Todo tiene un final pero no todos quieren aceptarlo, negando todo aunque la realidad esté delante de sus ojos.
-"Me quitaste a mi hijo y ahora me darás otro quieras o no."
Ser padre nunca pasó por su mente, ni siquiera pensó que en algún momento lo sería pero la idea no le pareció terrible después de todo.
Aún podía recordar ese sentimiento extraño instalarse en su pecho al enterarse de que sería padre, acogiendo entre sus brazos al omega del cual se enamoró para consolarlo, susurrando que estarían juntos para superar cualquier obstáculo.
Y una vez más ese extraño sentimiento pasó por su pecho, más fuerte que nunca. Agarró entre sus brazos al hermoso bebé que yacía envuelto en una cobija blanca tan suave como un algodón de azúcar, reteniendo las lágrimas y el terrible dolor en su corazón, después de enterarse que su pareja no había sobrevivido al parto.
Prometiendo que protegería a su hijo sin importar que tanto le costara. Con cada año vió como ese pequeño niño creció junto a él, las tantas noches que no pudo dormir por apaciguar su llanto a altas horas de la noche, la vez en la que no pudo contener las lágrimas al escuchar sus primeras palabras, cuando lo vió dar sus primeros pasos, el primer día de clases...
Pero después de cinco años, parado frente al ataúd de su hijo, sintiendo como el pecho le hervía en furia y dolor, teniendo en mente un único nombre; Jeon Jungkook.
El culpable de todo.
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- Historia corta. - Temas sensibles - Sin escenas explícitas.
