Mi Pobre Diablo (Yoontae)

Capítulo 15

Con la respiración entrecortada y dolor a los pulmones por intentar conseguir llevar aire a estos, llego al parque y ellos me hacen señas de su ubicación y retomo mi paso por el camino que me indican.

Y ahí está encorvado abrazando sus piernas mientras sus hombros se agitan dejando salir sus sollozos esta él.

Mi corazón duele y mis ojos se llenan de lágrimas por esa imagen que nuevamente he vuelto a apreciar.

No puedo llorar, necesito ser su fortaleza, limpio mis ojos, dando un profundo respiro me acerco a él.

Sigilosamente me quedo parado a su lado esperando su reacción.

— Tae — levanta la cabeza y mi pecho se oprime.

Sus ojos están rojos al igual que su nariz y sus labios, su hermosa cara está llena de lágrimas y su mirada es tan triste que me rompe por completo.

— ¿Que haces aquí? — pregunta tosco y desconfiado — ¿Acaso es tu parque?

— Bueno en realidad — rasco mi nuca sin terminar la oración de que si, nosotros construimos el parque.

Se levanta para irse y agarro su mano.

— No te alejes de mi cariño, aquí estoy para ti niño bonito — doy ligeras caricias tratando que deje de llorar.

— Yoonie — se lanza encima mio y lo agarro con fuerza abrazandolo.

— Aquí estoy cariño — paso mis manos por sus piernas impulsandolo para que estas rodeen mis caderas — No te dejaré ¿ok?

Camino con el encima hasta salir del parque donde atraemos muchas miradas y no me gusta que lo observen, mis guardias abren la puerta y me ayudan a subirme con el encima.

Paso mis brazos por su espalda tratando de calmarlo, empiezo a cantar mientras lo arrullo sintiendo su tibia y calmada respiración en mi cuello dandome a conocer que se durmió.

Quisiera ver lo hermoso que se ve dormido.

Pasamos horas dando varias vueltas por la ciudad hasta que mis piernas se entumecen por la posición que vamos pero no me pienso mover, después lo despierto y no quiero que siga llorando.

Poco a poco se remueve en mi cuello, dándome a saber que se está despertando.

— Mmm — se separa de mi cuello y nos quedamos observando.

— Hola — susurro acariciando sus mejillas.

Quiero besarlo.

Sus ojos y labios están hinchados y me muero por besarlos.

— Hola yoonie — me acerco a su cara y hago lo que mi corazón dicte, dejo un beso en cada ojo y me abstengo de besar sus labios.

— Lo siento, por lo que pasó allá y ahora estamos acá — se da cuenta la posición que estamos y salta espantado al otro asiento — Lo siento, lo siento tontin, no sabía que estaba dormido en tu cuerpo.

Me rio de ver sus mejillas sonrojadas, se lo ve tan lindo y tímido.

— ¿Te gustó dormir en mi cuerpo? ¿Soy cómodo? — levanto mis cejas con picardia logrando que se sonroje más que un tomate.

— Cállate y mejor llévame a casa — se acerca a mi, abro mis brazos dejando que se acueste nuevamente en mi cuerpo y empiezo a llenarlo de mimos.

La camioneta se estaciona fuera de una gran casa blanca de dos pisos super elegante con unos grandes ventanales, con un gran patio en la entrada.

La puerta es abierta y bajo dándole la mano para que él también lo haga.

— Tontin — me llama y levanto las cejas — Ya tu ropa esta limpia, voy a traerla, espera un momento.

¿Mi ropa? Ahí recuerdo nuestro momento cuando nos conocimos, hice que me lave la ropa pero nunca la fui a recoger, al contrario, fui a buscarlo a él.

— Te acompaño — asiente y lo sigo.

Caminamos pasando el patio delantero y rodemos la casa ¿no vive en la casa?, frunzo mi ceño hasta que veo una pequeña habitación ubicada detrás de la gigantesca casa.

— ¿No vives en la casa? — niega con pena — ¿Por qué?

Abre la boca pero es interrumpido cuando una señora de mediana edad aparece frente a nosotros con el ceño fruncido, por sus similitudes me doy cuenta que es su madre.

— Ya pasó el tiempo de plazo Taehyung ¿tienes el dinero? — ignora completamente mi presencia.

— Señora Kim, yo estoy consiguiendo lo que me falta, comprenda que perdí mis empleos y bueno llegó un contratiempo que me hizo perder la mayor parte del dinero.

— No tienes para pagar la renta pero tienes para comprarte un traje carisimo.

— No es eso — me observa y creo que hablan de mi traje — Solo deme plazo unas horas, le prometo que en la noche le tengo el dinero.

Eso hace que la señora me observe escaneandome al igual que a él.

— ¿Ahora te prostituyes? — se mofa — Fíjate a lo que ha llegado el pobre diablo, lo siento pero mientras no pagues no entras a tu casa.

Es una bruja.

— Solo le pido que me deje sacar algo que le pertenece a él y me voy, cuando tenga el dinero regreso — ruega y quisiera mandar a la mierda a esa bruja por hacerle esto.

— Señora Kim — intento hablar y levanta su mano haciendome callar.

— Por favor — suspira cansado — Solo déjeme entrar a sacar algo de él.

Me escanea de nuevo intentando descubrir algo, asiente y saca unas llaves de su bolsillo abriendo la puerta.

— Vamos tontin — entro junto a él.

Dándome cuenta de que a pesar de ser pequeño su hogar es bien ordenado y muy hermoso, su cama permanece limpia al igual que los pocos muebles que tiene, al igual que la cocina y la mesa.

Corre buscando algo de su armario, saca mi traje y una camisa que rápidamente la esconde en su bolso de la universidad junto a varias cosas que no logro identificar.

— Apúrate mocoso que no tengo todo el tiempo y necesitas pagarme.

Intento retener el gruñido que quiere salir de mi garganta.

Salimos, esa bruja cierra nuevamente todo y se mete a su casa.

— ¿Puedes pasarme dejando cerca de la casa de jiminie? — pide en un triste susurro.

— Tae, yo.

— No — gruñe enojado — Solo déjame cerca de donde minie.

Asiento, subimos a la camioneta y doy las indicaciones.

El ambiente se volvió incómodo por su parte, quisiera ayudarlo pero no deja.

No puedo quitarle la mirada de encima, saca una libreta con una pluma y se pone a escribir, enciendo la luz para que vea mejor pero me ignora.

Me acerco un poco viendo lo que escribe y ahí me doy cuenta.

Es una lista de sus gastos mensuales, tiene detallado lo que ganaba en sus trabajos, los gastos que tenía y con una gran marca roja tiene escrito "Lavada de traje de tontin" más el valor que pagó, ese es el contratiempo que hizo reducir por completo el dinero que le quedaba.

Soy un asco de persona, por mi culpa no tiene el dinero para pagar su alquiler, por mi culpa lo sacaron de la casa.

Otra vez por mi jodida culpa le pasa de todo.