Gilberto Medina
Camino por el inmenso campus un poco desubicado. Las instrucciones que me dieron para llegar a donde será mi entrevista no son complicadas, pero mi atención no está en el número del edificio que traigo escrito en un papel. Mi mente se encuentra en la mesa de la cafetería que acabo de abandonar.
El cabeza de zanahoria ese no me intimida ni lo siento como amenaza, pude que a Ángela le atraiga, pero yo la conozco demasiado y le llevo ventaja, solo tengo que jugar mis cartas bien. Tengo que volver a ganar su confianza recordarle que conmigo, aunque fue a escondidas, fue sumamente feliz. Fui su primer amor y pienso ser su último.
Diviso a lo lejos el edificio que busco y me dirijo a él. No me importan las miradas de desaprobación que me da la gente ni me dejo asustar por los carros lujosos que pasan a mi lado.
Sé que no estoy en el mismo nivel que con la gente que se codea mi Ángel, pero soy trabajador y lucho por lo que quiero. Y lo que quiero, lo que siempre he querido es estar con Ángela Brown. Darle todo lo que se merece y poder gritar a los cuatro vientos que es mía, llevarla de la mano a esos museos que le gustan o pasarla a recogerla al hospital donde trabajé después de un día largo y hacerle el amor todas las malditas noches para que despierte en mi cama sin que tenga que escabullirse, ni ella ni yo a media noche y por fin llevarle el desayuno a la cama como tantas veces he soñado.
Todavía no llego al edificio cuando la foto de mi rubia favorita aparece en mi pantalla. Contesto y el interrogatorio no se hace esperar.
—¿Si la encontraste? — pregunta al otro lado de la línea.
—Sí, estaba donde mi dijiste.
Al no encontrar a mi Ángel tuve que recurrir a mi último recurso...
—¿Y qué te dijo? ¿Qué paso?
—Nada estaba ocupada, se lo di y me fui— miento al teléfono.
No menciono al cabello de fanta porque sé cómo es esta mujer, vive por el chisme y si le digo que Ángela estaba con ese tal Erick con tal de sacarle información es capaz de hablarle y mi Ángel no puede hablar con ella, no si quiero que mi plan de reconquistarla funcione.
—No me quieres contar, solo di que no me quieres decir que te dijo. ¿No me quieres decir por qué se besaron verdad?
Me saca una sonrisa. <<Bueno fuerza que esos dulces y carnosos labios se dignaran a besarme de nuevo.>>
—Más te vale no andar diciendo estas tonterías con tu mamá a lado, no porque tú lo sepas toda la India se tiene que enterar.
—Tranquilo está dormida en el cuarto y yo estoy en la azotea.
Reviso el reloj mundial dándome la hora ciudad donde me dijo que están. 1:02 a.m.
—También deberías que estar dormida—menciono entrando al edificio.
—No me podía dormir de pensar en su encuentro, ella ama los gestos románticos.
—Lo sé, pero odia las sorpresas— comento subiendo al elevador, pero ella me ignora sin parar de hablar.
—Apuesto que le encantó que le entregaras el suéter que olvido en tu casa después la una apasionada noche de sexo.
—Yo nunca te conté eso — volteo a ver a las otras dos personas que van dentro de la caja metálica conmigo esperando que no hayan escuchado la conversación.
—Ni quiero que me cuentes, ya de por sí es bastante extraño saber que con quien siempre te has acostado es mi hermanita.
— ¿Van a regresar para noviembre? — cambio el tema porque, aunque diga que no quiere saber estoy seguro de que se muere por preguntar.
—Este... no sé ... creo que no... hasta diciembre.
—Alexa, prometiste que estarían para su cumpleaños— las puertas el elevador se abren y soy el primero en bajar.
—Ese era tu plan galán, pero mi mamá es la que manda y ella agregó otro templo a la lista.
—Segura que no le puedo decir...
—No— me interrumpe en seco— te dije que soy yo quien les va a decir a todos.
Si el malnacido de su ex no borro mi recuerdo con 3 años no creo que unos meses con el cabeza de zanahoria afecte nuestra conexión.
—Entiendo, oye ya llegué a la entrevista, duerme bien y luego hablamos.
—Suerte tigre, en la entrevista y con mi pequeña enana.
Me quedo como pendejo viendo el teléfono, esa rubia odiosa siempre me saca una sonrisa y hace que se me olvide lo malo, por algo fue, es y seguirá siendo mi mejor amiga, y si me esfuerzo mi cuñada.
Me acerco al mostrador donde una señora como de cuarenta me observa.
—Hola, vengo a ver al profesor Moreno, tengo una entrevista para ser su asistente.
—Espere un momento.
Me siento en la sala de espera afuera de las oficinas.
El profesor Moreno es un gran y famoso psicólogo, tiene que serlo para enseñar aquí y ser su asistente me puede abrir muchas puertas además que aprender de él sería un privilegio.
Con el pequeño extra de que voy a ver más seguido a Ángela, ya que la oficina del profesor esta enseguida de la del decano junto con las otras de los jefes de departamentos.
Voy a poner ver a mi Ángel más seguido y poder tentarla con mi presencia, aunque se haga la indiferente conmigo conozco a la perfección sus gestos y miradas, como en el café, estoy seguro de que recordó la última vez en mi casa, es tan transparente o al menos lo es para mí, siempre lo ha sido.
Aún recuerdo la primera vez que me sentí atraído hacia ella, mi Ángel tenía 10, Alexa y yo 12 años, era Halloween y seguimos la tradición de salir a pedir dulces los 3. Yo estaba disfrazado de Jack Skellington de la película El extraño mundo de Jack y peleaba con Alexa porque ella iba a ir de Sally, pero al final no quiso y se le ocurrió irse de mimo, fue cuando la vi bajar de las escaleras del porche de mi casa con un vestido de mitad ángel y mitad diablo con dos coletas castañas, una a cada lado de su cara aniñada, recuerdo que pensé que sus ojos verdes se veían hermosos. Esa noche se ganó el apodo de "Mi Ángel", pero paso mucho tiempo después cuando conocí su lado de diablita.
—Profesor lo está esperando— anuncia la secretaria despertándome de mis recuerdos.
Me levanto alisan mi sencillo pantalón de mezclilla listo para impresionar al que sea.
Por Ángela Brown estoy dispuesto a todo.
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Perdón por lo corto que es el capítulo no estaba planeado, pero quería incluir con poco de Gil.
¿Qué piensan de su relación con Alexa? No todo es lo que parece ¿verdad?
Gilberto está muy seguro de que va a terminar junto a Ángela, pero todavía nos esperan muchas más sorpresas y no precisamente vienen de Erick Carter.
Ya me callo por después doy spoilers jaja
El próximo capítulo, la reunión en casa de Sebastian.
Hasta luego.
ESTÁS LEYENDO
Entre besos y engaños.
Chick-LitÁngela Brown, ante los ojos de la gente siempre ha sido la chica perfecta, ahora en la universidad tiene todo lo que siempre ha deseado; vive con su mejor amiga, estudia en una de las universidades más prestigiosas del país, tiene un grupo de amigos...