2. ¿Ahora qué hago?

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(12 de octubre, 2011)

Luego de la fatal muerte de mis padres no quería seguir viviendo más. ¿Quién lo querría? Era un niño, mis padres eran mi luz, eran la felicidad. Todo eso desapareció aquél día.

Luego del accidente me llevaron al hospital. ¿Por qué? Pues luego de haber estado arrodillado en la calle viendo el cuerpo de mis padres destrozados y ver cuánta sangre salía de ellos me desmayé.

No recuerdo quién me había llevado al hospital. Luego de desmayarme no sentí nada más.

No sé cuánto tiempo había pasado desde que sucedió y me llevaron al hospital en aquél momento. Sólo veía oscuridad.

Luego pude despertar. Tenía vías respiratorias en mi nariz, tenía muchas cosas en mi cuerpo que no podía describir en aquél entonces, pues era la primera vez que estaba en un hospital y la primera vez que estaba así.

Al despertar veo a una doctora con vestido blanco con una carpeta en mano, estaba parada justo al lado de la puerta. Parecía que estaba al pendiente de mi cuándo despertara.

Me alteró al ver todo eso, la doctora al ver que me estaba alterando y poniendo mis ojos como platos, ella se acerca con apuro, se sienta y sostiene mi mano.

—Shh. — trata de calmarme. — Tranquilo. Estoy aquí.

Sí, estaba conmigo. Pero en realidad lo que quería ver al despertar era a mis padres sentados ahí, para abrazarlos una última vez. Y escuchar las palabras que dijo la doctora.

La doctora sonríe. Yo ni podía. Después trato de hablar.

— ¿Cuán... Cuántos días llevo aquí? — pregunté.

— Pues tenías tres días aquí. Hoy como puedes ver pudiste despertar. — explica.

No podía creer que llevaba tres días aquí. Dejo de mirar a la doctora para buscar esos rayos de sol que estaban tocando su rostro. Y era una ventana que estaba a mi lado. Al verla cierro los ojos rápido, el sol estaba fuerte.

Luego dejo de ver hacía la ventana y veo de nuevo a la doctora.

— Llamaré al doctor Rodríguez. — se levanta y abre la puerta y sale por ella.

Yo no sabía que hacer después. En lo único que pensaba es ¿Que pasaría conmigo luego de esto? ¿A dónde iré? ¿Si me suicidaba, mis padres lo aceptarían? No lo sé, pero quiero estar con ellos.

Luego de unos minutos el doctor Rodríguez entra. Era un señor gordo con bigotes, lentes y canas. Él se acerca a mí.

— Veo que te recuperaste. — sonríe. Yo asiento. — Viendo aquí tu recuperación,  mañana estarás mucho mejor y podrás ir con tu familia. — ¿Familia? Pensé.

— Mi familia murió. No tengo a nadie más. — explico, con lágrimas en mis ojos.

La doctora y el señor Rodríguez se miran y luego dirigen su mirada de nuevo a mí.

— Ayer una señora decía ser tu tía. Nos dijo que era hermana de tu madre. Se llama Claudia Evans. — Yo fruncí el ceño. ¿Cómo sabría si era mi tía? Mis padres nunca me presentaron a sus hermanos hasta el momento. — Tranquilo. Investigamos más y si es hermana de tu mamá. — interrumpe mi preocupación.

— A doctor. — dijo la aprendiz. — La Señora Claudia nos dijo que le avisarán cuando Asher despertara. — El señor Rodríguez asiente.

— Bueno descansa, Asher. Mañana podrás ir con tu tía.

Ellos se van y yo quedo en cama aún. No tenía palabras. Tenía miedo, no sabía cómo era mi supuesta tía Claudia. ¿Si resulta ser amargada y odiosa? Pensé.

Yo, Asher                                   [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora