ʟ ѧ є ʟ є ɢ ı s ţ є ѧ є ʟ ʟ ѧ -PAUL LAHOTE-

~38~

KALEA

Pasaron tres días exactos desde que volví a Forks y empecé a dormir en la playa, seguí yendo a la escuela obviamente, evite meterme en problemas y me concentre en mis calificaciones, pero en la noche terminaba igual, sumida en un gran vacío que me hace sentirme ahogada

Paul, Alec y Jane han estado cuidándome, pero respetando mi espacio y sin hablarme, entendieron que necesitaba escucharme a mí misma y sanar el dolor que control mis sentimientos sin yo saber cómo evitarlo.

La segunda noche que fui a La Push me sentía peor que el día anterior y Paul me quiso abrazar, sentí como si quisiera minimizar mi dolor así que me puse muy furiosa y por poca lo lastimo cuando me transforma involuntariamente, hoy él no vino así que abrí la casa de campaña y encendí la fogata.

Jane- Hoy te ves mucho mejor – Me reí con ironía, no podría estar más equivocada – Lo digo en serio -

Kalea- Parezco un mapache, Jane. Hace tres días que no duermo, estudio por las mañanas y trabajo en las tardes – Ella y Alec se sentaron junto a mi – Además por poco lastimo a Paul hace dos días -

Alec- Pero eso no fue tu culpa, simplemente perdiste el control y estas en todo tu derecho de sentirte mal – Entiendo que me quiera hacer sentir bien, pero sigo lamentando todo lo que pasa. - ¿Hasta cuando vas a pasar la noche aquí? Hace mucho frio para ti y no duermes nada -

Kalea- Esta es mi última noche así que no se preocupen, además tienen razón y debo cuidar mis hábitos de sueño especialmente -

Jane- ¿Y cuándo volverás a Hawái? – Eso tampoco lo había pensado – Haya deben estarte necesitando -

Kalea- Dentro de un año o dos volveré a la isla, aun no estoy segura, pero extraño a mis – Ese olor asqueroso volvió a rodearme y escuche como corrían cerca de mí, solo estaban esperando una oportunidad – Volvieron por mi -

Alec- Tienes que irte – Negue sintiendo como una rabia incontrolable empezó a recorrerme el cuerpo – Por favor no seas testaruda y vete, nosotros nos encargamos de esto -

Kalea- Si los dejo van a matarlos a ambos y les dije que nadie los lastimaría por mi culpa, no iré a ningún lado – Alec se resignó y expulso una densa oscuridad de sus manos que nos rodeó simulando un escudo - ¡Sergio, maldito cobarde ya sal de ahí! -

Sergio- Supongo que he estado en tu mente durante estos días, bruja. Eres demasiado parecida a la desgraciada de tu madre, es una lástima que se haya muerto antes de que la encontrara – Intente atacarlo, pero Jane no me dejo –

Kalea- Mi madre fue una mujer increíble y tu jamás hubieses sido capaz de tocarla aun sin la intervención de Aro, ¿Sabes por qué? – Sus ojos se clavaron en mi como dos puñales – Porque no eres más que un maldito cobarde -

Sergio- Nicolai, David, hagan que la pequeña perra cierre la boca –

Sentí un golpe en la cabeza antes de notar que la niebla producida por Alec se había diluido y que alguien me tenía rodeada con sus brazos, el golpe me mareo y debilitó así que no pude zafarme

Alec- Dile que la suelte o vas a tener otro hijo muerto, Ivanov – No quería dejar que esto escale, pero tampoco podía moverme a mi antojo – Te lo advertí -

Kalea- Alec, no hagas nada – Ni siquiera me oyó, cuando me sentí liberada noté el cuerpo de Nicolai Ivanov en mis pies -

Sergio- ¡No! Nicolai, hijo reacciona por favor – Era inútil, Alec lo asesino le robo le alma y todos sus sentidos con su don - ¡Ustedes tres están muertos! –

Alec me tomo en brazos y empezó a correr con dirección al bosque, ni siquiera reconocí por donde o hacia donde íbamos, solo veía destellos del sol que empezaba a salir hasta que caí al suelo con un golpe seco, me incorporé lo más rápido que pude y vi a Alec sometido por la hija de Sergio y otro de sus hijos.

Jane- No te atrevas, Regina porque te juro que será tu último día viva –

La chica nos sonrió mientras que mis ojos se detuvieron en Alec cuando me susurro un "lo siento", pero lo que más me inquieto fue la culpa en su mirada

Sergio- Él va a pagar por la vida de mis hijos y después acabare contigo, pequeño engendro. David, Regina – Escuche el momento exacto cuando su cuello se rompió y cayó al piso -

Jane- ¡Alec! – Una sensación extraña se mezcló con la rabia que ya estaba sintiendo, mi cuerpo empezó a retorcerse y antes de notarlo había entrado en fase, pero me sentía diferente – No lo contengas, deja que tome el control y mátalos a todos, Kalea –

David- No puede ser, padre ¿Qué demonios es eso? –

El miedo en sus ojos me provoco una sensación de adrenalina incontrolable, me abalance sobre ellos haciéndolos pedazos, solo deje vivo a Sergio y volví a mi cuerpo lo que me impresiono por un segundo porque mi ropa quedo intacta

Kalea- No creas que sigues con vida porque te tuve compasión, maldita rata asquerosa, solo sigues aquí porque voy a hacer que te retuerzas como el gusano que eres y cobrare cada muerte y desgracia que me has provocado –

Jane- Tenemos que quemar a los demás – Mi mente volvió a las lecciones que mi madre me daba de chiquita, entonces empecé a recitar una frase hasta que fuego surgió de mis manos – No sabía que podías hacer eso –

Kalea- Vete a la cabaña con Alec mientras reacciona, su regeneración puede tardar un rato, yo iré más tarde a verlo – Ella asintió, lo tomo en brazos y se fue dejándome con Sergio a quien deje inmóvil. – Solos tú y yo por fin, Sergio Ivanov –

Estuve una hora sacando toda mi rabia en contra de ese hombre y estoy segura de que aun después de la muerte mi rostro se quedó grabado en su mente, incluso pude ver en sus ojos un temor que me extasió antes de que le prendiera fuego.

Quise ir a ver a Alec y Jane, pero tuve una visión que me enfureció casi tanto como me entristeció, me hizo entender como Alec me miro antes de que David Ivanov le rompiera el cuello. Mis visiones ocurren muy pocas veces y cuando lo hacen nunca se equivocan así que me desvié del camino y fui directo a la casa

Sam- Enana, creí que no irás a la escuela hoy, pero aun tienes tiempo y Leah puede esperarte –

Kalea- No iré a clases hoy, estoy muy cansada y quiero estar sola – Leah me tomo del brazo cuando estaba por subir la escalera - ¡No me toques! – Todos me miraron asustados así que corrí a mi cuarto y me encerré -No, no, no puedes hacer esto con ellos -