Jeongin estaba sentado en una silla del comedor viendo el waffle frente a él. Bae jugaba un juego en el móvil de Hyunjin mientras estaba sentado en su regazo.
Jeongin se acomodó la camiseta prestada que llevaba puesta pensando dónde rayos estaba su ropa y si sería capaz de recordar el seguro acto estúpido que había hecho cuando llegó a la casa de los Hwang borracho. Ni siquiera debería estar ahí, era demasiado incómodo y humillante.
—Deja de estar tan tenso.—Hyunjin dijo.
—¿Cómo no estarlo? Hice algo horrible, no estamos en un buen momento y hago el ridículo frente a ti. No quiero ni saber qué hice.—dijo Jeongin sin poder mirarlo.
—Está bien, no te diré que ahora ya sé que sigues siendo el mismo descarado que hace cinco años cuando quiere que yo le haga algo.—la tonalidad roja en la piel de Jeongin desde el cuello hasta las orejas valió la pena molestarlo. Mientras tanto Jeongin se juraba a sí mismo no volver a beber hasta emborracharse jamás.
—Déjame adivinar, tú me desvestiste, me bañaste y luego me vestiste.—Jeongin le dijo.
—Si, no te preocupes, no me he pasado a pesar de que hayas sido muy insinuante.—dijo Hyunjin. Jeongin se rascó la nuca nervioso y luego prosiguió a comer el waffle frente a él. No lo podía creer estaba desayunando con su hijo y el padre de su hijo. Hubiera sido perfecto si... No, no debía pensar en eso. Eso jamás pasaría. Hyunjin siempre había sido amable y esa era la única razón por la que él estaba allí. Él no le hubiera dado la espalda al otro padre de su hijo por más que lo odiara porque tenía un buen corazón. Un corazón que él había hecho trizas pero que conservaba toda su esencia aún.
—Gracias por ayudarme anoche y por el desayuno.—dijo Jeongin luego de un rato de silencio.
—¿Te sientes mejor?—le preguntó Hyunjin. Jeongin suspiró.
—Hace mucho que no lidio con una resaca pero sobreviviré.—contestó. Hyunjin entonces le susurró algo a Bae y el niño simplemente se bajó de su regazo. Jeongin lo vio dirigirse a la sala luego de dejar el móvil de Hyunjin. Se puso a dibujar tranquilamente en la mesa de centro de los sofás.
—Jeongin, yo...no puedo perdonarte los años que he perdido con mi hijo pero no puedo odiarte.—declaró Hyunjin.—Me gustaría que nuestra relación sea mejor por el bien de Bae. Además, quería pedirte disculpas por haberte tratado mal esa vez.—Jeongin lo oía atentamente. Hyunjin era tan comprensivo que hasta le enojaba que fuera tan bueno.
—Y-yo...no creo que haya nada que perdonar. Y con respecto a llevarnos bien por Bae, no quiero que sea de forma obligatoria. Adem-.—se calló de inmediato. ¿Qué iba decir? No podía decir delante de Hyunjin que todavía conservaba sus sentimientos y que estar cerca de él aunque sea de forma parcial le haría mal, era como tenerlo y no.—Prefiero mantener las distancias.—dijo.
—No te estoy diciendo que seamos amigos, solo cordiales. Eres alguien importante para mí después de todo y...estoy feliz de que tú seas el otro padre de mi hijo y no cualquiera.—dijo. Jeongin lo pensó y luego se rió un poco con las palabras de Hyunjin.
—Si, fue una suerte que hayas olvidado ponerte un condón conmigo.—soltó sin gracia.
—Habías cantado y tocado la guitarra dulcemente y era una hermosa noche. Mis sentimientos me ganaron, recuerdo todo eso como si hubiera sido ayer.—Jeongin se sonrojó. Él también lo recordaba de esa forma y que Hyunjin también lo hiciera le parecía tierno. Hyunjin se aclaró la garganta ante lo dicho y hasta se sonrojó sutilmente.
—No te avergüences. Ese día me persigue desde que supe que Hyunbae crecía en mi.—dijo Jeongin.
—¿Estuviste asustado?—Jeongin tomó algo de jugo antes de responder.
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»Children Of Fame« [Stray Kids]
FanfictionLos niños bien pueden ser caprichosos, soberbios, envidiosos y ambiciosos. Sin embargo, eso no quiere decir que no tengan sentimientos. Al fin y al cabo, viven sonriendo frente a las cámaras como adornos para sus padres. Ser famoso no significa sólo...