𝓣𝓱𝓮 𝓢𝓽𝓸𝓻𝔂 𝓑𝓮𝓰𝓲𝓷𝓼 (Hirai Momo y Tú)

Capítulo 1

Narra Momo
Me llamo Hirai Momo, nací en Kyotanabe-kyoto, Japón el 9 de noviembre de 1996. Mi amor por la danza comenzó desde que yo era muy pequeña, empecé a bailar a una edad muy temprana, para ser más precisa, a la edad de tres años junto con mi hermana Hana, ella fue de gran ayuda al impulsarme junto con mis padres a que me enfoque en el baile y el canto, puesto que siempre hablaba de cómo me gustaría debutar como idol para mostrar mi talento al mundo.

Con el pasar del tiempo cada vez entrenaba más para mejorar en cada aspecto que pudiera, hasta que mis padres decidieron que yo iria a una prestigiosa academia de danza, donde cada día me esforzaba y entregaba todo de mí para así superarme cada vez más, a su vez iba a algunas clases de canto para tambien perfeccionarme en ese ambito, de tal manera que yo estaba cada vez más fascinada con la idea de algún día debutar como idol.

En mis ratos libres me juntaba con mi hermana a practicar diferentes coreografías y con nuestra cámara de vídeo nos filmabamos por diversión, hasta que un día decidimos subir algunos de nuestros mejores vídeos dando a conocer nuestras coreografías al internet, luego de un tiempo uno de ellos se viralizó y la agencia JYP Entertainment me contactó para realizar una audición para ellos, audición a la que asistí y logre quedar como trainee, al comienzo me sentía mal ya que mi hermana no logró quedar como trainee, pero ella me decía que este era mi sueño, que durante toda mi vida estaba trabajando para esto, ella me apoyo junto con mis padres diciéndome que está era mi oportunidad para poder llegar a debutar como idol, me convencieron de todas las formas posibles y dejaban en claro que no debía sentirme mal, que al contrario debía de ir a cumplir este sueño por ambas y así lo hice.

Junto con Sana, mi mejor amiga, que por casualidad fue reclutada por el staff de JYP Entertainment, nos trasladamos hasta Corea del Sur en el año 2012 para que juntas iniciaramos nuestro periodo de trainee en la empresa.

Cuando comenzaron a transcurrir los meses yo comenzaba a sentirme sola y agotada mentalmente, para mí todo seguía siendo muy extraño, ni siquiera podía comunicarme de manera correcta con las demás personas y eso me frustraba cada vez más, a pesar de que estaba con Sana, gracias al universo que ella me acompañó en esta aventura porque realmente ya estaría más que pérdida en mis pensamientos sin saber que hacer con mi vida, ahora me encontraba de esa misma manera pero por lo menos tenía a Sana.

Recuerdo que mi rutina de noche desde que llegué a Corea era el mismo, llegaba la noche en mi pequeño dormitorio el cual compartía con Sana, me disponía a realizar mi aseo para luego desearle las buenas noches a mi amiga para que después de eso yo sea atormentada por esos pensamientos que decían que no lo iba a lograr, que nadie me iba a amar por ser extranjera, que nadie me iba a querer en su grupo para debutar, pensamientos de ese tipo invadían mi cabeza y con el tiempo cada vez se volvían peores.

Cuando pasaban los días me sentía cada vez más sola e incompleta, era un sentimiento extraño, obviamente no le comentaba a nadie sobre lo que sentía ya que no queria molestar a nadie con mis problemas, razón por la cual guardaba todo lo malo para mí y dejaba mostrar sólo los aspectos más positivos de mi persona, no queria que las demás personas me vieran como alguien débil, creo que esa fue una de las razones más importantes para guardarme mis problemas sólo para mí.

Para el año 2014 ya manejaba mejor el idioma coreano, había logrado conseguir más amistades pero de igual manera yo seguía siendo muy tímida, no hablaba tanto con las demás personas, excepto que ahora aparte de tener a Sana a mi lado, también tenia a Mina, con ella me volví bastante cercana, ella al igual que Sana y yo venía de Japón, esto ayudó mucho a que las tres nos entendierámos mejor, compartieramos un lazo más fuerte y estrecho, las tres nos volvimos inseparables, por más de que aveces no compartíamos nuestros horarios juntas, al final del día siempre tratábamos de hablar, nos comentábamos lo que hicimos durante el día, como fueron nuestros entrenamientos, nos preguntábamos si nos encontrábamos bien, pregunta a la cual yo siempre trataba de evadir... no me gustaba hablar sobre eso, de igual forma nosotras éramos amigas de verdad, no pensábamos como las otras personas que estaban en la empresa, que tienen como competencia a sus amigas, para nosotras tres esto no era una competencia, era un sueño, el cual lo cumpliríamos las tres juntas.

En los últimos meses era conocida por mi disciplina y dedicación, podía pasar horas practicando hasta que mis movimientos salieran tal y como yo lo quería. Todo el tiempo me esforzaba y daba lo mejor de mi, no quería defraudar a mi familia y sobre todo a mí misma.

Mentiría si dijera que durante los últimos meses mis pensamientos negativos fueron desapareciendo, lastimosamente al contrario, ellos cada vez iban aumentando más, me sentía cada vez más insegura de mí misma al compararme con otras chicas, tenía ese sentimiento de vacío, incluso me sentia débil a pesar de demostrar lo fuerte que era.

Pero aún así con esos pensamientos decidí no rendirme, ya había llegado tan lejos, no debía retroceder, no debía de ceder por esos pensamientos con los que lidiaba por las noches, de esa forma continúe mostrando sólo lo mejor de mí a los demás.