Siempre he soñado que un día me voy a dar cuenta de cuál es mi propósito de vida, pero siendo realistas eso es poco probable. Ahora solo me dedico a sacar adelante las decisiones que tome para mi vida, no disfruto nada y soy emocionalmente dependiente a una figura que he creado en mi mente. Sueño con que algún día toda mi vida se arregle y no haya días malos. Deseo lo que alguna vez tuve y anhelo lo que algún día será mientras odio lo que tengo ahorita. Suena mal, pero ese es mi día a día y tristemente me he acostumbrado a esto.
Estar detrás de un mostrador no es mi plan de vida deseo estar en un escenario, aunque no tenga ningún talento en particular, solo quiero ser un artista, alguien que gane dinero mientras es alabado por las personas. Si soy franco se que mi sueño es un asco, soy una persona egoísta y solo deseo fama. ¿Qué puedo decir? Si no soy franco conmigo no lo seré con los demás, no soy ángel caído del cielo desgraciadamente soy humano, avaricioso y con poco tacto. No me enorgullece, pero tampoco me voy a avergonzar de ello. No seré una persona pura pero tampoco me creo capaz de dañar a alguien para obtener lo que quiero.
¡Auch! Maldición me acabo de quemar. Mientras maldigo a todo ser viviente que se me cruce tomo mi mano que arde como el infierno y me dirijo al lavabo dentro de la cocina.
Mientras mojo mi mano escucho a mi jefe llamarme - ¿Jimin? - siento su mano en mi hombro -No te dije que hoy te toca estar detrás del mostrador- me dice mientras siento su aliento en mi nuca. ¿Qué no me lo podía decir sin violar mi espacio personal? Volteo hacía el espejo de la cocina y me doy cuenta que somos los únicos en la cocina. Oh, con razón.
-Sí me dijo, pero me queme la mano y quería calmar el ardor con agua fría. No se preocupe, lo clientes que hay ya fueron atendidos por Jin-hyung- Le digo mientras me safo de su agarre y me alejo.
-Oh, que mal precioso. Mira tengo una pomada para el ardor en mi oficina. Si quieres ven conmigo para dártela. - Me dice mientras con sus ojos recorre toda mi anatomía. Me quiero reír porque no disimula para nada sus segundas intenciones, pero mantengo mi expresión como siempre, sería.
–Esta bien jefe, ya no me arde- Mientras digo esto trato de esquivarlo y dirigirme al mostrador, no puedo estar más tiempo solo con esta porquería de humano.
Bloquea mi paso y con una sonrisa me dice -Precioso cuantas veces te he dicho que me llames Joon-hyung- Siento nauseas por el apodo que el decidió ponerme.
-Jimin-ah, hay varios clientes esperando a que le tomes la orden- Mi salvación entra a la cocina de forma apresurada tomándome de la mano -¡Oh! Hola jefe- Dice Jin-hyung saludando al jefe con una reverencia sin soltar mi mano.
Mientras Jin-hyung me lleva al mostrador me ve de forma seria y me regaña por no mantenerme alerta con el jefe. Hace un año el también paso por algo parecido, pero cuando se hizo novio de un policía y el jefe se enteró, su atención paso a mí. Como odio este trabajo.
-Bienvenido a Sun Rise ¿En qué le puedo servir? - A veces pienso que sueno como una maquina porque no hay ninguna emoción en mi voz y tampoco me esfuerzo porque lo haya.
-Un Ice americano, por favor- escucho una voz grabe indicar su orden, pico los botones indicados para procesar su orden y volteo para recibir el dinero -Son 2800-
Siendo como me congelo, esta persona es idéntica a la persona que siempre sueño. Mismos ojos gatunos, labios delgados y pelo azabache. ¿Me voy a morir? ¿Es un ángel que viene por mi alma? Volteo hacia el piso para ver si no esta mi cuerpo tendido y no hay nada. ¿Siempre fue real?
-¿Tengo algo en la cara?- su pregunta me saca del estado de shock y niego tomando el dinero que me ofrece. ¿Será este mi ser amado?