Jungkook es el hijo de uno de los mafiosos más peligrosos de todo Corea del sur, pero odia su vida de lujos y dinero sucio. ¿Qué pasará cuando su padre le compre un bello chico para satisfacer su vida sexual?
Taehyung sentía un inmenso dolor en su parte baja, pues luego de ser abusado tantas veces era un dolor que simplemente no se podía evitar, y era realmente desesperante.
Observo el cuerpo de Seung a su lado, profundamente dormido, así que aprovechó esa oportunidad y acercó sus manos a las ataduras de sus pies, consiguiendo desatar el nudo.
Se levantó con cuidado de no despertar al hombre que tenía a su lado, y vio que la pistola la tenía entre sus manos, así que no podría utilizarla.
Acomodó su ropa, asqueado de los rastros de semen y sangre quehabían en las telas, pero decidió ignorarlo.
Caminando con lentitud llegó hasta uno de los estantes del lugar, y abrió un cajón, encontrando una navaja pequeña y ligera. Sin dudarlo la tomó entre sus manos aun atadas y se dirigió nuevamente hacia donde estaba Seung.
Apretó los ojos con fuerza, y el miedo se hizo presente, pero eraSeung o él, así que con duda y dejando caer una delgada lágrima, enterró el cuchillo en su estómago.
Salió corriendo luego de eso, pero puedo escuchar el grito de aquel hombre a sus espaldas.
-¡Maldito hijo de puta!-
Gritó antes dispararle a Taehyung, haciendo que este cayera fuertemente contra el piso, y que luego todo se tornara oscuro.
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-¡Taehyung!-
Gritó desesperado Jungkook al escuchar el sonido del disparo, y corrió junto a los policías hasta llegar al lugar de donde provino el ruido.
Su mundo se hizo pedazos al encontrar al amor de su vida tirado en el suelo, inconsciente y sangrando a mares.
Los policías se encargaron rápidamente de Seung, que parecía desconcertado al ver a las autoridades. NamJoon tenía razón, él no esperaba que le pidieran ayuda a los policías.
Cargaron a Taehyung y corriendo se dirigieron a la ambulancia que los esperaba fuera. Jungkook entró con él, pues no pensaba dejarlo solo nunca más.
-Bebé, ya estoy aquí. Se fuerte por favor. No me dejes tú también, por favor.-
Decía entre gruesas lágrimas que se deslizaban por sus mejillas.
-Perdón por tardar tanto, Taehyungie, perdóname. Pero no mueras, te lo suplico.-
Los paramédicos empezaron a tratar de Taehyung, haciendo presión en la herida para que dejara de perder sangre hasta que llegaran del hospital.