Parte única.

237 26 10
                                    

001.

Hay una chica-princesa, en medio de pastizales –en medio de la nada, más bien– que como si no tuviera más que hacer, canta.

Canta con el ruiseñor.

Canta mirando al cielo.

Canta, con dolor, tristeza y añoranza por lo arrebatado.

002.

Bienaventurado aquel que logre escucharla, incluso si es por un segundo.

Y bendecido aquel, que pueda escucharla por cinco minutos.

Y desgraciado es aquel, que imprudentemente se acerque a ella.

Porque sólo puedes escuchar, pero no ver y mucho menos, tocar.

003.

El paisaje podrá ser precioso, las brisas y el olor de la vegetación podrá ser relajante. Sin embargo, ella es consciente de su realidad.

Pues...

Decorar la jaula, no te hace libre.

004.

Por muy bien vestida que esté con kimonos que él le da, por muy bien cuidada que ella pueda estar.

No es sinónimo de libertad ni de felicidad.

Aunque desde hace tiempo, Utahime dejó de tener lágrimas que llorar y ganas de hacerle frente al Rey de las Maldiciones.

(Desde hace mucho tiempo, dejó de intentar).

005.

Y Sukuna al escucharla, piensa...

Que mientras la princesa pueda cantarle sus canciones (rotas), y pueda tenerla. No habría problema en conservarla un poco más –y romperla un poquito más, más, más–.

(Hasta que se aburra de la princesa cantora).

-Traumada Taisho

Me encantó, pero le falta más angst.

Princesa de canciones rotas  [Sukuna/Utahime]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora