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Creo en todo hasta que algo lo desmienta. Creo en hadas, en mitos, dragones. Todo existe, aunque sea en tu mente. ¿Quién va a decir que los sueños y las pesadillas no son tan reales como el aquí y el ahora? La realidad deja mucho a la imaginación.

Jonh Lennon


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19 de noviembre, 2021, cafetería Red Sun.

—Imposible—gruñó golpeando la mesa.

El gordinflón de ojos pequeños cual hámster que estaba leyendo el periódico detrás de la caja nos prestó atención durante unos segundos y luego volvió a su lectura. Ya con el simple hecho de habernos mirado al menos una vez me confirmó que realmente no estaba muerto, pues no se había movido ni un centímetro desde que llegamos a la cafetería.

Era un lugar pequeño y sus mesas estaban muy unidas.  En el aire el olor a grasa sobresalía por encima de todo, convirtiendo en una odisea el poder contener los jugos gástricos del estómago ahí, en el estómago. Los tonos rojos del local podían llegar a marearte y los manteles gastados te hacían plantearte si en verdad querías poner las manos sobre ellos. Pocas eran las personas que venían acá y la razón se hacía evidente.

—¿Lo puedes creer?—inquirió molesta.

La miré algo avergonzada.

Cuando Chris contaba historias era como si las reviviera. Volvía a sentir las mismas emociones y las representaba como si verdaderamente yo fuera su profesor de francés.

—Chris...creo que...— murmuré intentando apaciguarla.

—El día tiene veinticuatro horas. Una hora es tan solo sesenta minutos, por lo que el día tiene mil cuatrocientos cuarenta minutos, de ellos, podrían coger al menos veinte para estudiar—dio una palmada en el aire—Vamos, qué les pesa coger veinte minutos diarios para aprender un poco más de este maravilloso lenguaje que es el francés—rugió imitando la voz de su profesor—Pues me cuesta menos ropa en el armario y unas uñas sin pintura.

Hacía mucho que no la veía tan alterada, como unos tres días. A decir verdad, ya se había demorado bastante en explotar por algo. Mayormente el centro de sus molestias era que le prohibieran ir a alguna parte o los profesores.

Muchas veces me he preguntado cómo llegué a ser amiga de alguien así, son de esas preguntas que te hacen plantearte la existencia. Sin embargo, siempre llego a la misma conclusión: Chris es mi otra mitad, o al menos una hermana que raptaron el día del nacimiento. Puede que esté loca, sea malhumorada, intensa, imprudente...bueno, que tenga muchos defectos en total, pero siempre estuvo ahí para mí, incondicionalmente. Además, quererla es muy fácil, es de esas personas que buscan cariño inconscientemente y que si no las quieres te obligan a quererlas. ¿Por qué? Pues porque sí y ya. Así son.

Alguna vez te soñé©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora