Jhonny y Celeste caminaban pegados por las calles de esa oscura ciudad, ella hablaba de muchas cosas, el solo la escuchaba, oía lo que ella soltaba de sus dulces labios, oía su voz, eso lo tranquiliza, la miraba a los ojos, veía las estrellas en ellas, brillaban igual que la luna, aquella bola de queso encima de todos, los observa en las noches, aquellas noches dónde el estaba solo, pero ahora ya no, tenía compañía o al menos eso el piensa, pero... ¿Cuánto durará esto antes que lo heche a perder como siempre?
-Jhonny.... ¿Are you ok?
Jhonny deja de imaginar.
-Si, solo pienso.
-Tu cabeza trabaja mucho ¿Eh?
El sonríe.
-Mi cabeza es como la de todas las demás.
-No creo eso, pienso que la tuya es diferente, un poco hueca pero especial - Celeste sonríe.
-¿Que quieres hacer Celeste?
-Dime tú, eres el experto, aunque volar de nuevo no estaría mal....
-¿Tienes algún plan en la vida?
Ella lo mira -¿Piensas que lo tengo?
-No lo sé, es que a veces te veo tan calmada que parecería que tienes un plan B.
-Bueno sería un plan G o H pero la verdad no tengo nada solo espero el fin de mi tiempo, me imagino el reloj de arena, pero parece que está defectuosa porque se esta tardando.
-¿Le temes a la muerte?
-No, he visto cosas peores. -Ambos ríen.
Una brisa llega nuevamente a la ciudad, los acaricia suavemente y luego se aleja.
-Parece que se acerca una tormenta.
Ella saca un cigarro y lo enciende.
-¿Quieres?
-Si.
Le entrega uno y también lo enciende, ambos siguen caminando hasta que llegan a un puente, uno muy alto dónde cualquier descuido los arrastraría a la muerte sin problema
-Esta es la oportunidad Jhonny, si quieres terminar con tu vida, este puente es una buena idea.
-¿Piensas que alguien ya salto desde aquí?
-No lo sé, pero para hacerlo debería estar drogado, ebrio o destruido por dentro.
Jhonny observa como Celeste se quita los zapatos lentamente, acaricia el barandal con las yemas de sus dedos y observa el vacío, el también se le acerca pero con un poco más de miedo.
-Creo que me estoy pareciendo a ti Jhonny.
-¿Por qué?
- Estoy logrando abrir mi mente y puedo ver a los demonios esperando que me quite la vida.
-¿Lo harás?
Ella guarda silencio por unos segundos.
-No, soy una cobarde, como tú.
Ambos miran el vacío bajo ellos, observan a los demonios, estos quieren sus almas, quieren sus vidas, quieren nuevas presas, un rico aperitivo.
Los árboles de la ciudad se sacuden, un sonido tranquilizador llega, es la brisa que en un instante espanta a esas bestias del Inframundo.
-¿Tu lo hiciste Jhonny?
-No, creo que fuiste tú.
Ambos se miran fijamente, mientras que esa brisa se retira y luego vuelve, creando un ritmo, uno mágico.
-Cierra tus ojos Celeste.
Ella sonríe y lo hace.
-¿Ahora que?
-Extiende tus brazos y dejate llevar.
Ella lo hace al igual que Jhonny, ambos mueven sus extremidades, por todas partes, sin seguir un patrón solo el ritmo de esa noche, la luna sonríe mientras ellos bailan con la brisa, se sienten libres por un instante, no se sienten juzgados o perseguidos por nadie, no son de nadie, se toman de las manos y continúan con el baile, con esos pasos envidiables, son los reyes de la pista, el humo del cigarro toma diferentes formas como un copo de nieve, está última se aleja, es llevada por el viento, viaja hasta el otro lado de la ciudad, donde ya no existe esa mágica que provocaron, este copo termina en la ventana de una oficina y se desvanece justo en los ojos de Nick Jackson, este queda sorprendido mientras detrás de el entra un hombre.
-Señor Nick, ¿Me llamo?
- Así es Marcos ¿Sabes algo de Celeste?
- No señor, ella aún no volvió al club.
-La extraño -Susurra.
Nick se sienta en su escritorio y empieza a servirse un vaso de vodka.
-Quiero que averigues dónde está, que la sigas y veas cuál es el puto motivo del por qué aún no vino arrastrándose a mi.
-Si señor.
-No hagas que te descubra, quiero toda la información que puedas tener, tengo un nuevo negocio y esta vez es grande, la necesito y para eso debo de entrar en su mente ya que esta puta es fuerte.
-De acuerdo señor, haré lo que pide.
Este se retira y Jackson queda solo en la habitación, no deja de pensar en ella, su cuerpo le pertenece, el le salvó, le dió todo para que ella sea lo que es, es de su propiedad y no hay nadie que cambie eso.
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La Imaginación De Una Mente Deprimida
FantasiJhonny Brown es un hombre solitario, adicto y deprimido por la vida que lleva, pero con ayuda de una prostituta y una gran imaginación, su vida cambiará drásticamente.