La pequeña Shihanyo no comprendía por qué de repente Sesshomaru se aproximaba hacia ella. El Yokai de mirada penetrante extendió su mano, revelando la perla negra.
- Libéralos.
- ¿Qué?
- Libéralos.
- ¿A quiénes?
- A tu padre y tu madre.
- ¿QUÉ? ¡Pero si ellos ya no están en este mundo!
- Te equivocas.
Moroha sintió un vuelco en su pecho. Desde niña le habían dicho que sus padres murieron procurando protegerla. Pero, algo en su interior le decía que Sesshomaru no mentía. En el fondo, ella anhelaba silenciosamente ver a sus padres. Así fuera solo una vez. Respiró profundo, y preguntó:
- ¿Cómo puedo hacerlo?
- Golpea la perla con este báculo chiquilla. – Habló esta vez Jaken –
Una vez realizada la instrucción, se abrió un portal. Moroha retrocedió un poco por el asombro. Y en ese instante, dos seres aparecieron a través de ese agujero.
Moroha de repente reconoció unos aromas particulares, que conservaba en su memoria desde pequeña. Sus ojos se empezaron a nublar. Pero pudo notar que, la mujer también estaba a punto de llorar.
- Eres tú...
- Hemos vuelto a ti, hija – Habló ahora el hombre de cabello plateado. –
- ¿Ustedes...?
- Moroha...
- ¿Mamá?
- Sí cariño.
- ¿Papá?
- Sí, soy yo.
Sin aguantar un segundo más, corrió hacia ellos hecha un torrente de lágrimas de felicidad. Fue envuelta por el abrazo de ambos. Ninguno podía contener su euforia.
- ¡No puedo creerlo! ¡Parece un sueño!
- No lo es. Créelo mi niña. Aquí estamos.
- Y nunca más nos separaremos
Los tres permanecieron en ese abrazo que borraba toda amargura y todo dolor del pasado, y hacía nacer una nueva esperanza para sus vidas.
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Semana InuKagMoro
Фанфик5 relatos cortos en honor a la semana dedicada a InuYasha, Aome, y Moroha