Capítulo 32. "Episodio maníaco"

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     Alemania, 15 de abril del 2015.

     Un mes después del capítulo 23.

     Marco.

     Ian, Demon, Draco, Vanko y yo estamos esperando que el médico nos diga qué le sucedió a Damián. Después de llenar su historial y de ser atendido, fue trasladado al área de psiquiatría. Tuve que esperar que le hicieran una radiografía a Demon y que vendaran el rostro de Ian para que todos viniéramos a esta zona.

     Draco nos trajo algo de comida hace unas horas y Demon ha intentado comunicarse con Violetta toda la tarde. Lo único que me preocupa es que pronto se hará de noche y debo ir al club, no puedo faltar. Así que me tocará irme, Ian no está en condiciones, no confío en Demon, Draco es inútil y Rico no aparece, sólo queda Vanko, que aunque sea su guardaespaldas privado, no es su amigo.

     Mi teléfono vibra con un mensaje de Andros.

Andros: Estoy en la ciudad ¿Dónde estás?

Marco: ¿Qué haces aquí?

Andros: Papeleo.

     Le envío mi ubicación en tiempo real para encontrarnos. Unos tacones resuenan en el pasillo, llamando mi atención, levanto la mirada para encontrarme con la cabellera rubia de Heidi, mi cuerpo se tensa al ver su rostro preocupado.

- ¿Y Damián? – nos observa a todos.

- No sabemos nada – responde Demon – ¿Qué haces aquí?

- Vanko le avisó a Dominic y él me dijo a mí – se sienta en las sillas del frente –. Llegué ayer a la ciudad, pero él no quería verme.

- No lo culpo – Demon sonríe con descaro – ¿Quién quiere ver a la chica con la que está obligado a casarse?

- ¡Demon! – codeo su estómago.

- Es cierto – sonríe aún más, disfrutando de mi molestia.

- Me preocupo por él – Heidi parece dolida.

- Él no se preocupa por ti – Demon se levanta de su silla y toma su celular.

     Heidi se queda en silencio, puedo ver una lágrima caer por su mejilla. Siento un poco de pena por ella, así que me levanto y me siento a su lado. Ella voltea a verme y yo le sonrío con la boca cerrada.

- Todo estará bien, Heidi – coloco mi mano en su hombro, transmitiéndole confianza.

     Ella asiente sin responder, perdiéndose en sus pensamientos. Exhalo con pesadez, volviéndome a pasar a mi puesto. El pasillo se vuelve a llenar de pisadas apresuradas, pero esta vez una cabellera roja llama mi atención. Rico también entra corriendo, pasándole por un lado a Violetta.

- ¡Ian! – Rico se agacha para revisar a su hermano, su rostro está lleno de preocupación.

- Ya, tranquilo – Ian intenta sonreírle, pero su rostro está muy hinchado para hacerlo.

- No sabes el susto que me diste – Rico lo abraza con delicadeza y se sienta a su lado – ¿Cómo pasó todo esto?

     Veo a Violetta caminar hasta Demon, le deja un beso en los labios y lo abraza.

- ¿Cómo estás? – toma su brazo, para ver la venda.

Demon se aparta de ella con brusquedad, Violetta lo mira confundida y él con rabia.

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