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CINCO

Mirk Hokins

- Gracias por avisar hielito - dijo ella riendo - tan amable como siempre.

¿Se creía graciosa?, giré la cabeza al ver como Zayd estaba riendo, él me miró, no necesité palabras para que entendiera lo que quería.

Deje de mirar a Zayd y mis ojos se encontraron con los suyos, en su mirada se distinguía perfectamente la gracia que le provocó mi reacción y las ganas que tenía de crisparme los nervios.

- Repite eso y será lo último que logres decir mocosa - le dije amenazando, no muy alto, nadie más podía escucharme, no quería más problemas con el director.

Me dí la vuelta caminando hacia mi habitación, seguro que Niko y el resto de chicos ya estaban allí. Note a Zayd caminar detrás de mí.

- No te había visto tan cabreado desde...

- No estoy cabreado - bufé - solo no quiero que una estúpida como ella crea que puede decirme lo que le dé la gana sin consecuencias, suficiente he aguantado ya.

- Eso te iba a decir, ¿por qué tanto?, tú siempre lo cortas de raíz pero aquí te estás dando muchas vueltas. - respondió divertido alzando las cejas. Lo miré, pero no por mucho, seguí andando y cambié de tema.

- Mejor ¿porque no hablamos de cómo tartamudeas cuando está la pelirroja?- mencioné. No quería hablar de algo que ni yo tenía claro aún.

- Se llama Cailín, y yo no tartamudeo - me giré a verle y reí por su mentira -vale, vale dejemos de hablar de eso - dijo molesto y rojo por la vergüenza

Seguimos hablando hasta mi habitación, los demás nos esperaban dentro.

- ¿Os secuestraron mientras terminabais lo de los grifos? - preguntó William.

Su voz retumbó en mis oídos como si fuera un pitido molesto y constante. No me caía bien, nunca lo había hecho y no tenía la intención de empezar ahora. Desde el momento en el que piso la entrada había sido un incordio continuo, pero como su padre daba "donaciones" totalmente desinteresadas al internado, Hokins me obligaba a mantenerlo cerca.

- ¿Te crees cómico ahora? - respondí bruscamente.

- Están todos jodidos, no sale agua, estarán arreglandolos hasta el martes aproximadamente. Podréis hacer el cambio saliendo por la cocina - explicó Zayd con calma. Nada podía salir mal de este intercambio.

- Nada puede salir mal, no queremos acabar como en la última hace meses- Niko estaba nervioso, se le notaba en la voz. Quien no lo estaría en su lugar, la cago en el primero y nos la llevamos todos por su culpa.

- Pues no la cagues esta vez - dijo William con cierto rencor, se llevó la peor parte. - De todas formas desactiva las cámaras de la cocina y el pasillo, así hay menos riesgo de que nos pille el guardia. - dijo explicando lo que debería haber hecho la última vez. Todos asentimos de acuerdo.

- William, ¿tienes el dinero ya? - le pregunté, él asintió y sacó la bolsa de debajo de mi cama.

- El lunes a las 12:00 pm, cerca de la valla, en el agujero de siempre - asentí, volví a guardar la bolsa y todos se fueron.

Esto había empezado hace relativamente poco, hacía algo más de un año, cuando entró nuevo William. Es el que nos metió a todos. Dijo que conseguiríamos un buen pago por hacer algún que otro recado sin que nadie más se enterara. Y teniendo en cuenta que mis inmensas ganas de salir de aquí de una vez por todas y mi escasez de ingresos por esos momentos, no eran muy compatibles, acepté. Supongo que cada uno tenía sus propias razones para hacerlo, nunca he preguntado al respecto, pero aquí estamos. Haciendo el trabajo sucio a algún que otro ricachón que no quiere mancharse las manos repartiendo la mierda que vende.

Entre golpes y traicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora