La luz de un nuevo día golpeo mi rostro haciéndome despertar, sentí el cuerpo de Mayte muy cerquita de mí y al abrir los ojos me di cuenta que habíamos dormido en el sillón, sonreí observándola dormir. Era como un ángel recién caído del cielo, acaricié su espalda con mi mano izquierda, mientras mi mano derecha apartaba el cabello de su rostro.
Acaricié su mejilla y me acerqué dejando un suave beso en sus labios.
— Mm... —sonrió aun dormida y se removió un poco. Peiné sus cejas con mis dedos, y luego tracé un camino desde su frente hasta la punta de su nariz con mi dedo índice. Abrió los ojos.
— Hola. —dije suave y sonrió abrazándose más a mi cuerpo.
— Buen día, mi niña hermosa. —susurró con esa voz ronquita que me encantaba. — ¿Estás incomoda?
— Para nada. —dejé besitos en su rostro. — ¿Tú sí?
— Mm, no. —sonrió y se acomodó encima de mí. — Me gusta. —me tomó del cuello y se acercó besándome suave. Acaricié su espalda metiendo las manos debajo de su blusa. — ¿Qué hora es?
— No sé, ¿las 8:00 am? —dije dudosa.
— Bien. —se mordió el labio. — Isa y Joss duermen hasta tarde. —me lanzó una mirada pícara y reí.
— ¿Es una propuesta indecente? —la miré fijo.
— Puede ser. —dejó un beso en mi pecho. Tomé su rostro entre mis manos y besé sus labios. — Vamos arriba. —se levantó y me tomó de la mano llevándome con ella, y es que realmente yo podría irme al fin del mundo sin decir nada, siempre que fuera Mayte quien me llevase de la mano.
Entramos a la habitación y cerró la puerta pasándole llave, me guiñó el ojo acercándose hasta hacerme sentar en el borde de la cama, tomó mi blusa tirando de ella hacia arriba y la dejó caer a un lado mientras se mordía el labio.
— Me gustas mucho. —susurró acariciando mis senos por encima del brassier.
— Y tú a mí. —me levanté tomándola de la cintura y la besé lentamente mientras mis manos bajaban a sus glúteos dejando apretones. Enredó sus brazos en mi cuello y nuestros cuerpos cayeron en la cama. Los besos que comenzaron lento, poco a poco tomaban más intensidad, rodeé su cintura con mis piernas y sentí como una de sus manos viajaba entre nuestros cuerpos hasta entrar por debajo de mis pantalones. — Ahh... —suspiré al sentir sus dedos chocar contra mi clítoris.
— Me encanta cuando estás así. —susurró besando mi cuello. Me mordí el labio y sonreí. Mayte me volvía loca, pero hoy quería ser yo quien la volviera loca a ella.
Tomé impulso y volteé dejándola debajo de mi cuerpo, dejé un beso en sus labios y me deshice de su ropa tomándome el tiempo de besar y acariciar cada centímetro de su suave piel, dejé besos húmedos por su abdomen y subí disfrutando de sus senos grandes que me encantaban. Torturé sus pezones con mi lengua dejándolos totalmente rojos y erectos, me alejé observándola y creí morir.
La vista era perfecta; Mayte acostada con los ojos cerrados, las mejillas rojas y la respiración entrecortada mientras mi mano hacía estragos en su intimidad. Sus gemidos eran como cantos celestiales. Saqué suavemente mis dedos y fui bajando por su cuerpo hasta acomodarme entre sus piernas, sonreí y me acerqué deslizando muy lentamente mi lengua desde su entrada hasta su clítoris para luego succionar.
— ¡Sof! —ahogó un grito y una de sus manos haló mi cabello. — S...sí —seguí succionando y lamiendo toda su intimidad como el dulce y delicioso manjar que era. Apretó mi cabeza con sus piernas y llevé mis manos hasta sus senos, apretándolos y jugando con sus pezones. — Ahh, ay sí. —arqueó la espalda liberando su orgasmo y me alejé al sentir como me soltaba de su agarre. Subí besando sus labios y sentí sus uñas rasguñar mi espalda. — Que rico... —dijo en un suspiro y sonrió.
— Mucho —susurré en sus labios mientras le acariciaba la mejilla con la punta de mi nariz. — ¿Trajiste tus juguetes?
— Mmm... —sonrió pícaramente. — Segundo cajón. —dijo volteando a ver la mesita de noche. Me estiré buscando y tomé uno.
— Ese me gusta. —comentó mordiendo su labio inferior. Me acomodé junto a ella y me quitó el dildo metiéndolo en su boca.
Mierda.
Lo sacó de su boca sin dejar de mirarme, separó sus piernas y comenzó a masturbarse con aquel objeto. Me sentía tan caliente que la mente se me nubló, me subí sobre su cuerpo colocando cada una de mis rodillas a sus costados y me acomode sobre su rostro. Un grito escapó de mi garganta al sentir su lengua y comencé a mover suavemente mis caderas sintiendo como el orgasmo comenzaba a formarse en mi vientre, dejé caer mi torso sobre ella dejando mi rostro a la altura de su entrepierna. Quité su mano tomando aquel objeto con la mía y comencé a moverlo al mismo ritmo de su lengua sobre intimidad. Un escalofrío recorrió mi espalda haciendo que mi cuerpo comenzara a tener espasmos, moví un poco más mi mano haciendo entrar y salir rápidamente el juguete, sentí las uñas de Mayte entrar en la delicada piel de mis glúteos y gritos de satisfacción llenaron la habitación.
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Señora Mayte
FanficMe enamoré de ella cuando aún era una adolescente. Ella era experiencia y yo apenas comenzaba a vivir, quizá estaba mal para algunos ¿pero quienes son para decidir lo que está bien o lo que está mal? La diferencia de edad es lo que menos importa c...