El mago anillero

Capítulo XXV

Dante volvió con sus amigos y les conto lo que había sucedido, a pesar de la rareza de la petición de Harry Potter, ninguno le dio importancia, al menos hasta el día siguiente.

Dante, Ivy y Howard se encontraban estudiaban en la biblioteca cuando Scarlett llego apresurada y con un tono muy alto para la bibliotecaria dijo casi gritando:

-Tenemos problemas.

- ¡Silencio! –grito la bibliotecaria.

-Lo sentimos –respondió Dante, luego miro a Scarlett –hablemos afuera.

Los cuatro amigos salieron de la biblioteca, caminaron hasta un rincón del pasillo y Dante dijo:

- ¿Qué sucedió?

- ¿Recuerdan que Harry Potter le propuso a Dante convertirse en auror?

-Fue ayer así que si –dijo Howard.

-Bueno, hoy se acercó a mí y me propuso lo mismo.

- ¿Qué? –pregunto Ivy.

-Tal como escuchaste y no es todo, hable con algunos compañeros de otras casas y años, no somos los únicos a los que se ha acercado.

-Que el jefe de los autores se acerque a estudiantes que ni siquiera están próximos a graduarse... algo tiene que estar pasando –dijo Dante.

-Para que parezca tener urgencia por encontrar a prodigios y hacerlos aurores tiene que ser serio –dijo Scarlett.

- ¿Qué tan serio? –pregunto Ivy –¿a nivel de Voldemort?

-No, pero no sabría decir si eso es mejor o peor –dijo Dante –algo huele mal en todo esto... vengan conmigo.

Dante llevo a sus tres amigos a uno de los patios en el interior del castillo, específicamente uno que daba a las ventanas de las oficinas de los profesores.

- ¿Qué estamos haciendo aquí? –pregunto Howard.

-Tengo entendido que Harry Potter tomo una oficina desocupada como despacho mientras esta aquí ¿verdad?

-Entiendo, utilizaras tu forma astral mientras estamos aquí para que tengas una coartada –dijo Scarlett –así podrás entrar a su oficina sin levantar sospechas.

-Exacto –Dante se sentó en el pasto del jardín, sus amigos lo imitaron –quedare inconsciente así que hay que hacer que se vea realista –Dante miro a Ivy quien era la más cercana a él, en ese momento –Ivy te pido perdón desde ya.

- ¿Por qué? –pregunto Ivy.

Entonces Dante se acostó reposando su cabeza en el regazo de Ivy.

-Eh... –Ivy se ruborizo en el acto.

-Demonios me gano esta ronda –susurro Scarlett.

Dante separo su forma astral y su cuerpo, miro a Ivy y dijo:

-Lo siento, sé que te incomoda, solo será por esta vez, cuiden mi cuerpo.

Dante hizo su forma astral invisible y se fue flotando hasta las oficinas de los maestros, mientras tanto Ivy miraba sorprendida y ruborizada el cuerpo del chico; y pregunto:

- ¿Cómo... paso esto?

-En definitiva, Dante nació sin pena ajena –dijo Howard.

-Si... –Scarlett miro a la apenada Ivy –¿quieres cambiar?

- ¡No! –Ivy rodeo el pecho de Dante con los brazos.

-Y también con mucha suerte –se quejó Howard.