun, qué deshonesto ¿Te metiste en su cama para mejorar tus calificaciones?

—¿¡Qué!? ¡No!— se gira de la impresión y Satoru de nuevo está en un conflicto entre amor u odiar el sonrojo de sus mejillas— Me ayudó porque tenía problema con unos temas, se podría decir que me dio asesorías por un tiempo y empezamos a coincidir fuera de las clases. De hecho, él me evitaba bastante pero de verdad me gustaba, así que seguí buscándolo.

—En plan conquista.

—Sí, fue divertido.— la suave sonrisa de Yuuji regresa y Gojo prefiere mirar con detenimiento el reloj colgado en la pared— Aunque difícil, porque él odia nuestra diferencia de edad, dice que lo vuelve todo más complicado, además de su trabajo como asistente. Yo le juré que nadie se iba a enterar, ni siquiera Megumi.

—Pero lo sabe.

—Ahora, en su momento no. Teníamos saliendo dos meses cuando yo tuve un ¿Problema? Con otro estudiante.— su mirada se endurece en ese momento— Tuvimos una pelea, aún no entiendo exactamente qué buscaba de mí porque el tipo es demasiado raro, pero se obsesionó y me buscaba en todos lados, como un stalker. Hasta que, bueno, descubrió que salíamos.

baby can't you see? | GoyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora