ᴛʀᴇꜱ

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Su sistema límbico estaba dispuesto a colapsar en ese mismo instante. Su pecho tartamudeaba y respirar dolía tanto como tragar trozos de cristal.

La elfa se paseó por la habitación hasta el armario y le entregó una capa negra.—Él me dijo que te diera esto, allí hace frío.

Hubo algo.

La agarró del brazo y se aparecieron en los solitarios pasillos que conducían a las oficinas centrales de los mortifagos en la mansión.

Todo parecía frío y sin vida.

Diana comenzó a sentir náuseas tan pronto la gente con máscaras y túnicas oscuras comenzaban a sentarse en la mesa rectangular.

Su brazalete ardió y se sintió más pesado que antes. Ella sintió su magia arder en un punto de su pecho. Soltó un jadeo y ahogó un grito de dolor cuando comenzaron a quemar con más fuerza.

Bellatrix estaba en el fondo de la habitación hablando con un hombre alto y  perfectamente uniformado. El suelo estaba húmedo y frío, había sangre podrida en todo el lugar y se filtraba a través de sus zapatillas delgadas.

—Hagan que se aturda y traiganla.

El hombre alto que estaba junto a Bellatrix se acercó y le lanzó un aturdidor Justo a la cabeza. Cayó como una piedra y él la atrapó.

Al despertar estaba en un asiento. Atada de las manos y piernas. Todavía estaba temblando. Podía sentir la presencia pesada de un hombre detrás de ella.

Diana estaba intentando calmar su respiración concentrándose en el orbe de luz tenue en el techo. Apretó sus manos y las relajó mientras sentía una piedra alojada en la garganta.

La presencia venenosa de Voldemort la hizo estremecer. Él estaba hablando con Nagini al fondo de la mesa.

—Aún no puede ordenar las ideas en su mente. Ella aún no sabe con claridad porque está aquí.—dijo Voldemort en un tono agonizantemente tranquilo. —Puedo oler lo asustada que está.

—No, mi señor, todos pensamos que sería mejor que usted le diga realmente las razones. —Dijo Bellatrix, con voz tranquila y respetuosa. —Sin embargo, ya recibió la primera dosis de alteración para su sistema, Shand y su equipo tenían razón en que, es cuestión de tiempo para que ella explotara. Los niveles de magia hubieran aumentado demasiado. La magia residual hubiera sido un problema.

Voldemort acarició perezosamente la cabeza de Nagini y la serpiente fijó sus ojos en Diana.

—Fuera. Váyanse todos excepto tú y...Bellatrix. —ordenó Voldemort y todos inmediatamente salieron de allí.

Bellatrix se acercó a Diana con ojos amenazantes. El hombre alto se mantuvo en la sala con ellos.

La arrastraron hasta su trono y la empujaron hacia adelante, haciéndola caer al suelo.

—Sostenla. —ordenó mientras se acomodaba en su asiento.

Le arrancaron la capa y la acorralaron. La mano de Bellatrix se posó en su mejilla y la otra le abrazó el abdomen.

Voldemort se hundió en su mente, la legilimancia de él era como una daga venenosa cortando su piel. Agonizantemente estricta. Abriéndose paso entre sus recuerdos.

Voldemort estaba fascinado viendo su infancia. Viendo los ataques a los que asistió y viendo cómo cruzó el gran comedor con la excusa de que era una alumna transferida desde Nueva Zelanda.

La vio correr en el bosque y la vio esquivar una daga que iba a su cien. Cuando se apartó de la mente de Diana, ella se derrumbó y la luz le estaba quemando los ojos. Sus manos vagamente se deslizaron por su cuerpo para ver si aún tenía ropa o la habían desnudado.

Éternel; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora