Voy llegando de mi último vuelo, tengo dos semanas sin volver a casa y estoy ansiosa por sorprender a Barnett, hoy es nuestro aniversario de bodas, tenemos 8 años de casados; no puedo negar que al principió fue difícil porque él estaba estudiando para terminar su carrera, dejo su trabajo y yo con mi sueldo de azafata me hacía cargo de todos los gastos, así que en algunas ocasiones estuvimos un poco ajustados con el presupuesto, ahora por fin es un abogado y uno muy reconocido, trabaja en una firma de abogados muy famosa aquí en Colorado.
Nos casamos cuando yo tenía 20 años y él 25, aún recuerdo como si fuera ayer cuando lo conocí, estaba con mi mejor amiga Gina y su novio Julián en una fiesta, cuando Barnett llegó yo no pude disimular cuanto me gusto, se veía tan guapo, con su cuerpo muy atlético porque siempre hacía deportes, su cabello negro y aquella mirada tan penetrante me volvió loca, además que por ser un poco mayor que yo me parecía todo un hombre, resultó ser el hermano mayor de Julián, así que fue la primera vez que lo ví, después de ese día estuvimos saliendo por un año cuando me propuso matrimonio, mi madre al principió no lo quería aceptar, dice que Barnett tiene algo que no le gusta y tal vez es porque es algo posesivo y en algún momento me maltrató delante de mi madre por celos, después me pidió perdón y estaba muy arrepentido, no puedo negar que tiene un carácter algo fuerte.
Él quiere tener hijos y aunque lo hemos intentado no nos ha dado resultado, Barnett dice que es culpa mía que porque estoy pasada de peso, además últimamente ni siquiera me toca.
Mis compañeras de trabajo no lo soportan, dicen que está loco, que tengo un cuerpo muy bien proporcionado, aunque no hago mucho ejercicio porqué con mi trabajo es un poco difícil, pero no me siento mal, yo estoy cómoda con mi cuerpo y con mi físico, tengo el cabello negro, rizado, mi piel es blanca, mis ojos son casi negros y tengo una buena estatura.
Como por fin tengo una semana de descanso antes de salir de nuevo de viaje, aproveché para prepararle una sorpresa a Barnett, ya que no sabe que llego hoy.
Me voy directamente a la sala de reuniones, a revisar mi próximo horario de vuelos para la siguiente semana, estoy muy entretenida cuando llega nuestra jefa la Sra Weston.
—Buenos días damas y caballeros, sé que están ansiosos por ir a sus casas, pero necesito informarles algo antes de que se vayan, cómo ustedes saben nuestro capitán de vuelo se retira esté mes y quiero que sepan que ya tenemos a su suplente, me gustaría que lo conozcan ya que formará parte de su equipo.
En eso se abre la puerta de la sala de reuniones y entra un hombre impresionante con su uniforme de piloto, es alto, cabello castaño, ojos azules y una barba que lo hacer ver bastante sexy, viene sonriendo por lo que podemos ver sus perfectos y blancos dientes.
—Por favor, creo que no pediré descanso nunca más de ahora en adelante, lo vuelos serán muy entretenidos.
Dice mi compañera Ana bajito para que sólo nosotros podamos escucharla, aunque no quiera reconocerlo la verdad está muy guapo y su uniforme le queda bastante ajustado por lo que se ve que tiene muy buen cuerpo, para mi gusto parece un poco presumido, creo que sabe perfectamente lo que causa en las mujeres, menos mal que yo soy inmune a otro tipo de encantos que no sean los de Barnett, él se pone frente a nosotros.
—Buenos días, estoy encantado de conocerlos, mi nombre es Cameron Parker y para mi será un placer trabajar con ustedes y formar parte de este gran equipo.
Nos sonríe y todas mis compañeras suspiran, por favor sólo es un hombre.
Empieza a saludar de uno por uno a nuestro equipo y yo me quedo sentada viendo mi teléfono cuando se acerca a mí.
—Hola, creo que eres la única que falta de presentarse.
No quiero ser grosera ya que pasaremos mucho tiempo juntos así que sin muchas ganas me pongo de pie y le doy la mano.
—Mucho gusto Cameron, soy Loren Hank, bienvenido a nuestro equipo.
Cuando me da la mano siento como si un rayo me atravesara en ese momento, él se queda viendo nuestras manos unidas y sonríe.
—Encantado Loren.
Quito mi mano con prisa y aún siento un hormigueo extraño, yo sólo espero que no tenga alguna enfermedad contagiosa.
Me despido de todos y salgo con prisa, tengo mi coche siempre en el aeropuerto para evitar retrasos cuando tengo que viajar, al subirme se me viene a la mente mi nuevo compañero, me imagino que tiene más o menos la edad de Barnett ¿pero porqué estoy pensando en él? a mi que me importa la edad que tenga, me reprendo a mi misma por ser tan curiosa.
Llego a mi apartamento y Barnett no está, seguramente se fue a la oficina temprano, vivimos en una zona muy exclusiva de Colorado, aunque yo gano bien no podría permitirme un apartamento como esté, Barnett lo compró cuando empezó a trabajar en un despacho muy reconocido, según él teníamos que dar una buena impresión.
Entro a la habitación a dejar mi maleta y me sorprendo porque está todo muy ordenado, tenemos una señora que viene y nos ayuda, pero hoy no viene y Barnett es muy desordenado por eso me extraña el orden que hay.
He estado planeando mucho este día, así que en una de la ciudades que visitamos me compré un camisón negro muy sexy para sorprender a Barnett está noche, y le compré un reloj de una marca bastante cara que le encanta.
Me pongo a organizar la ropa de mi maleta y ya cuando veo que falta poco para que llegue Barnett me doy una ducha, me pongo mi camisón, sólo espero que le guste a Barnett, tenemos tanto tiempo sin hacer el amor que ya no sé como provocarlo, acomodo los rizos de mi cabello y al verme al espejo estoy contenta con el resultado.
Preparo una botella de vino, uno muy exclusivo porque sólo ese le gusta a Barnett, y pensar que antes tomábamos de lo que teníamos sin poner ninguna queja; cuando todo está listo me siento en la sala a esperarlo, no sé porque pero me siento muy nerviosa.
A los pocos minutos se abre la puerta y escucho voces y risas por lo que me imagino que Barnett viene acompañado, de inmediato me pongo detrás del sillón para que quien sea que lo acompañe no me vea en paños menores; cual sería mi sorpresa que entra con una chica rubia colgada del cuello, vienen besándose.
Siento que mi alma sale de mi cuerpo en ese momento, es como si se me rompiera el corazón en mil pedazos, no sé como reaccionar, quisiera enfrentarlo pero no me atrevo, la chica parece una modelo de revista, es muy delgada y yo volteo a verme mi camisón y me siento tonta.
Se meten a nuestra habitación mientras yo me muero de dolor, siento una presión tan fuerte en mi pecho que me cuesta respirar, trato de calmarme y voy al cuarto de lavado, tomo un cambio de ropa que tengo ahí, preparo mi teléfono y entro a la habitación justo en el momento que están teniendo sexo.
Tomo varias fotos ante los ojos sorprendidos de los dos, agarro mi maleta y rápidamente pongo algunas de mis cosas más esenciales, estoy cerrando la maleta cuando Barnett se levanta desnudo y se acerca a mi.
—Loren puedo explicarlo.
Yo lo ignoro y salgo de la habitación con mi maleta, cuando estoy a punto de abrir la puerta Barnett me detiene.
—Loren borra las fotos que nos tomaste o si no..
—Oh si no ¿qué?
Me toma por el brazo y me avienta con fuerza al sillón.
—Soy abogado y sé perfectamente lo que pretendes hacer con ellas, pero por favor Loren, no te das cuentas que eres una mujer gorda, ni siquiera me has podido dar hijos, tienes que entender que es normal que yo busque otras maneras de obtener placer, tú ni para darme hijos me has servido, eres una mojigata en cuanto al sexo se refiere, me tienes aburrido.
Me pongo de pie y le doy una cachetada, él reacciona y me la devuelve haciendo que me caiga al suelo, cuando ve lo que acaba de hacer trata de acercarse a mi, yo me levanto y salgo furiosa del apartamento.
No puedo creer que me esté pasando esto, me siento tan mal, no quiero ir a casa de mi madre porque sé que me hará miles de preguntas y menos a casa Gina porque le dirá a Julián y no quiero provocar problemas entre los hermanos, de por sí no tienen muy buena relación.
En una ocasión se dieron de golpes porque Julián trato de defenderme, aunque Barnett nunca me había golpeado antes, siempre aprovecha cualquier ocasión para reírse de mí con nuestras amistades, es por eso que Gina y Julián prefieren no visitarnos, yo voy a verlos de vez en cuando para ver a sus pequeños, tienen dos niños Julián de 5 años y Julio de 2 años, están preciosos yo los adoro, además de que son mis ahijados.
Por más que le doy vueltas a mi cabeza no sé a dónde ir, lo único que se me ocurre es en volver al trabajo para ver si hay alguna vacante en la que puedan acomodarme, me servirá de distracción.
Al llegar al aeropuerto dejo mi maleta en el coche y voy a la sala de reuniones, para mi mala suerte me encuentro con el presumido de mi compañero nuevo.
—Hola Cameron ¿no sabes si está por aquí la jefa?
El se queda viéndome de pies a cabeza sorprendido, estoy por decirle algo cuando volteo a verme y me doy cuenta de la razón de su cara, me puse las chanclas de Barnett en mis prisas y me quedan enormes y para colmo, escogí la peor ropa que tengo con la que hago limpieza en la casa, sin contar el golpe en mi cara y mis ojos hinchados, pobre a de pensar que acabo de salir de una película de terror.
Se pone de pie y se acerca a mi con prisa.
—Loren ¿te encuentras bien, te asaltaron o qué fue lo que te pasó?
No sé porque pero su pregunta me hace soltar una carcajada enorme y él está completamente desconcertado viéndome.
Trato de calmarme pero no puedo, mi escandalosa risa llena toda la sala de reuniones, menos mal que estamos solos.
—Si, me asaltaron.
El muy preocupado saca su teléfono.
—Déjame llamar a la policía de inmediato.
Me calmo un poco y le quito el teléfono.
—No, no es necesario, lo que me robaron no tenía ningún valor.
Y como toda una loca empiezo a llorar, él pobre se ve tan confundido, no quiero ni imaginarme lo que está pensando de mí; para mi sorpresa se acerca y me da un abrazo qué increíblemente me reconforta, usa un perfume muy varonil que me hace suspirar, Barnett usaba uno carísimo pero me revolvía el estómago.
Cuando estoy más calmada me acompaña a sentarme y me trae una taza de café.
—Loren, no sé qué te sucedió, pero espero qué esto pueda ayudarte un poco.
—Cameron lo siento que pena contigo, pensarás que soy una loca histérica.
—Bueno para ser sinceros, llegue a pensar que eras un zombi y en cualquier momento me atacarías.
Yo suelto una carcajada.
—Lo siento, hoy he tenido la peor noche de toda mi vida, salí huyendo de mi casa y prefiero no hablar de eso.
El me ve comprensivo.
—No te preocupes, si no quieres hablar no lo hagas, pero tienes que calmarte. Por cierto tus sandalias son de una marca muy exclusiva, pero creo que te quedan un poco grandes.
Yo suelto otra carcajada.
—Eran de mi ex marido.
—¿Eres divorciada?
—No todavía, pero espero que muy pronto. ¿Y qué haces aquí?
—Tengo un vuelo ahorita en la madrugada pero parece que no hay personal suficiente y nuestra jefa anda buscando a alguien que nos acompañe.
—Precisamente a eso venía.
—Pero acabas de llegar de un viaje de varias semanas.
—Lo sé, pero no estoy pasando por un buen momento y prefiero trabajar.
—Entonces no se hable más, te vienes con nosotros.
—Pero ¿y sí la jefa no acepta?
—Claro que aceptará, ya verás.
—Bueno voy por mi maleta para ponerme un poquito más decente no quiero ir asustando a toda la gente por ahí.
—Oh no creo que eso pueda suceder, tú hasta con las sandalias de tú ex marido y vestida de zombi me pareces sexy.
Su comentario me hace ruborizarme y salgo con prisa de la sala de reuniones mientras él se queda sonriendo.
Después de tomar una ducha y ponerme mi uniforme me siento un poco mejor, es extraño pero pensé que me dolería más lo que me acaba de pasar, no voy a negar que siento tristeza, pero es más la rabia que tengo por haber permitido tantos años de humillación, hace mucho tiempo que ya no me sentía cómoda con Barnett, cada vez que tenía una cena de negocios él escogía mi ropa, me decía como comportarme, llegábamos a la reunión y me dejaba sola, lo bueno que Julián también es abogado y siempre me lo encontraba a él y a Gina en las reuniones, eran mi salvación.
En cuanto al sexo no sabría que decir, al principio era un hombre muy apasionado, pero poco a poco dejó de tener interés en mi, siempre me repetía que estaba pasada de peso y que era difícil que se le antojara a cualquier hombre, la verdad no entiendo cómo pude soportar tantas humillaciones, amor no creo que sea, tal vez con todas las cosas que me decía llegue a sentirme menos, o quién sabe, también sentía un poco de miedo a enfrentarme a un divorcio; pero de ahora en adelante jamás permitiré que me vuelvan a tratar de esa manera, a partir de hoy mi vida dará un cambio por completo.
Ya más animada llamo a Julián.
—Hola cuñadita ¿cómo estás?
—Hola Julián, necesito de tus servicios de abogado.
—Claro dime que sucede.
—Quiero divorciarme de Barnett.
Julián se queda en silencio por unos minutos.
—Me dejaste sin palabras ¿puedo saber la razón?
—Te mandaré unas fotos por correo electrónico, no quiero que las uses a menos que sea muy necesario, pero por favor necesito que esto termine cuanto antes.
—Está bien, está misma semana meteré los papeles ¿estás aquí en Colorado?
—Si, pero está noche me vuelvo a ir.
—Loren no quiero escucharme mal, pero es lo mejor que puedes hacer, mi hermano nunca ha sido un buen hombre contigo, tengo que reconocer que conocerlo fue lo que peor que pudo pasarte.
—Lo sé y gracias Julián por todo.
—Te llamaré en cuanto tenga noticias, que tengas buen viaje.
—Gracias, salúdame a mis ahijados y a Gina.
Regreso a la sala de juntas y mi jefa está tomándose un café.
—Hola Loren, Cameron me acaba de decir que puedes acompañarnos en el vuelo de está noche.
—Si así es.
—¿Estás segura? Estabas muy entusiasmada con tú regreso.
—Si, estoy segura.
Se llega la hora del vuelo y yo me siento más tranquila, tenemos una noche algo ajetreada ya que de un vuelo pasamos a otro, y ya bastante tarde por fin termina nuestro itinerario, mis compañeras Ana y Monce se van con el asistente de vuelo Cris al hotel que nos reservo la aerolínea, yo me quedo un rato más acomodando algunas cosas en el avión cuando sale Cameron y se sorprende al verme.
—¿Qué pasa Loren, no quieres ir a descansar? Hemos tenido una noche muy movida.
—Si, en un rato me voy al hotel, la verdad no quiero encerrarme y ponerme a pensar.
El me sonríe.
—Vamos te invito a comer y de ahí nos vamos a descansar, me muero de hambre y cuando eso pasa me pongo a gritarle a todo el mundo.
Yo sonrío.
—No sé si sea una buena idea.
—Loren es una cena ¿acaso no tienes hambre?
—Está bien vamos, no puedo permitir que las demás personas aguantemos tú mal humor.
Nos vamos en un taxi con nuestra pequeña maleta cada uno y nuestros uniformes por supuesto, llegamos a un restaurante muy elegante y yo me pongo un poco incómoda.
—Perdón Cameron pero pensé que sería una cena sencilla.
—Vamos Loren no te preocupes por los demás, esté restaurante es de mis favoritos, vamos a disfrutar de la comida y no pienses en nada.
Pone su mano para que la tome y yo aunque me siento un poco incómoda por que vengo con mi uniforme a un restaurante tan elegante, tomo su mano y entramos.
Hay una chica revisando las reservaciones.
—Creo que tendrás que buscar otro lugar para cenar, aquí solo reciben con reservación.
El voltea a verme y sonríe, me suelta la mano y se acerca a la chica, no logro escuchar lo que le dice pero ella le sonríe muy contenta y nos llevan a una mesa muy apartada de las de más.
Nos sentamos y de inmediato nos traen la carta.
—¿Y cuál es el secreto?
—El secreto ¿para qué?
—Por favor Cameron, hay una larga fila para entrar y tú hablas con la chica de la entrada le das unas cuantas sonrisas y de inmediato nos pasan a está mesa.
—Ningún secreto, el dueño es mi amigo, es todo, me ha contratado para manejar su Jet en algunas ocasiones.
—Ah entonces hiciste uso de tus influencias.
El me sonríe, no sé por qué pero cada vez que lo veo sonreír así siento un cosquilleo en todo el cuerpo, tal vez mi separación de Barnett me está afectando mis sentidos.
—¿Te gustaría que te recomiende algún plato?
—Sorpréndeme.
El hace la orden y pide una cerveza para él.
—¿Y tú Loren qué quieres tomar?
Vaya esto si que es extraño por un momento llegue a pensar que él ordenaría por mi.
—Una cerveza también.
El chico toma la orden y se va.
—Me agrada esté lugar, es muy bonito y para ser sincera esta mesa tan alejada me gusta mucho, no me gusta estar rodeada de gente cuando como.
—¿Y eso porqué?
Nos traen las cervezas y él le da un trago.
—Barnett decía que como demasiado, que por eso no le gustaba llevarme a comer en público.
El se atraganta con la cerveza y por poco me la escupe encima.
—Perdón Loren ¿pero quién es Barnett y cómo se atreve a hacerte un comentario tan desagradable?
—Es mi esposo, espero que muy pronto mi ex.
Llegan con nuestro platillo y al probarlo suspiro.
—Por Dios Cameron esta carne está deliciosa.
—Te lo dije.
Disfrutamos mucho de la cena, Cameron tiene mucho sentido del humor y yo que en algún momento pensé que era un presumido pues la verdad es que no, todo lo contrario es un chico muy sencillo.
Vamos en el taxi cuando suena mi celular.
—Loren cómo se te ocurrió meter los papeles del divorcio, no te das cuenta que eso puede dañar mi carrera, en el bufete del que soy socio no se permiten los divorcios, siempre supe que eras estúpida pero no me imaginé que tanto.
—Eso lo hubieras pensado antes de engañarme en mi propia casa.
—Te lo advierto de una vez o anulas esa estúpida idea del divorcio o soy capaz de..
—¿De qué Barnett, de pegarme de nuevo?
—Tú me provocaste, fue tú culpa que te diera ese golpe.
—Sabes que arréglate con Julián yo no quiero que vuelvas a llamarme.
—No pienses ni por un segundo que te vas a quedar con lo que es mío, todo lo que tenemos es por mi trabajo, con tú sueldo jamás podríamos darnos la vida que llevamos.
—Si tienes razón, pero gracias a mi trabajo terminaste tú carrera sin tener que trabajar y estudiar como lo hice yo.
—No me salgas con tonterías, con tú ayuda o sin ella yo hubiera terminado mi carrera.
—Sabes que Barnett no estoy de humor, así que firma el divorcio y quédate con todo, no me importa, lo único que quiero es no volver a saber nada de ti.
—Lo veo difícil Loren porque no te voy a firmar el divorcio nunca, me entendiste.
Cuelgo el teléfono y aunque no quiero llorar no puedo detener mis lágrimas, Cameron me toma de la mano.
—Lo siento no pude evitar escuchar, si batallas para divorciarte conozco un bufete de abogados excelentes que podrían ayudarte.
—Gracias Cameron pero mi cuñado está haciendo los trámites.
—Pero si es su hermano ¿no estará a su favor?
—No lo creo, Julián y él nunca se han llevado bien.
—Bueno si acaso cambias de opinión no dudes en preguntarme.
Llegamos al hotel bastante tarde y la chica de recepción me dice que no tiene una habitación reservada para mi y que el hotel está lleno.
Estoy tratando de marcarle a mi jefa pero no la localizo, en eso Cameron baja y me encuentra sentada en la recepción.
—¿Qué haces aquí? Pensé que estarías descansando.
—Estoy esperando a mis compañeras a ver si puedo quedarme con ellas, no hay ninguna reservación para mi.
—No puedo creerlo ¿ y porqué no solo agarras otra habitación y que la pague la aerolínea?
—Porque dice la recepcionista que no hay habitaciones disponibles.
—Busca en otro hotel no puedes quedarte aquí esperando por tus compañeras.
—Lo sé, tienes razón.
Voy saliendo del hotel cuando me detiene.
—Espera un momento, hablaré con la recepcionista.
El se aleja y empieza a hablar con la recepcionista que no deja de sonreírle, no cabe duda que este hombre utiliza sus encantos para conseguir sus propósitos, mi vista baja a su pantalón y suspiro, vaya que si tiene encantos.
Regresa y me entrega la tarjeta de mi habitación.
—Listo conseguimos una habitación.
—¿Cómo lo hiciste? Si a mi me aseguró que no tenían ninguna disponible.
—Bueno es que en realidad no hay habitaciones de las que reservan para nosotros, pero te conseguí otra.
—Es una suite presidencial ¿estás loco? Y si se enojan en la aerolínea.
—No tienen porqué, ya que fue error de ellos, así que ve a descansar y disfruta de la suite presidencial por esta noche.
Me acerco y le doy un beso en la mejilla.
—Gracias, te debo una y muy grande.
Sonríe mostrándome sus dientes perfectos y se muerde el labio.
—Bueno espero poder cobrármela algún día.
Me voy sonriendo a mi habitación y efectivamente es una suite completamente hermosa, tiene una maravillosa vista, una cama enorme y por supuesto un hermoso baño en el que pienso relajarme.
Estoy tomando un baño en la enorme tina completamente relajada mientras mi celular no deja de timbrar, Barnett me manda mensajes en los que me insulta y después me pide perdón, muy típico de él, piensa que lo voy a perdonar como siempre lo hago, pero en esta ocasión es diferente, regresando a Colorado buscaré un apartamento más pequeño para comenzar mi nueva vida.
Capitulo 2
Estos días tenemos muchos vuelos, después de 15 días regresamos por fin a Colorado, estoy agotada, Julián me llamo para advertirme que Barnett está renuente a darme el divorcio.
Voy saliendo del aeropuerto y me sorprendo al ver una limusina en el estacionamiento de los empleados, mi vena curiosa me hace quedarme a ver a quién vienen a recoger y a los pocos minutos sale Cameron sin uniforme y con un traje hecho a la medida, carísimo de esos que Barnett hubiera deseado tener, el chofer se baja y le abre la puerta, antes de que pueda subir sale una pequeña niña y lo abraza muy contenta, él comienza a darle vueltas a la pequeña y la llena de besos, después se suben a la limusina y se van.
Aunque estos días platicamos mucho ya que la mayor parte de las horas de descanso la pasábamos juntos, ya sea cenando o salíamos a caminar un poco mientras se llegaba la hora de nuestro siguiente vuelo, nunca se me ocurrió preguntarle si era casado, aunque con lo guapo que está es lógico que tenga una familia, en realidad no sé me paso por la mente preguntarle porqué me moría de vergüenza por todo lo que supo de mi el primer día de conocernos.
En fin dejo de pensar en mi compañero y comienzo a prepararme mentalmente para ir a mi antiguo apartamento y recoger mis cosas, sólo espero no encontrarme a Barnett.
Al llegar me doy prisa para empacar todas mis cosas y cuando estoy a punto de salir me topo de frente con Barnett.
—Me imaginé que vendrías por tus cosas, así que le encargué al portero que en cuanto te viera me avisara.
—Barnett no quiero tener más problemas contigo, vamos a llevar esto del divorcio de una manera pacífica por favor.
Se acerca a mi y trata de besarme pero yo me doy la vuelta.
—Loren no seas tonta, tienes 28 años, no puedes tener hijos, además que eres una mujer muy poco agraciada y para colmo gorda, no te das cuenta que no vas a encontrar a nadie más que te acepte como lo hago yo.
Sus palabras me lastiman, porque para mi desgracia nunca se ha cansado de repetírmelas.
—No te preocupes por mi Barnett, no necesito de un hombre para ser feliz, al contrario creo que a partir de ahora por fin podré disfrutar de la vida como se me de la gana.
—No te voy a firmar el divorcio, jamás.
—Es tú decisión, si quieres que haga un escándalo y muestre las fotos que te tome con tú amiguita perfecto, por mi no hay ningún problema.
Me toma del brazo con furia.
—No serás capaz.
Levanta la mano para darme una cachetada y rápidamente me adelanto y le doy con la rodilla en sus partes nobles, se dobla por el dolor y comienza a gritarme.
—Te vas a arrepentir, cuando regreses de rodillas pidiéndome perdón y rogándome que te haga el amor, me voy a reír de ti.
—Por favor Barnett, no te creas tan importante, tengo que hacerte una pequeña confesión, nunca me hiciste sentir nada, te crees muy bueno para el sexo pero déjame bajarte un poquito de la nube, jamás he tenido un orgasmo contigo, así que tan bueno no eres, y no seas tan exagerado que no creo que tú dolor sea muy grande.
—Estúpida no eres más que una mujer frígida, nunca llegarás a sentir placer con ningún hombre.
—Bueno eso ya lo veremos, en algún momento te veré a la cara y ya te contaré si era culpa mía o tuya.
Salgo de prisa con mis pertenencias y aunque me siento muy triste por la manera en que las cosas terminaron, estoy optimista con mi futuro y por quitarme un enorme peso de encima.
Llego a la casa de mi madre y la encuentro sentada en el porche con su esposo Hector, se casaron hace unos meses, es un hombre muy agradable trata a mi madre de maravilla, se conocieron en un grupo de personas de la tercera edad y ha llegado a llenar de alegría a mi madre y a mi porque también lo quiero mucho; al verme se pone de pie de inmediato y corre a abrazarme.
—Mi pequeña hasta que por fin te acuerdas de mi.
—Hola mamá, estaba de viaje, necesito hablar contigo es algo importante.
Hector se acerca y me da un abrazo.
—Hola Loren, que gusto verte, sigues tan guapa como tú madre.
—Gracias Hector, también me da gusto verte.
—Bueno, yo las dejo para que hablen, voy a prepararles algo para comer mientras platican.
Mi madre le da un beso.
—Gracias cariño.
Me siento a un lado de mi madre y trato de poner en orden mis ideas para hablar con ella.
—Bueno hija me vas a contar ¿qué sucede?
—Bueno mamá, hace unos días regresé de mi viaje y quería sorprender a Barnett por nuestro aniversario, resulta que la sorprendida fui yo, mientras lo estaba esperando llego acompañado de una hermosa chica, yo me escondí cuando los escuche llegar y terminaron juntos en mi cama.
Mi madre me toma de la mano.
—Hija cuanto lo siento, ese hombre nunca me gusto para ti.
—Lo sé mamá, estoy tramitando el divorcio y por ahora no tengo donde quedarme.
—Oh no eso ni siquiera lo digas hija mía, está es tú casa y puedes quedarte el tiempo que necesites.
—Gracias mamá, te lo agradezco y te prometo que buscaré un apartamento cuanto antes.
—Pero hija no es necesario.
—Mamá no quiero molestar, tú estás recién casada y no quiero incomodar.
—Ay hija por favor no incomodas, además si te pones unos tapones en los oídos por las noches no pasa nada.
Suelto una enorme carcajada.
—Ay mamá que ocurrente eres.
—Sólo quería hacerte reír hija, no sabes como me duele que estés pasando por una separación, la verdad es muy difícil.
—Si mamá lo es, pero para ser sincera me siento liberada, quiero disfrutar de todo lo que no pude hacer.
—Así será hija, cuentas conmigo para todo lo que necesites.
Entramos a la casa y me instalo en mi antigua habitación, es raro pero en el apartamento con Bennett nunca me sentí como si estuviera en mi casa, siempre me vi como una huésped, no puedo creer lo ciega que he estado todos estos años a su lado.
Salgo de mi habitación y Hector y mi madre tienen la mesa lista, no puedo estar más sorprendida Hector es un excelente cocinero, nos preparó unas deliciosas fajitas de pollo y sopa de arroz.
—Wow Hector, me quedé sin palabras cocinas delicioso.
—Gracias Loren.
—Aunque si sigo aquí por más tiempo quedaré más gorda de lo que estoy.
Mi madre me ve molesta.
—Hija por favor, no estas gorda que tonterías dices, tienes un cuerpo muy bonito, estoy segura que ese maldito de Bobonett te dejo traumada.
Yo me sorprendo al escucharla y no puedo evitar una carcajada.
—Mamá por Dios ¿cómo qué Bobonett?
—Ay hija perdóname pero eso es un bobo siempre me ha caído mal, pero ahora ya puedo decírtelo con confianza.
Me pongo de pie y le doy un abrazo.
—Qué cierto es cuando dicen que las madres tienen un sexto sentido.
—Así es hija.
—Bueno yo los dejo, muchas gracias por la cena pero estoy agotada.
...
Aprovecho mi semana de descanso para buscar un apartamento, estoy muy entretenida hablando con mi agente de ventas cuando suena mi teléfono, es un número desconocido.
—Hola.
—Loren por favor no me vayas a colgar, necesito hablar contigo, te prometo que será rápido.
Es Barnett.
—No tenemos nada de que hablar.
—Por favor dame unos minutos es algo importante.
—Esta bien, estoy cerca de mi cafetería preferida si quieres nos vemos ahí en media hora.
—Perfecto ahí nos vemos.
Voy saliendo de la agencia de bienes y raíces cuando me topo de frente con Cameron.
—Hola Loren, que sorpresa verte por aquí.
—Hola Cameron.
Esta vestido con uno de esos trajes carisimos, se ve como todo un empresario, al verlo nunca me imaginaría que es piloto, sé que ganan bien pero nunca me imaginé que para vestirse de una manera tan elegante.
—¿Vas a comprar una casa?
—Estoy buscando un apartamento, algo pequeño ya que solo es para mí ¿ y tú?
Se nota un poco nervioso.
—Yo estoy vendiendo mi apartamento precisamente, hace unos meses compré una casa y la verdad ya no lo necesito ¿de casualidad no te gustaría verlo?
—No sé la verdad, mi presupuesto es algo ajustado lo hablaré con mi agente.
El sonríe y yo veo el reloj, seguramente Barnett ya está esperándome en la cafetería.
—Bueno me tengo que ir, me dio gusto saludarte nos vemos mañana.
Me voy a la cafetería y entro para buscar a Barnett, está sentado en una mesa muy apartada con su traje caro como siempre, aunque la verdad no sé compara con el traje que traía Cameron, y sin querer escucharme mal en que momento pensé que era un adonis, ni siquiera hay comparación.
Salgo de mis pensamientos y me acerco a Barnett, al verme se pone de pie e intenta darme un beso, sonríe cuando no se lo permito.
—Loren podemos arreglar esto, tú sabes que nunca podrás encontrar a un hombre como yo.
Pongo los ojos en blanco.
—Si para eso me querías verme es mejor que me vaya.
—No discúlpame no era eso, lo que pasa es que necesito de tú ayuda, como ya sabes quiero hacerme socio del bufete y ahora tengo la oportunidad, pero no podemos divorciarnos aún, dame unos meses por favor, hazlo por todo lo que vivimos juntos.
—No lo sé déjame pensarlo.
—El problema es que hoy tenemos una cena muy importante y me van a preguntar por ti.
—Y tú me estás pidiendo qué exactamente.
—Que me acompañes.
—¿Porqué no se lo pides a alguna de tus conquistas?
—Porque es un evento importante y estarán todos los socios presentes.
—Y no decías que yo no sé comportarme como la gente y ni siquiera se vestirme adecuada a un tipo de fiesta de esas.
—Por favor acompáñame es muy importante, haré lo que tú quieras a cambio.
—Te voy a acompañar pero es lo último que hago por ti, no te voy a dar los meses que me pides, quiero que me firmes el divorcio cuanto antes.
No está muy seguro pero asiente.
—Está bien ¿a dónde puedo pasar a recogerte?
—No mándame la dirección y ahí nos vemos en la entrada, nadie notará que no llegamos juntos.
—Muy bien una cosa más ¿podrías ponerte el vestido negro?
—Si, nos vemos más tarde y hablaré con Julián para que le digas cuando puede llevarte los papeles del divorcio.
Me levanto de prisa y antes de ir a casa de mi madre llego a un salón de belleza, me hago un corte más moderno, y ya estando ahí le pido a mi estilista que me maquille para esta noche, al verme en el espejo me siento muy hermosa, mis ojos resaltan mucho y aunque es un maquillaje sencillo se ve bastante bien.
Me voy a casa de mi madre y saco el vestido negro que quería Barnett, pero luego de pensarlo un poco cambio de opinión y saco uno que me compre hace unos meses, es rojo, ajustado, tiene un poco de escote y una enorme abertura en la pierna, a Barnett nunca le gustó, así que no había podido estrenarlo hasta hoy, me pongo los labios rojos y me resaltan mucho por mi piel tan blanca, ya que estoy lista salgo de la habitación y mi madre y Hector se quedan soprendidos.
—¿Hija pero a dónde vas tan hermosa?
—Mamá no exageres.
—Oh no Loren tú mamá no exagera, te vez preciosa, no entiendo porque dices que estas gorda si te vez perfecta.
—Gracias Hector, bueno madre no te vayas a enojar pero voy a una fiesta de negocios con Barnett.
—Ay hija.
—Me aseguró que si lo acompañaba me firmará el divorcio.
—Pero tú todavía crees que Bobonett te va a firmar el divorcio, hija no quiero desanimarte pero ese hombre sólo te esta engatusando para su beneficio.
—Bueno madre no te preocupes que aun tengo un "as" bajo la manga que lo obligaría a firmar el divorció.
—¿Vendrá por ti?
—No mamá le dije que lo veía en la puerta del hotel.
—Bueno hija tú sabes lo que haces, pero si necesitas algo no dudes en llamarnos.
Me acerco para darle un beso y despedirme de ellos, me subo en mi coche y mientras conduzco hacia el hotel no puedo dejar de pensar en la cara que pondrá Barnett cuando me vea con este vestido rojo, siempre me ha dicho que es un color muy vulgar.
Dejo mi carro en el estacionamiento y mientras me acerco a la puerta veo llegar una limusina, no sé porque me llama la atención y me quedo observándola, de ella se baja una preciosa mujer con un vestido tan elegante y hermoso que me hace sentir menos, un hombre se acerca a ella y van juntos a la entrada, me acerco un poco y me quedo impresionada al darme cuenta de quién se trata, es Cameron, está increíblemente guapo con un smoking negro y una camisa blanca, trae su barba perfectamente arreglada, lo estoy viendo tan concentrada que creo que siente mi mirada porque voltea y sus ojos no pueden ocultar su sorpresa, le dice algo a su compañera y se acerca a mi.
—Loren por Dios, no te reconocía, estás preciosa, jamás había visto a alguien que le sentara tan bien el color rojo.
Yo me pongo un poco roja por su comentario y él me sonrie.
—Perdón por ser tan directo, pero de verdad creo que de ahora en adelante el color rojo es mi favorito.
—Muchas gracias Cameron, tú también estas muy guapo.
—¿Y qué haces aquí?
Estoy a punto de contestarle cuando llega Barnett y se acerca a nosotros.
—Loren ¿porqué no te pusiste el vestido negro?
Cameron lo voltea ver con cierta reticencia, Cameron es un poco más alto que Barnett y no quiero decirlo pero tiene un mejor cuerpo que Barnett.
Barnett se da cuenta de que estábamos conversando y lo saluda con una sonrisa, al parecer se conocen.
—Sr. Parker que alegría verlo.
Cameron le da la mano pero está muy serio.
—Loren podrías quitarte ese lápiz de labios el color se ve bastante vulgar.
A mi me da mucha vergüenza con Cameron que esté escuchando las quejas y órdenes que me está dando Barnett.
—Si me permites Barnett tengo que decirte que tienes una esposa muy hermosa, jamás había visto a alguien que le sentara tan bien el color rojo.
Barnett se pone un poco pálido y se acerca para abrazarme, en eso Cameron me ofrece su brazo para entrar a la fiesta, yo le sonrió a Barnett y me voy del brazo de Cameron.
—No te estabas divorciando.
—Si pero al parecer Barnett no podía venir sólo hoy, puedes imaginarte que me ofreció firmar el divorcio si lo acompañaba.
El se queda pensativo por un momento.
—Bueno la verdad que se lo agradezco, estás fiestas se me hacen muy aburridas y encontrarme contigo es lo mejor que pudo pasarme.
—Lo mismo digo.
Barnett se acerca a nosotros.
—Vamos Loren nuestra mesa es la que está al otro lado.
Cameron no me suelta.
—Barnett en tú invitación no aclaraste que venias acompañado y al parecer sólo tienes un lugar reservado.
Yo me quedo sorprendida y Barnett también.
—Cierto olvidé confirmar que mi esposa venía.
—Bueno yo podría sentarla conmigo, tengo un espacio para mi compañera, pero como tú ya sabes ella no la va a ocupar.
Barnett no puede ocultar su sorpresa y se acerca a mi oído para decirme muy despacio.
—No se te ocurra decir que nos estamos divorciando.
Se aleja un poco molesto y Cameron me sonríe.
—Bueno ven siéntate a mi lado.
—Cameron no quiero incomodar yo prefiero irme la verdad, tú venias acompañado y no quiero incomodar a tú esposa.
El me sonríe.
—Mi invitada es mi hermana y es la organizadora de este evento, así que no te preocupes, no estoy casado Loren.
Bueno tal vez sea padre soltero, en fin, me siento a su lado y la gente no deja de observarnos, la verdad que Cameron es muy gracioso y mi carcajada tan poco escandalosa se escucha hasta el último piso del hotel.
—Me encanta tu risa.
—Seguramente, mira como me ven todos como si estuviera loca, Barnett quiere asesinarme con la mirada.
Empieza una pequeña ceremonia y después comienza la música, Cameron me invita a bailar y yo acepto encantada, es un excelente bailarín pero no puedo evitar estar nerviosa, no sé que me pasa cuando estoy cerca de él, es como si me recorriera un hormigueo por todo el cuerpo y sentir sus manos en mi espalda me está dando mucho calor.
—¿Cuéntame porque te vas a divorciar de Barnett?
—¿Lo conoces?
—No mucho.
—Barnett me advirtió que no dijera nada, pero no sabe que nosotros nos conocemos y que eres mi compañero de trabajo, nos vamos a divorciar por infidelidad.
El abre mucho los ojos.
—No me veas así, obviamente es por parte de él, recuerdas el día que regrese al aeropuerto que parecía una zombi.
—Como olvidarlo, pensé que había empezado el Apocalipsis.
Yo suelto una carcajada.
—No me hagas más reír, te voy a dejar en ridículo.
—A mi no me importa lo que diga la gente y soy feliz viéndote sonreír.
No sé como tomar su comentario y me da un poco de vergüenza así que mejor vuelvo al tema del que estábamos hablando.
—Bueno ese día era nuestro aniversario y yo quería sorprenderlo, pero fue todo lo contrario, él me dio la mayor sorpresa de toda mi vida, llego con una mujer a nuestro apartamento y ya puedes imaginarte lo siguiente.
—El golpe que tenías te lo dio él.
Yo asiento avergonzada y Cameron se pone furioso.
—No lo puedo creer, es un desgraciado.
—Ya no tiene importancia.
En eso Barnett se acerca a nosotros.
—Sr. Parker me permite bailar con mi mujer.
Cameron asiente pero no disimula su coraje y se aleja.
—No puedo creer que me estás poniendo en ridículo, primero te pones ese vestido tan vulgar y ahora bailas con un hombre que acabas de conocer al que le coqueteas descaradamente.
—Eso no es cierto yo..—Cállate, siempre tienes que contestar a todo lo que te digo, nunca puedes quedarte callada.
—Barnett necesito ir al tocador.
Salimos de la pista y me lleva tomada de la mano con fuerza.
—¿Acaso no sabes quién es ese hombre?
Voy a contestarle que es mi compañero de trabajo cuando nos interrumpe la chica con la que me engaño.
—¿Baby porqué trajiste a esa mujer? Quedamos que yo te acompañaría a todos los eventos de ahora en adelante.
No puedo creer el descaro de estos dos.
—Sabes que Barnett, firma el divorcio cuanto antes y no vuelvas a buscarme.
Me estoy alejando y Barnett me toma del brazo con fuerza.
—No puedes irte todavía.
Cameron viene caminando a nuestro encuentro.
—¿Loren está todo bien?
—Si Cameron gracias, yo me tengo que ir.
Salgo apurada al estacionamiento y me detengo en la puerta para tomar aire, por un momento siento que me estoy ahogando, Cameron se acerca y me ve preocupado.
—Loren ¿estás bien?
—No, siento que me falta el aire.
Me toma de la mano y me sube a la limusina, da instrucciones para que nos lleven a algún lugar la verdad no tengo idea de a donde porque me estoy concentrando en tratar de respirar con normalidad mientras él va haciendo unas llamadas.
Llegamos muy rápido a un enorme edificio, me toma en los brazos y me baja de la limusina con prisa, al entrar al elevador pone una clave y vamos directo al penthouse, cuando se abren las puertas hay una mujer esperándonos, me lleva a una habitación y me deja en la cama con cuidado, ella empieza a revisarme rápidamente, trato de contestar a sus preguntas pero no tengo suficiente aire.Me pone una inyección y empiezo a sentir que poco a poco mi respiración se normaliza, siento mis ojos muy pesados y me quedo dormida.
Cuando despierto me siento un poco desorientada, empiezo a recordar lo que sucedió, trato de levantarme pero al verme me sorprendo porque estoy en ropa interior, no puedo sentirme mas avergonzada.
En eso se abre la puerta y viene entrando Cameron, trae uno de sus trajes y al verlo recuerdo que hoy salíamos los dos de viaje, me voy a levantar y lo hago tan rápido que si no es porque él me detiene ahorita me faltarían algunos dientes.
—Loren por favor no te levantes, estás un poco débil por la inyección que te pusieron.
—¿Qué fue lo qué me paso?
—Según lo que me dijo la doctora que te revisó, tuviste un ataque de ansiedad bastante grave, te puso un sedante para poder controlarte.
—Cameron hoy teníamos que viajar.
—No te preocupes por eso, avise a nuestra jefa para que nos buscara unos suplentes está semana.
—Lo siento que vergüenza contigo, hace mucho que no tenía crisis, incluso llegue a pensar que se me habían quitado por completo; por cierto mi mamá debe estar preocupada ¿dónde esta mi teléfono?
—No te preocupes, tú mamá te marco y le conté lo que sucedió, por un momento se asusto pero luego le expliqué que éramos compañeros de trabajo y se quedo más tranquila, claro no sin antes pedirme una copia de mi licencia de conducir y advertirme que sabe disparar.
Yo le sonrío.
—Pues no te quiero asustar pero en efecto mi mamá es campeona en tiro al blanco.
—Bueno entonces dejaré lo de secuestrarte y violarte para otra ocasión ya me siento asustado con las amenazas de tú madre.
Yo suelto una carcajada.
—¿Esté es el departamento que estás vendiendo?
—Si, me compré una casa en Aspen y la verdad vengo muy poco a la ciudad.
—Cameron esto no es un departamento, es un penthouse, yo ni siquiera podría permitirme la renta de uno de los apartamentos sencillos en está área.
—Podría hacer una buena oferta para ti, hablaré con tú agente.
—La verdad no creo que esté en mi presupuesto, pero gracias, oye ¿dónde está mi vestido? es un poco incómodo estar hablando contigo en ropa interior.
—¿De verdad? a mi no me incómoda nada.
—Muy gracioso eh.
—No tengo mucho que ofrecerte, pero tal vez te puedes poner algo de mi ropa deportiva para que estés cómoda.
—Si te lo agradecería.
Se aleja a un enorme closet y sale con una playera blanca y una pantalón deportivo gris.
—Tal vez te quede un poco grande.
—Gracias, no importa.
Empiezo a ponerme la playera y él sonríe sin dejar de observarme.
—Podrías disimular un poquito que me estás devorando con los ojos.
—¿Para qué, quién crees que te quito el hermoso vestido rojo ayer?—Descarado ni siquiera lo ocultas.
—No, no soy descarado, soy un alma noble que te ayudo a dormir mas cómoda.
—Esta bien señor alma noble, gracias por desvestirme y no dejarme cambiar con privacidad.
Escuchamos que tocan el timbre y yo me preocupo.
—¿No será mi madre con su rifle?
El suelta una enorme carcajada.
—Para suerte mía no es tú madre, pedí algo para comer, como no vengo mucho por aquí ya no tengo nada que ofrecerte.
Sale de la habitación y yo suspiro, tan mal que me caía al principio y resulta que ahora hasta siento que me atrae, ay no por Dios que estoy pensando, salgan pensamientos negativos de mi cabeza, estoy pasando por un horrible divorcio y me pongo a pensar en otro hombre no no no y no, no voy a caer por muy buenísima que sea la tentación.
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Nuestro amor entre nubes
RandomLoren Butler trabaja como azafata para una aerolínea muy importante, está pasando por un momento difícil en su vida cuando conoce a el piloto Cameron Parker, que llega a revolucionar su vida de una manera que jamás imagino. Son muchos los obstáculo...