Me desperté temprano el sábado por la mañana, más temprano de lo habitual. Tras una tarde llena de emociones, la noche fue un poco más tranquila. Después de cenar en un restaurante, nos tomamos algo en una terraza a la brisa fresca de la noche. Hablamos, reímos y disfrutamos de un pequeño paseo por la orilla de la playa antes de regresar al hotel. Unos mimos a la luz de la luna para entrar en calor y un rápido regreso al hotel para terminar lo que empezamos a la orilla del mar. Una noche magnifica junto a un gran chico.
Dormía tan placenteramente que temía despertarle. Me escabullí sigilosamente de entre las sábanas, quería dejarlo dormir un poco más. Me di una ducha rápida y besé su mejilla antes de salir de la habitación. Esperaba tener tiempo suficiente antes de que se despertara para prepararlo todo, tenía ganas de darle una pequeña sorpresa. Bajé al restaurante para recoger todo lo que necesitaba, mi chico necesitaba recuperar sus energías y nada mejor para ello que un buen descanso y un gran desayuno; puesto que ya tenía lo primero, debería encargarme de lo segundo. Al regresar a la habitación todavía seguía dormido, dejé la bandeja con el desayuno sobre la mesa.
- Diego, cielo - le llamé dulcemente -. Buenos días corazón - un dulce beso siempre le ayuda.
- Mmmm.
- Es hora de levantarse amor.
- Buenos días - se sentó en la cama -, ¿dónde está mi beso de buenos días?
- A veces eres como un niño mimado.
- Tu niño mimado - me agarró la nuca y la cintura y me besó -. Has madrugado, con lo que te gusta aprovechar dormilona - ¡qué manía con las cosquillas!
- Para anda, sólo quería sorprenderte trayéndote el desayuno a la cama.
- Eso no era necesario guapa, contigo tengo suficiente.
- ¡Cierto! Sin embargo...
- ¿Ves como tengo razón? ¿Qué?
- Lo que sí necesitas es una ducha.
- ¿Te vienes?
- Te esperaré aquí con mi zumo.
- Jooooo.
- No, se me enfriará el café y, además, ya lo hice esta mañana.
- ¿Te has duchado sin mí? Mala.
- Estabas muy mono dormido, no he tenido valor para despertarte - le di un beso para que se olvidara de la idea -. Venga una duchita rápida mientras preparo la mesa de la terraza para desayunar.
- Está bien - desistió -, ¿algo para el camino?
- Consentido - dije mientras abrazaba su cuello.
- Por tu culpa.
- No sé como lo hago, pero siempre es por mi culpa.
- Claro que sí, porque te gusta hacerlo.
- Cierto, y a mi niño no le gusta nada que lo mimen.
- Nada - como me pierde esa sonrisa.
- Entonces... ¿lo dejo?
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Un nuevo comienzo
RomanceEste libro es un conjunto de pequeños relatos independientes y tratan sobre la relación existente entre dos amigos Andrea, de 28 años, y Diego, de 34