CAPITULO 17

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Maratón 2/?

Alex solo lo miró, tenía dos opciones, mandar todo al diablo e ir con su esposa y su futuro bebé o dar media vuelta y regresar a su trabajo. Apretó sus manos hasta sentir que las uñas le hacían daño dió media vuelta y regresó a la línea de trabajo.

- Alex, ¿qué haces? - le preguntó su compañero- ve con tu esposa.

- ¿Y vivir de qué? Si pierdo este trabajo no me dará el dinero y menos ahora con él bebé- Alex estaba molesta, pero tenía que mantener a su familia fuera como fuera.

Su celular volvió a sonar con Lucía gritando y a la ojiverde no le quedó más remedio que explicar la situación y pedir disculpa. La castaña dijo que entendía y su teléfono no volvió a sonar. Las horas para Alex pasaban lentas, se preguntaba si ya había nacido, si estaría bien, si Lucía estaría bien. Se imaginaba a su pobre esposa en sala de parto sola teniendo a su bebé. Se maldijo una y mil veces por no estar allí en ese momento tan importante.

Cuando el reloj marco las 4:00 am Alex casi salía corriendo del trabajo.

- ¿A dónde vas, León? - otra vez la detuvo Robert. Alex rodó los ojos- necesito que hagas algo.

- Mi turno terminó- respondió mientras caminaba a la salida.

- Me interesa un carajo si tu turno terminó o no, tu línea ha parado mucho y necesito que llenes estos formularios- Alex lo miró con todo el odio del mundo, le arrebató los papeles y comenzó a llenar.

Era cerca de las 5:30 am cuando terminó, dejó los papeles y corrió al hospital. Fue a la farmacia de la planta baja del hospital y compró unas flores, unos globos que decía felicitaciones y un peluche de un conejito violeta claro. No sabía aún si era una niña o un niño, ni siquiera sabía si había nacido pero seguro el peluche lo adoraría.

- Lucía Sandoval - preguntó en área de las enfermeras.

- ¿Parentesco? - preguntó una enfermera sin siquiera verla.

- Soy su esposa- la mujer la miró.

- Bonita hora de llegar, habitación 307- dijo de mala gana.

Alex caminó y entró a la habitación lentamente. Las persianas estaban cerradas evitando que entraran los primeros rayos de sol del día, solo estaba iluminado por una luz amarilla que estaba en la pared donde la camilla de Lucía estaba pegada. Alex miró a su esposa iluminada solo por esa luz, desde que entró no la había mirado solo miraba al bebé en sus brazos. Tenía un gorrito blanco en su cabecita y estaba envuelto en una sábana blanca con dos franjas, una azul y otra rosa. Alex puso los regalos en una mesita a su derecha y caminó lentamente hasta su esposa.

- Lu, lamento mucho no haber llegado, no haberla visto- decía mientras se acercaba lentamente, pero Lucía no la miraba, solo al bebé en sus brazos- Lu, cariño.

- Ella es Mía - dijo en un tono tan suave y dulce que calentó todo en Alex.

- Tuya no, es nuestra bebé- Alex analizó un momento, estaba utilizando un término femenino, una niña, su corazón se infló de emoción y sentía que el pecho le estallaría- ¿es una niña?- preguntó llegando a su lado.

- Ella es Mía - repitió Lucía.

- Cariño nuestra...

- No, Alex - esta vez quitó la mirada de su bebé y vió directo a Alex. La ojiverde podía jurar que todas las estrellas se habían mudado ese día a los ojos de su castaña porque brillaban como si miles de estrellas estuvieran en ellos- Ella es Mia Alejandra León Sandoval - tomó a la bebé y se la pasó a Alex - es nuestra hija. Alex la tomó y sintió como las lágrimas comenzaban a bajar por su mejilla, se veía tan hermosa, era perfecta, era su pequeña princesa. La tomó y la puso en la cuna a lado de Lucía dándole un beso en su cabecita. La castaña se acomodó mejor en la cama.- Descansaré un poco- le dijo a Alex.

CORAZÓN CONTRA TODO - (Luciale) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora