Fanfic sin titulo de EddxMarie

1

Parpadeaba nervioso. Una y otra vez, mirando a Marie sentada sobre su vientre. Con cada parpadeo él intentaba capturar en su memoria esa imagen, ese momento y fragmento de su vida que parecía transcurrir con calma, con una lentitud que ninguno, él y ella, Edd y Marie, querían que terminara.

—Edd —susurró Marie.

Él la miró en silencio. Frente a esa mujer de cabello azul y ojos oscuros se sentía intimidado.

—Edd —susurró nuevamente, mirándolo. Sentada sobre él, ahora que no lo veía resistirse o retorcerse, no sabía qué hacer. Hacía tanto que las cosas entre ellos habían cambiado. Pero no era capaz de decir cuándo. Simplemente un día Edd había empezado a charlar con ella, a lanzarle miradas tímidas durante las clases. Incluso durante los momentos en que ella y sus hermanas los perseguían, había notado cómo Edd reía, cómo se sonrojaba cuando entraban en contacto.

—Edd —dijo Marie agarrándolo de las manos—, te quiero.

Él la miró. El rumor de Last Post on the Bugle sonaba en el pequeño cuarto, inundándolo, haciéndolos sentir que eran las únicas personas en la ciudad, en el país, en el mundo. Tomados de la mano, empezaban a sudar nerviosos, apretando con fuerza su agarre, temerosos de que al soltarse ese sentimiento cálido se disipara, que todo fuera un sueño y el otro desapareciera al soltarlo. Marie sonrió apretando más fuerte la mano de Edd.

—Te quiero —volvió a repetir Marie, inclinándose sobre Edd, dejando que su cuerpo reposara sobre el de él.

En ese momento ella sintió cómo Edd se retorcía y rio, acariciando sus mejillas. Estando ahí ella recordaba todas las veces que estuvieron juntos, todas las veces que lo había besado, que habían conseguido estar ahí, juntos, porque de alguna manera era como si desde que lo había visto en compañía de Ed y Eddy planeando estratagemas para estafar a los demás niños del callejón, sintiera que él era adorable, que le gustaba y, con el tiempo, fue sintiendo amor.

—Tambien te quiero —respondió Edd, rodeándola con los brazos y besando su frente.

—Eres maravillosa. Desde que te conocí debí haberme dado cuenta de lo linda e increíble que tú eras conmigo. Mientras todos los demás nos convertían a mis amigos y a mí en unos apestados, tú y tus hermanas nos querían, no entiendo porǀ

Marie lo interrumpió besándolo.

—Cállate. Tonto —dijo.