☘ "𝙴𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊 𝚊 𝚚𝚞𝚎́ 𝚟𝚞𝚎𝚕𝚟𝚊 𝚊 𝚌𝚊𝚜𝚊"

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Nadie ama las despedidas, ellas implican dejar a alguien a quien amas, en ocasiones son cortas y dulces

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Nadie ama las despedidas, ellas implican dejar a alguien a quien amas, en ocasiones son cortas y dulces.

Como aquellas tardes después del colegio, en el último día de clases  rodeados de tus amigos, con jugos de manzana y sándwiches de queso hurtados de la cafetería.

Aunque no todas son color de rosa, hay despedidas para siempre; que son tristes y amargas. Cómo aquella tarde donde tú teléfono sonó.

Nadie sabría lo que se avecinaba.

No tardaste demasiado para tomarlo y desbloquearlo, pensando que sería un típico vídeo de Joseph cantando mientras manejaba; tu pecho se llenó de alegría. Esos pequeños detalles te hacían recordar lo feliz que eras a su lado. Él era tu persona especial.

Al entrar a aquella app de mensajería instantánea no encontraste un mensaje de él, su chat estaba vacío aún no respondía el último mensaje que le habías enviado; elevaste un poco la mirada y chocaste con un mensaje de algún número que no existía en tu lista de contactos, lo ignoraste pensando que tal vez era un error.

Bloqueaste de nuevo tu teléfono y lo dejaste bajo tu almohada, con ayuda de tu mano derecha te aseguraste de que las mantas quedarán encima de tu cuerpo para darle algo de calor; buscaste una posición cómoda para esperar la llegada de tu amado.

Al parecer lo lograste, pues lo próximo que recuerdas es a alguien llamando a tu puerta, te levantas de inmediato dejando las sábanas en un pequeño bulto sin forma definida.

Al llegar a tu recibidor no estába Joseph. Era Gwylim, ¿qué hacía tu mejor amigo ahí? Ignoras tu pregunta previa para decir:

—Pasa Gwylim—él entra y cierra la puerta después de hacerlo—¿algo de tomar?

Aún con tus pies desnudos entras a la cocina por un vaso de agua, que el jamás pidió.

—Ben... Es sobre Joe.

—Ah lo buscas a él—interrumpes—llegará pronto traerá pizza por si quieres un poco.

Lee se acerca a ti de manera delicada, no te molesta él siempre es dulce contigo. Te toma de los hombros y se prepara para decir:

—Tal vez sea mejor que te sientes.

Pensaste que era una de sus típicas bromas así que decidiste seguir su juego, tomaste asiento en la barra del comedor.

—Adelante, dime ¿qué haces aquí?

Gwylim trago con dificultad, como podía decirte lo sucedido sin lastimarte.

—Joe no podrá llegar a casa, el ha tenido un accidente de auto. —Tomo un poco de aire y te abrazo—Joe murió.

Una sonora carcajada es lo que recibe como respuesta, en ocasiones Gwylim es un completo imbécil, un bromista de primera clase.

—Buena broma—dices al fin—normalmente te ríes antes de terminar lo que te delata, pero ahora veo que has practicado.

Intentas salir de su abrazo empujándolo un poco, en respuesta solo te abraza con más fuerza impidiendo que respiraras.

—Me lastimas—dices con la respiración agitada.

—No es una broma, me llamaron de la morgue. Joe está muerto.

No sabes que más responder, Lee se separó de ti un poco; tú intentas regular tu respiración ¿tu amado está muerto? Debe ser una broma de mal gusto no hay otra respuesta.

En tu desesperación regresas a tu habitación, tomaste aquel aparato de metal y llamaste a Joe, cuando escuchaste su vos te tranquilizaste un poco. No obstante, esa serenidad te dejo al notar que era el buzón de voz.

—Por favor contesta—imploras.

Te das unos minutos para analizar bien lo que ha dicho Gwylim, todo parecía una fantasía.

No era justo apenas habían comenzado su historia de amor, era triste que durará tan poco.

Aún no puedes digerir la noticia, ¿no podrías escuchar más sus covers extraños? O las fotografías con caras graciosas que solía enviar cuando estabas lejos de él. Sus estúpidos chistes de doble sentido al estar en público, tampoco sus gemidos y jadeos; llevándolo a las nubes asegurándote de que se sintieras feliz y satisfecho. Esos que solo tú podías oír.

No habría nada de eso, su ausencia comenzaba a doler, tomaste la fotografía que tenías en la mesa de noche y la miraste con detenimiento, aquella imagen fue tomada meses atrás por Rami. Ese día fuiste el hombre más feliz del planeta aún podías escuchar esa vocecita chillona susurrando "tu chaqueta me queda mejor a mí que a ti, creo que será mía de ahora en adelante" aquella época en que confesó sus sentimientos.

El día en que todo cambio, ya no había más soledad. No más llanto por las noches, la búsqueda de alguien para amar no seguiría, y el frío que solía estar contigo en invierno tampoco estaba ahí. Joseph se encargó de que tú corazón tuviera calidez, de que todo fuera lindo y perfecto cuando estabas con él.

Joe se convirtió en tu todo y no tienes idea de cómo seguir adelante sin él.

Las despedidas dolían y tú desde ese 10 de abril las odiarías.

𝑪𝒐𝒓𝒕𝒐 𝒃𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝑷𝒉𝒐𝒕𝒐𝒈𝒓𝒂𝒑𝒉 𝒅𝒆 𝑬𝒅𝒅 𝑺𝒉𝒆𝒓𝒂𝒏

 
Azucar_en_un_terron  se despide :)

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2021 ⏰

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Las dos caras del amor ≈Hardzzello≈ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora