Amor hacia Gyeongju. » ChanSoo.

4

—Ahh ahhh ahhh, aquí no hay nada más que pasto, y de ése lado también, y del otro, y del otro y del otro y otro.

—KyungSoo calma.

—Todo por hacerte caso a ti. Ahora estamos perdidos, y no saldremos de aquí.

—KyungSoo cálmate.

KyungSoo comenzó a hiperventilar, sintiendo como comenzaba a temblar, le estaba dando un ataque de pánico y eso preocupó un poco al mayor, además de la situación en la que estaban. Así que lo tomó de los hombros, lo movió fuertemente y luego lo cacheteó tan sólo dos veces.

—¡Ay qué inteligente eres!

—Gracias, soy inteligente desde que me como el pegamento en el kinder.

—Déjate de tonterías. Ahora ayúdame a averiguar cómo salir de aquí. -dijo mientras daba saltos, lo más alto posible que podía para tratar de divisar la carretera.

—KyungSoo es inútil. Con el tamaño de taponcito que tienes no lograrás ver más allá de éste pastizal. -dijo sentándose sobre el pasto y suspirando.

—¿Porqué te pones cómodo?

—Para esperar a que nos rescaten, claro, no pienso moverme si no más nos perderemos. Sólo conseguiríamos adentrarnos más.

Por primera vez tenía una buena idea.
Entonces acompañó a su amigo y se sentó a un lado de el.

Las horas pasaban o al menos eso era lo que sentían, conforme pasaba el tiempo ése atardecer iba cada vez más apagándose y cada vez más la noche se acercaba.

Mientras tanto ChanYeol dibujaba figuras en la tierra con su dedo índice, ido o más bien concentrado porque ya hasta dibujaba la cara del chico que había captado su atención.

—ChanYeol...

—¿Qué pasa, KyungSoo? -volteó a verle, hablando después con un tono suave por la voz quebrada del bajito.

—Tengo miedo, hambre, sueño y quiero llorar.

—Sí... yo también. -murmura con un puchero apenas apareciendo en su rostro.

—ChanYeol...

—¿Sí?~

—¿No me quieres abrazar?

ChanYeol y KyungSoo se abrazaron mientras permanecían sentados en aquel pastizal y comenzaron a llorar a cántaros.

—¡KyungSoo te quiero mucho!

—¡Yo también, aunque me hayas depilado las cejas una vez, y me hayas mojado los pantalones, aunque las personas pensaban que me había meado encima y por tu culpa mi dignidad se haya ido a la basura en primer grado te quiero mucho! -decía prácticamente gritando lo cual hizo que el alto hiciera ya un puchero más grande.

—¡Perdóname por todo, Kyunggie, no lo hice con mala intención!

—¡Lo sé, es imposible que un chico tan lindo como tú haya hecho eso a propósito! -dijo llorando más, luego abriendo grande los ojos al haberse dado cuenta de lo que había confesado.

—¿Crees que soy lindo? -cuestionó ChanYeol, con una sonrisa divertida y maliciosa.

—Ah... Yo no dije nada.

—Te parezco lindo.

—Patrañas, además tú-

—¿Qué tratas de decir?

—¡Beeeeeep! -el claxon de un auto se escuchó, y después alarmados vieron como de su lado izquierdo unas luces alumbraban aquella zona de ése pastizal.

Era un milagro.

Se apresuraron totalmente desconcertados, salieron por fin de ésa parte monumental de pasto.

—¿Yixing?

—¿Chicos?