"¡Atención asunto oficial! El rey Castiel acaba de ejecutar a cinco plebeyos del reino Ascanius, tras el enfrentamiento que ocurrió en el banquete real, del rey Eiran contra la reina de Lecrontte, Elaila. Estamos a la espera de que ambos soberanos se reúnan para firmar un tratado de paz y no desatar una guerra."
--Dime ¿Que te parece, estas contento?-- Después de leer la noticia que estaba en el periódico real, Hael, mano derecha del rey, arrojo el periódico en el escritorio con evidente enojó.
--Realmente no, cometieron un error, a los que asesine, no eran plebeyos, eran ratas qué estaban llevándole información a esa escoria de Eiran--
-Rey Castiel, es importante que usted llegue con nosotros, es un tratado de paz entre reinos, se vería como una falta de respetó hacia el soberano de Ascanius si no llegáramos con quien inicio la guerra, en primer lugar.-Hael, amigo mio ¿No seria una falta de respetó más grande si voy aun con intenciones de ejecutarlo en sus mismas tierras? Seria hilarante ¿No crees? -
Los pasos de aquel soberano quien era conocido por ser despiadado y cruel con aquellos que le faltaran el respeto a su reino y sobre todo a su única debilidad, sonaron por toda la habitación hasta dirigirse frente a su socio y único amigo Hael Denavritz.
-Sabía que eras irracional pero no creí que tanto, vas a generar un nuevo enemigo solo por un caprichoso tuyo, pondrás al reino entero en peligro.- dijo con la mirada clavada en los ojos de color azul tan frío como la postura de su contrario.
-¿Capricho? No es ningún capricho imbecil, el infeliz se atrevio a tocar aquello que amo mas que a la nacion entera, y creeme si fuera irracional, hubiera incendiado el reino entero en lugar de solo matar a unos cuantos plebeyos -En cuánto termino de hablar le regalo una sonrisa que tenia todo, menos amabilidad.
Como sabia que esa batalla estaba perdida Denavritz se dirigió hasta la puerta del despacho de su rey y amigo de la infancia, sin antes dirigirle una mirada de confusión por su postura tan imprudente.
-Esta más que claro que la elegiras a ella antes que a tu pueblo ¿No es así?- sin esperar respuesta alguna cierra la puerta tras de si, con un suspiro de rendición.
...
La música se escuchaba por todo el gran salón Real, tanto como reinas y reyes bailan en medio de aquel lugar, algunos sólo estaban sentados mientras tomaban el dulce vino y comían la costósa comida que estaba enfrente de ellos, disgustado la gastronomía que le habían servido.
Mientras que un príncipe se alejaba poco a poco de todo el bullicio de ese lugar, no le gustaba estar mucho en lugares con personas que se sientan superiores a las demás solo por tener dinero, sin duda no era su lugar preferido.
Se dirigió a su lugar especial, enfrente de aquel frondoso árbol, recordando como es que en ese mismo lugar, conoció a la persona que cambió su vida por completo, después de la muerte de su madre, se sentía abatido por la tristeza y la melancolía, hasta que llegó el.
-Es malo que un príncipe tan bello como tu este aquí solo.- se escucho una dulce voz atrás de el, sacándole una sonrisa de esos hermosos labios.
Se dio la vuelta lentamente viendo el hermoso ángel que lo había sacado de esa oscuridad que quería apoderarlo.
-Bueno no creo que pase nada malo, joven jeon- se acerca a él sin quitar esa hermosa sonrisa que sólo sale cuando el aparece, cuando el vine a visitarlo.
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𝐸𝑙 𝑏𝑎𝑖𝑙𝑒 𝑑𝑒 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒..
Fanfiction-Seré tu último baile-sonríe sabiendo lo peligroso que puede ser intentar escapar con aquel hermoso chico, que lo hace sentir tan amado. -Serás mi último todo, ángel..-lo besa sellando su historia de amor.