Mirada

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Finalizando su día como siempre se dirigió al restaurante con su motocicleta sin dudar para después entrar y observar como los ultimos clientes se terminaba su comida.

Dirigiéndose a la cocina observo a sus tíos para saludarlos con un beso en la mejilla y un abrazo, solo que a Dada solo le dió el abrazo. Terminando con los saludos agarro un trapo y una charola para salir de la cocina donde  recogia los platos y limpiaba bien las mesas. Los últimos clientes ya habían terminado y pagado y se dirigían a sus casas para descansar.

Observando que todo estuviera en orden se dirigió a dejar las últimas cosas para que Dada las lavara recibiendo una sonrisa de parte de su amigo la cual regreso sin dudar. Despidiéndose de sus tíos después de ayudar en la cocina a recoger lo último se dirigió a habitación para bañarse y ponerse su piyama.

Terminando así su rutina se dirigió a su tocador dónde agarro su sepillo, peinandose suavemente y sin prisa su cabellera tarareando una canción que su madre le cantaba cuando era pequeña.

Tardando solo unos minutos se dejó su cabello suelto como todos los días antes de ir a dormir, colocándose frente a la ventana de su habitación admirando el pueblo para después dirigir su mirada a el cielo estrellado dónde tintineaba dulcemente las estrellas y una hermosa luna menguante cóncava que iluminaba sutilmente el pueblo de Sooga.

Quedándose así unos minutos más cuando sintió una mirada fija en ella observando alrededor del pueblo buscando al causante que lo hacía, sin éxito alguno se dirigió a apagar las luces y meterse entre sus colchas para después sentir como sus ojos se cerraban lentamente dejándose llevar por el sueño, sin olvidar aquella sensación todavía.

Cuando alcanzo a dormir profundamente en el límite del bosque se encontraba Garu que observaba todos los movimientos sin apartar su mirada, observando como se quedaba profundamente dormida se acercó sigilosamente a la habitación de la joven siendo precavido para que nadie viera, se colocó frente a la ventana viéndola fijamente sin apartar la mirada.

Decidido miro alrededor buscando si alguien se encontraba cerca, no quería que nadie se alarmara al estar frente a la ventana de aquella joven, sin moros en la costo empujó ligeramente la ventana para entrar sigilosamente y sin hacer ruido se acercó a la joven que se encontraba dormida sin ninguna idea de lo que pasaba en su habitación.

Acercandose lentamente se posiono frente a la joven que descansaba plácidamente en su cama, acercando su mano a la cara de ella la paso suavemente sintiendo como si fuera la textura de una flor suave sin ninguna imperfección, cotorneando el rostro de la joven sin ningún indiseo de que despertara pasando así todo la noche y parte de la madrugada observandola y acariciándola.

Siendo la hora de irse al ver que se aclaraba el cielo se levantó de dónde estaba se acercó a la ventana sin hacer ruido cerrandola lentamente, observandola por última vez antes de dirigirse al bosque de bambú rumbo a su casa.

Pasando así los días ocurriendo lo mismo sin ninguna falta y sin saber quién era, Pucca no sabiendo el porque de la sensación lo ignoraba pretendiendo ser solo su imaginación, hacia su rutina todos los días terminando así su día se alistaba para irse a acostar no sin antes observar por su ventana aquellas bellas noches y sin ningún miedo se dirigía a dormir tranquilamente en su cama.

Una mañana fue totalmente diferente había empezando su rutina sin ningún inconveniente cuando se dirigió a abrir sus ventanas se encontró con una rosa y una nota al lado de ella, observando al rededor para buscar al causante de aquella acción, no encontrando a nadie que pudiera haberlo hecho, agarro con duda la nota para después leerla.

Una mañana fue totalmente diferente había empezando su rutina sin ningún inconveniente cuando se dirigió a abrir sus ventanas se encontró con una rosa y una nota al lado de ella, observando al rededor para buscar al causante de aquella acción, no ...

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Sin poder evitarlo sonrió para después tomar la rosa y olerla dirigiéndose a buscar un florero con agua y colocarla en su escritorio guardando la nota en su buró.

Ocurriendo así los días dónde siempre era una nueva nota y una flor diferente que siempre colocaba en el florero a lado de su escritorio.

Un día antes de ir a dormir y descansar del día que tuvo se dirigió una vez más a la ventana para observar el bosque de bambú que se extendía alrededor del pueblo sintiendo un impulso observo un lugar en específico detrás de unos arbustos y varios bambus siendo perfecto para esconderse, observando ahi una mirada fija en ella, restregando se los ojos para nuevamente enfocar su mirada en ese lugar no encontrando nada más que la naturaleza misma y la oscura noche, pensando si era o no su imaginación se dirigió a su cama acostándose para lograr con éxito dormir tranquilamente para despertar con un bonito día sin complicaciones.

Alma GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora