Harry¿Lo siguiente que supe? Que había arruinado mi cita con Draco.
En sí, no había sido mi culpa. Aunque ahora podía afirmar una cosa. Mi vida amorosa era tan buena como lo eran mis calificaciones de matemáticas. Exacto. Eran mierda. Ambas.
Después de hablar con Neville y aclarar todo lo que había pasado me dirigí a casa. No sabía ni cómo sentirme y mucho menos sabía cómo decirles a mis amigos lo que había pasado.
Decidí dejarlo pasar, como si no hubiera ocurrido nada e intentar actuar como si no tuviera ganas de aventarme por un risco.
Tal vez la mala suerte ya era algo que se había impregnado en mi, debería de optar por llamarme Harry Mala-suerte Potter. No queda mal ehh.
Al entrar a casa no escuché ruido, ni vi a Hermione o a Ron. Así que decidí pasar lo más rápido posible a mi cuarto. Al entrar noté un cuerpo sentado viendo hacia la entrada. Hermione. Mierda.
—Y bien, ¿Cómo te fue?— preguntó emocionada.
Al voltear a verla creo que notó mi expresión. Sus facciones cambiaron de felices a preocupadas.
—Ya veo—dijo mirando hacia una de las ventanas.
—Pero cuéntame lo que pasó. Si no me dices no sabré cómo ayudarte.
Después de contarle todo el lío me dio unos consejos.
Pero lo único que se venía a la mente era Draco ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Estaría pensando en lo que pasó? A lo único que puedo recurrir es al tiempo, no quiero ¿abrumarlo?, ni mucho menos.
Draco
Habían pasado varios días y ni hablar de que todo este tiempo estuve evitando a Potter. Tuve que dejar de ir al Café donde trabajaba Astoria y a la biblioteca.
Un dolor de cabeza era lo de menos, debería de dejarlo pasar, me apresuré demasiado al haberle pedido una cita, siendo que apenas nos conocíamos o tal vez no.
¿Qué pasa si en verdad no lo puedo olvidar?
Todas estos malditos días en lo único que he pensado es en lo que pasó, en él. Este pensamiento aunque no me causa remordimiento, de alguna manera me dice que debo de hacer algo, y solo hay dos cosas por hacer. Olvidarme de él o dejar mi orgullo e ir a disculparme.Mierda, Potter me está convirtiendo en algo que ni en mil años me imaginaba.
Casi dos semanas sin verlo, pero no pienso invitarlo otra vez a una cita. Es de mala suerte.
Escuché una voz conocida, me volteé y a la primera persona que vi fue a Blaise que, sorprendentemente, estaba elegante.
—¿Puedo preguntar por qué estás vestido así?- dije.
—¿No te enteraste? Habrá una fiesta en casa de Potter y ya estoy listo, ¿Por qué no te has cambiado?
Pude notar como Blaise se dio cuenta de mi expresión.
—Ohh, ya veo. No te invitaron, pero ¿Sabes qué? Como invitado que soy, yo te invitaré a ti. Y me da igual si no quieres ir, es más que obvio que algo pasó entre ustedes dos.— dijo mientras me empujaba hacia mi cuarto.
No pensaba ir a esa fiesta, no me habían invitado. Quien me obligaba era Blaise y claro que iría Pansy, hasta a ella la invitaron.
Ahora lo que me preocupaba era el libro, MI LIBRO ROJO, no recuerdo haberlo dejado en la biblioteca o al menos habérmelo quedado yo. Tendría que estar seguro de que no se hubiera quedado en casa de Potter.
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A través del libro
Fanfiction¿Alguna vez imaginaste poder enamorarte de una persona a través de un libro? Porque Draco Malfoy y Harry Potter lo saben perfectamente.