Entre Lirios & Peonías [YoonMin]

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⇝ Quedaban sólo un par de minutos antes de que llegara nuevamente Jimin a la florería con el pedido de ese día, y Taehyung junto a Yoongi estaba acomodando varios baldes con distintos tipos de flores, que llegaron la tarde anterior, para simular que acababan de traerlas. De este modo, Yoongi tendría la excusa perfecta para pasearse por el lugar, además de demostrar su fuerza, cargando los pesados contenedores.

—¡A-A-Ahí vi-vi-viene! —tardó en decir el castaño, preso de su nerviosismo. Yoongi salió disparado, metiéndose a la bodega detrás de la tienda, esperando su señal para salir, respirando agitado. No quería pensar de sí mismo, como un lunático por ponerle tanto esfuerzo, a algo tan simple como hacerle saber su nombre al chico que le gustaba. Jimin, su nombre seguía causando mariposas en su estómago y robándole una involuntaria sonrisa.

—Traje el pedido —se oyó la alegre voz del repartidor, quien rápidamente había tomado confianza con Taehyung, pues el castaño sonreía todo el tiempo, además de que irradiaba una vibra agradable. Tal vez, aquello lo ayudaba a pasar por sobre su limitante tartamudeo, para hablar con los clientes sin mayores problemas, pensó Yoongi.

—Ge-Genial —respondió Taehyung. —Acaba-bamos de re-recibir un g-gran ped-dido —aclaró, señalando las flores en la entrada y el resto del lugar. —D-Déjame que lla-llame a mi j-jefe... para que las sa-saque.

—No te preocupes —intentó frenarlo Jimin, pero tarde.

—¡Yoo-Yoongi hyung! —gritó, innecesariamente alto, y el aludido rodó los ojos, tomando una gran respiración. —¡Yoongi hy-hyung! —con pies de plomo y la mirada en el suelo, Min hizo su aparición, sin atreverse a mantener la vista en el recién llegado. Él objetivo principal de su misión estaba completo y ahora su platónico conocía su nombre. —La-Las flores im-impiden el pa-paso...

—Ya las quito —murmuró bajo, sin dejarlo completar su frase, debido al nerviosismo que lo invadió, con sólo verle los pies a Jimin. Tomó un par de tiestos y simulando que no eran nada ligeros, los acarreó al interior de la bodega.

—No tenían que sacar nada —habló Jimin, algo incómodo con lo molesto que lucía el dueño de la floristería. —Yo puedo pasar entre las flores —con cuidado esquivó los baldes, llegando al mesón y dejando el pedido sobre éste. —¿Lo ves?

—Es que te-teníamos que qui-quitarlas de t-todos modos —aclaró. Yoongi volvió a entrar en escena, lanzándole una miradita de espaldas al chico, sin que éste lo notara, apreciando su belleza en secreto. Tomó dos baldes más y repitió el proceso.

Jimin conversó un poco más con Taehyung, antes de retirarse completamente de la tienda, con el pago de su entrega. En cuanto notó la ausencia del chico, Min Yoongi regresó a la carrera para obtener los detalles de su charla.