Comienzo

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Estaba dispuesta a cualquier cosa, estaba preparada para lo que sea que le pidieran, ya sea porque se sentía confiada en que gracias a su entrenamiento podría soportar todo o porque se sentía agotada de toda la situación que estaba viviendo, cualquiera que fuera la razón la llevó a estar dispuesta a todo, sin embargo nunca se imaginó que el chico pelinegro le pediría aquello.

-¡¿Cómo se supone que me voy a encargar de todo esto?!- se quejaba la castaña mientras leía una lista exageradamente larga y detallada de varias actividades para hacer.

Cuando decidió aferrarse a ese pequeño hilo de araña fue que se entregó completamente al chico pelinegro, estaba dispuesta a lo que sea pero nunca pensó que sería asignada a ser la sirvienta personal de ese chico, al principio pensó que era con doble intención ya que solamente se encargaría de él y no del resto de la casa como las demás sirvientas, no obstante ya habían pasado un par de días y nada pasaba, claro que aún se mantenía alerta.

La sirvienta principal, Amanda, era la encargada de entrenar en una semana a la chica castaña para que realizara sus labores adecuadamente, enseñándole desde la forma en la que debe dirigirse tanto al chico como al resto de la servidumbre, los invitados y el mismo jefe de la casa, hasta a realizar las labores domésticas relacionados solamente a la atención de las necesidades del chico; era un entrenamiento exhaustivo, ella tenía que estar lista lo antes posible para ser presentada como parte de la servidumbre de la casa y al mismo tiempo ser aprobada por el jefe de la misma.

-Eso querida se logra con organización y práctica- le sonreía pacientemente- Además no son tantas labores en comparación con las del resto de la servidumbre de esta casa, después de todo solo atiendes al joven amo en lo que necesite o te pida.

-¿Eso incluye vestirlo?- preguntaba con incomodidad al volver a leer la lista por tercera vez- ¿Por qué tengo que vestirlo yo? ¿No puede hacer una actividad tan simple por su cuenta?

-No querida, no es que tengas que vestirlo como si fuera un bebé que es incapaz de ponerse la ropa por sí mismo- hablaba con diversión en su voz- Solo tienes que asegurarte que su vestimenta sea la adecuada para la ocasión y que esta se encuentre en orden, te recomiendo que aprendas a atar bien una corbata, el joven amo aún tiene problemas con eso- mencionaba la mujer guiñándole el ojo mientras sonreía.

-¿Está todo en orden?- el chico pelinegro entró a la habitación donde se encontraban las mujeres practicando.

-Todo está bien joven amo, no tiene de que preocuparse- hablaba con una voz calmada la mujer agachando levemente la cabeza, la castaña hizo lo mismo.

-Bien, eso me tranquiliza- mencionaba el pelinegro indicándole con un movimiento de su mano a las mujeres que podían levantar la cabeza- Esmeralda necesito que vengas a mi estudio un momento, no tardaremos demasiado así que no interferirá con tu entrenamiento- hablaba el pelinegro mientras caminaba hacía una puerta que estaba en la habitación.

-Claro joven amo- hablaba algo nerviosa la castaña, además de ser la primera vez que se refería al chico de esa forma la ponía incómoda que él le pidiera estar a solas.

Como se le enseñó camino despacio manteniéndose dos pasos detrás del chico, entraron al estudio del pelinegro, al entrar ella cerró la puerta a sus espaldas y siguió al chico quien le indicó que se parará en una pequeña plataforma frente a un espejo de cuerpo completo.

-Lamento que esto haya demorado demasiado pero al fin están listos tus uniformes- explicaba el chico mientras le entregaba un uniforme de sirvienta a la chica, le indicó que se lo pusiera detrás de un pequeño cambiador- Solo necesito asegurarme que sean de tu talla, si es necesario hacerles ajustes se harán inmediatamente, así no tendrás que andar en camisones muy grandes todo el día y ya podrías iniciar con tus labores- hablaba mientras esperaba a que la chica terminara de cambiarse, una vez que terminó salió para volver a pararse frente al espejo- ¿Cómo te sientes? ¿Está muy apretado? ¿O tal vez lo sientes muy suelto?

Eres mi misiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora