7.evento / 2

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Andaban de la mano hacia la puerta del local, que ya podían divisar a menos de diez metros apenas bajaron del coche que había ido a buscarlos. Era de noche, hacia un poco de frío, y por lo visto tendrían que esperar fuera unos minutos porque había una larga cola y el segurata no daba abasto, si a ese tanque se lo podía catalogar como persona.
Se posicionaron en la cola sin soltarse aún. Un par de parejas giraron sutilmente la cabeza hacia Samantha, y luego hacia Flavio. El no se percató porque estaba ocupado frotándole los hombros a la valenciana para que entrara en calor, pero ella, en cambio, si que se dio cuenta, y además reconoció esos rostros de haberlos visto otras veces. Le daba grima solo de pensar que empezaba a reconocer a toda esa gente, que ya no eran desconocidos, aunque probablemente ellos supieran bastante más de su vida que ella de las suyas.

F: Samantha -la llamo, cada vez se aproximaban más a la entrada, cada vez podían escuchar más cercanas las diferentes conversaciones que se mezclaban en el interior del local, y cada vez estaban más nerviosos. La rubia giró la cabeza para mirarlo y alzo las cejas- ni siquiera se como se llama tu madre -sonrió. Ella pensando en las mieles de cosas incómodas que podían pasar en unos minutos y el preguntándole por el nombre de su madre, hay que ver-

S: Luisa -esperaban no tener que socializar mucho con nadie en realidad- a las doce ya podemos irnos ¿vale? -informó cambiando de tema-

F: ¿si no el coche volverá a ser una calabaza y me transformaré en ratón?

S: no -rio- sino estaré demasiado cansada para lo que quiero hacer en la habitación -atacó cambiando el peso de su cuerpo hacia el otro pie. Flavio apretó los labios en una fina línea ladeando la cabeza- tendré que compensarte por haberme acompañado ¿no? -pregunto ahora en tono inocente-

F: hay muchas maneras de hacerlo Samanthi -respondió en el mismo tono, pasando el brazo por su hombro y atrayéndola hacia el-

S: ¿que quieres? ¿dinero? -soltó una carcajada ante su cara de confusión. Avanzaron dos pasos en la cola empezando a escuchar la voz del segurata preguntar el nombre y apellidos a la pareja que iba delante suyo-

F: te quiero a ti. Toda recompensa es válida -ella asomo la cabeza hacia un lado para comprobar que, efectivamente, les tocaba entrar en nada-

S: acuérdate, eres mi pareja. Mi madre ni caso. A sus amigas no les dirijas la palabra si no te preguntan. No cuentes nada tuyo que sea verdad, tampoco mientas mucho. Importante, nada de besos que no sean en la mejilla, y cógeme así -lo separo de ella y agarro su brazo para colocarlo al rededor de su cintura. Recorrieron la escasa distancia que los separaba de la puerta y se giraron hacia el hombre de traje que subió la vista de la libreta hacia Flavio esperando a que hablara- tu nombre -susurro, muy flojo, casi inaudible. El moreno no tenía ni la menor idea de lo que debía decir-

F: Flavio Fernandez -pasó hacia arriba algunas hojas y sus ojos recorrieron una página entera, supusieron que los nombres estaban ordenados alfabéticamente y que estaba repasando todos los empezados en efe. Asintió al llegar al suyo y marcó algo con un boli dejándolos pasar- ¿y tú? -pregunto mientras entraban aún con el brazo en su cintura, atrayéndola. Ella alzo una ceja, aún no había entendido nada-

S: yo voy contigo -la miro, abriendo los ojos pero sin decir nada. Siguieron andando unos metros esquivando a gente y girando algunos cuellos de personas que les observaban al pasar por su lado. No pudo evitarlo, Flavio recorrió con la mirada toda la sala sin reconocer a la madre de la Valenciana, le había dado una descripción bastante pésima. Rubia, lentillas verdes, caderas anchas, arrugas, tres quilos de maquillaje, y probablemente algún vestido que pareciese sacado de cualquier película del año de la cata pum. Más de la mitad de chicas en el local coincidían perfectamente- tenemos que ir a saludar ahora, sino va a pensar que hemos llegado tarde -le agarro la muñeca para mirar la hora, apenas eran las diez y diez así que iban bastante bien- mamá -fue lo único que dijo cuando ya estaba a dos pasos de la que, ahora lo sabía, era su madre-

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2021 ⏰

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Quédate hasta el día que lluevan pianos [one shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora