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Osaki Shotaro era un fan de los dulces, de yodo tipo, pero se estaba aburriendo, aburriendo de lo mismo, del mismo sabor, ninguno era lo suficientemente bueno para su paladar, todos se volvían monótonos hasta que jung sungchan llegó.

El surcoreano había llegado como la esperanza que daría el sabor dulce nuevamente a la vida del nipónes, y para desgracia o suerte de jung el había aceptado integrarse a la vida de osaki, ciego y enamorado.





Meses de relación sana hasta que un día el más bajito le pidió saborear su sangre un día que el surcoreano se corto el dedo cocinando. Sungchan por más de verlo asqueroso o antihigienico aceptó, sintiendo una extraña satisfacción al ver como su pequeño novio saboreaba aquel líquido rojo como si fuese algún dulce que acostumbraba comer.

De ahí las cosas quizás se pusieron un poco más turbias para ésta relación.


Desde ese suceso shotaro sabía que jung era ese sabor que había buscado ya que aún si sólo probaba más dulces, el de su novio era tan adictivo y no podía sacarlo de su sistema, necesitaba más o enloqueceria. Y no fue hasta una noche fría de abril que el nipónes se armo de valor para decirle a su novio su pedido.

Temblaba en el regazo del más alto pensando en que quizás esté no lo dejase o le regañara por tener pensamientos de ese tipo pero todo lo contrario, el surcoreano sonrió tiernamente depositando un beso en el cabello de su precioso novio, y así el japonés entendió que desde allí tendría libre albedrío para hacer lo que quisiera con el cuerpo de su novio.

─  prometo ser cuidadoso, channie

murmuró el nipónes con algo de afán para luego llevar su boca al hombro desnudo de su novio clavando sus dientes en la piel de allí.

Desde ese momento el japonés recorrió el cuerpo de su novio mordiendo, desgarrado, chupando, dejando salir ese líquido rojo tan sabroso que añoraba desde hace tiempo ya. Mientras sungchan trataba de estar consciente aun si el dolor y ardor de su cuerpo le consumía más, el necesitaba ver a shotaro disfrutar de su cuerpo, deseaba ver esa preciosa mirada de alegría y sus labios bañados de sangre brillante, necesitaba ver como shotaro se alimentaba de él

El surcoreano no supo cuando ni dónde osaki sacó un bisturí y de misma manera ni supo cuando esté estaba cortando pedazos de su carne para llevarlas a su boca.

La mirada de shotaro estaba tan perdida en su propia satisfacción que cada pedazo que llevaba en su boca le daba mil y un sensaciones, aquellos trozos eran mejor que cualquier chocolate, o galleta, era mucho mejor, tenía ese sabor tan dulce que lo enloquecia y lo hacía vivir al máximo.

Corto dedos, corto el lóbulo de la oreja de su novio describiendo este como una gomita. No había parte de su novio que no estuviese profanando, pero sabía que pronto debía acabar, a sungchan ya se le estaban acabando los lugares visibles para degustar.

Shotaro sabía que debía ir más profundo.

Y eso significó terminar con la vida de su novio después de clavarle aquel bisturí en el cuello, dejándose salpicar con la sangre que brotaba de allí, pero créanme que más que un remordimiento por ello, osaki estaba extasiado por su cometido.

Y sungchan, bueno, el deseo que ese momento llegara, porque si debía sacrificar su cuerpo para que su novio no se sintiera triste él lo haría, porque su amor era tan infinitamente grande que no le importaba ser comido.

Esa tarde shotaro terminó degustando cada una de las entrañas de su novio ya inerte, saboreo, destripo y bebió cada contenido, beso cada hueso expuesto, y sintió como su estómago se lleno a cada paso, sintió como tocaba el cielo después de haber arrancado los belfos rosados de su novio como último bocado esa ya noche.

Por fin estaba satisfecho.

Por fin su vida recobraba sabor.

Pero lamentablemente su querido novio no estaría para verlo sonreír en la mañana.














𖤐 ࠬ☠ ⸒ sweet flavor | sungtaro ⌁ ✸ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora