T1:E36: Marla Roberts

246 15 4
                                    

—Me sentí tan indefensa. Pero, definitivamente él lo es todo ahora. Jamás me había sentido tan segura. —hablo mientras Sophia me mira con una enorme sonrisa.

—Estás loca por él, ¿cierto? —pregunta.

—Completamente.

Solo puedo observar como la sonrisa de Sophia comienza a desaparecer mientras observa hacia el lago del Central Park.

—¿Qué pasa? —doy una pequeña palmada en su hombro llamando su atención.

—Hay algo que no te conté, Sydney.

La seriedad en Sophia era algo raro, pero si alguna vez lo hacía. Seguramente era algo serio, así que ahora solo puedo preocuparme.

—¿Qué?

—Esanoche. El día de la cirugía. No sé, sentí algo extraño. Un mal presentimiento.Subí a buscarte, pero cuando llegué no había nadie, más que Brown y Rosse Cox.Solo pude escuchar como Rosse chantajeaba a Brown para que te anestesiara demás y... Por alguna razón hablaban de Marla. Rosse hablaba de ella con tantoodio, tanto que intentó matarte esa noche. ¿Cómo rayos conocen a tu madre?

Nunca había sentido tanta curiosidad en la vida. Sólo puedo sentir como mi piel se eriza cuando escucho el nombre de ella.

—No lo sé. Y no me interesa —desvío la mirada.

—Sydney. Esa mujer te detesta por alguna razón. ¿De verdad no quieres saberlo?, ¿de verdad no quieres volver a ver a tu madre? Saber cómo está, saber si está bien.

Analizo bien las palabras de Sophia. ¿Volver a ver a mi madre? Habían pasado tantos años, ni siquiera me había llamado o buscado. Sin embargo, sólo ella podría decirme porque el odio de Rosse hacia mí.

***

—¿Es aquí? —Sophia pregunta cuando llegamos a la vieja casa con un jardín hecho trizas.

—Sí —respondo—Tengo miedo.

—Tranquila. Solo vamos a hablar. —Sophia sujeta fuerte mi mano para proseguir hacia la pequeña puerta de madera.

Observo el viejo jardín que hay fuera. Ese bello jardín el cual estaba lleno de vida hace unos años. Los recuerdos de mis padres y yo jugando todas las tardes en él, llegan a mi mente haciéndome estremecer.

El timbre suena unas cuantas veces. Siento mi corazón latir tan fuerte que apenas puedo respirar. Finalmente la puerta se abre. Ahí estaba ella, con su cabello alborotado y sus mismos ojos, aquellos que un día me miraron con amor.

—Sydney. —susurra con una mirada de impacto.

—Mamá...

Mi mente y mi cuerpo están petrificados. Estiro mi mano para poder tocar su mejilla, ella toma mi rostro entre sus manos mientras comienza a derramar lágrimas. Mi madre me toma en un fuerte abrazo, en el cual solo se podía notar un gran arrepentimiento.

***

—¿Así que dejaste de beber? —pregunto a mi madre quien sostiene un enorme tarro de agua.

—Sí. Dejé de trabajar hace unos años y conseguí empleo en las bodegas de Mensu's. Sigo en rehabilitación pero, estoy bien. Yo no importo, quiero saber cómo estás tu —sonríe.

—¿Yo? —una sonrisa de ironía sale de mi boca—Bien, mamá. Digo, todas las noches tengo pesadilla con Ted. Tengo ataques de ansiedad todo el tiempo. Pero estoy bien.

Siento a Sophia golpear mi pie por debajo de la mesa tratando de hacer callar mi sarcasmo. Mi madre sabía perfectamente lo que había hecho y solo se limita a evadir su arrepentimiento con una sonrisa.

—Escucha,esta no es una visita amistosa. Quiero saber la verdad, mamá —recargo mis codossobre la mesa—Rosse Cox, ¿te suena? —automáticamente la expresión de mi madrecambia por completo al escuchar el nombre de la mujer.

—¿Qué hay con ella? —cuestiona apenas audible.

—Conocí a un chico. Y ella es su madre. Es impresionante su odio hacia mí. Intentó matarme, mamá. Dijo que yo merecía morir por todo lo que tú le hiciste —la mirada de mi madre se desvía. Era como si estuviese recordando demasiadas cosas.—¿Qué pasó entre tú Y Rosse Cox?

Mi mamá parece estar en otro mundo, observo como su mano tiembla en el momento que pone su tazón de agua sobre la mesa.

—Sucedió en preparatoria —finalmente comienza a hablar—Rosse era una de las chicas más extrañas, por así decirlo. De toda la preparatoria. Yo... Le hice muchas cosas, hija. Hice que toda la escuela le hiciera mi vida imposible. Pero, creo que lo más bajo que hice, fue robarle el amor de tu padre. Él y Rosse estaban enamorados, pero. Yo los separé, hice que tu padre se enamorara tan perdidamente de mí que... Olvidó a Rosse. Una semana antes de la graduación, ella intentó quitarse la vida—veo las lágrimas de mi madre brotar por sus mejillas, pero no podía sentir pena por ella—Desde entonces intenté contactarla, quería disculparme pero... Jamás la volví a ver. Aun así —una sonrisa se dibuja en el rostro de mi madre—La vida fue justa. Ahora ella es una cenadora multimillonaria y yo... Soy una alcohólica que perdió a los dos amores de su vida.

—Era todo lo que quería saber. Solo de verdad mamá, espero que un día ella pueda perdonarte. Nos vamos —le levanto de la mesa dirigiéndome a la salida.

—¡No, Sydney espera!, no quiero que te vayas... Vuelve a casa, amor —ni siquiera tengo el valor para poder verla a los ojos. Solo puedo ver como su mano se aferra a la mía.

—¿Volver? —susurro—No. No quiero volver a sufrir otra vez a tu lado, Marla.

—Sydney no me digas así, por favor. Soy tu mamá —toma mis mis mejillas obligándome a mirar cómo se desmorona en llanto.

—No. Tu dejaste de de ser mi madre el día que permitiste que él me tocara.

Mi corazón estaba roto, muy en el fondo quería consolarla. Quería decirle cuanto la amaba. Pero no podía. No ahora. Tomo sus manos quitándolas de mi rostro y saliendo de la casa que mató lo único que mi padre había dejado con vida dentro de mí.

SAFE [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora