🌸​𝑇ℎ𝑎𝑡'𝑠 𝑤ℎ𝑦, 𝐼 𝑙𝑜𝑣𝑒 𝑓𝑎𝑙𝑙...

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S e g u n d a     P a r t e 
"Haberte encontrado mientras no buscaba nada, fue lo más lindo que me pudo pasar..."
José Urbano.


Luego de meditar unos cuantos minutos en si era correcto o no probar esa comida, su estómago decidió que sí.

Llevó hasta su boca un bocado pequeño y grande fue su sorpresa al sentir un sabor indescriptible entre sus labios.

Sencillamente era delicioso; un manjar.

¿Cómo es que algo tan simple podía saber tan bien? Pensó para sus adentros y sin darse cuenta terminó devorando aquel platillo casi de inmediato.

La sensación en su estómago era placentera, casi como cuando el abuelo cocinaba su comida favorita.

Abuelo...

El hormigueo en su mano le hizo volver a su triste realidad, tenía una herida en la mano que seguramente requería atención médica y él seguía con esas vendas mugrientas.

Era bastante deprimente el grado de descuido que podía alcanzar.

Tomó las vendas que Rose le había proporcionado y mas por instinto que por saber, limpió lo mejor que pudo aquellas heridas que en estas instancias no parecían evolucionar de manera favorable y las vendó un poco mejor que el día anterior.

Miró su mano y la leve sensación de limpieza y tranquilidad le invadió. Por alguna extraña razón se sentía particularmente dispuesto a intentar hacer alguna tarea o por lo menos fingir hacerlo.

¿Qué podía perder en este punto? Tiempo, quizá. Pero al menos se entretendría un poco. Rumbo a su habitación tomó su mochila y sentado en su cama tomó alguno de sus cuadernos buscando algún apunte o tarea que pudiese realizar.

Leyó con cuidado aquellas palabras y era en momentos como este cuando notaba lo fea que podía llegar a ser su letra.

Siempre escribiendo de manera apresurada y sin la verdadera intención de hacerlo.

Después de diez minutos hojeando y arrancando algunas cuantas hojas que a su parecer eran un asco, se recostó en su cama en busca de relajar los músculos de su cuello.

Miró el techo unos cuantos segundos y el ruido de algo cayendo se escucho provenir de este. Un ruido seco que hizo retumbar la bombilla en el techo resonó por toda la habitación. Frunció levemente el ceño al pensar que era la tercera noche seguida en que esos ruidos se escuchaban.

La imagen de Rose moviendo cajas venía a su mente y por alguna razón imaginó en que era de esas féminas que contaba con mucha ropa y eran esas cajas las que estaba moviendo con tanta regularidad.

O quizá solo estaba equivocado y ya...

Cerró los ojos unos cuantos segundos y dejó que el ruido desapareciera antes de abrirlos nuevamente.

El reloj en su mesa de noche indicaba que faltaban veinte minutos para las once de la noche. Le parecía increíble lo rápido que avanzaba el tiempo últimamente. Suspiró; quizá debía fumar un cigarrillo y despejar la mente un rato.

Aún estaba molesto por todo el fiasco del día anterior. Se calzó y caminó hasta la salida con pasos rápidos.

Abrió la puerta y el frío de la noche le envolvió haciéndolo estremecer unos segundos. A su alrededor sólo unas cuantas luces estaban encendidas y los pasillos vacíos parecían la escena de una película de terror de bajo presupuesto.

𝚈𝚘𝚞  𝚠𝚒𝚕𝚕  𝚋𝚎  𝚖𝚢  𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora