"En verdad, extraño mi casa"

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Capitulo I. "En verdad, extraño mi casa"

Así como su madre abandono la habitación ella comenzó a empacar su ropa. Conteniéndose por no dar un grito de rabia. No quería irse, su vida de famosa acabaría por un tiempo.

Acabando de guardar todo en su maleta la joven bajo al comedor, allí estaban sus padres sentados en la mesa esperando por su única hija para la hora de cenar. Sin decir palabra se sentó frente a ellos y comenzó a comer.

Nadie hablaba, solo se oía el sonido de los cubiertos chocar contra los platos.

-¡No quiero viajar a Nashville! –ella rompió el silencio y sacando su ira en cada palabra que pronunciaba.

-Brook, lo lamento mucho, son caprichos como estos los que te obligan a irte un tiempo –hablo Alice, su madre.

-¡¿Caprichos?! ¡No son caprichos! –grito hacia su madre -¡¿Y tú piensas hablar?! –dijo hacia su padre.

-Lo siento, pero es así, ya no podemos con tu comportamiento –dijo sereno.

-¡¿Cuál comportamiento?! –chillo nuevamente.

-¡Basta! No más preguntas, acaba de cenar y ve a tu recamara. Sabes perfectamente cuál comportamiento, el de niña mimada –dijo su madre callando a todos.

-Ya no tengo hambre –musito dejando a un lado su plato y marchándose sin mirar a nadie.

Llego a su habitación y no hizo más que tumbarse en la cama a llorar. A los minutos se escuchó un golpe suave a la puerta.

-¡Veté! ¡No quiero hablarte! –exclamo llorando.

-Lo siento, solo quería decirte que deberías dormir, mañana saldrá el viaje –se escuchó la voz triste de su madre.

-No me importa, no quiero saber nada sobre ese maldito viaje –expreso bajo.

-Bueno, solo era eso, descansa. Te amo –habló para luego marcharse.

La noche acabo y la mañana comenzó. El odioso sonido de su despertador le provoco un brinco en la cama. Ella se levantó y se vistió con un jean largo azul, una blusa de tirantes negra con una camisa larga de estampado escoses por encima, unas plataformas negras cerradas y su cabello suelto.

Fue a desayunar y al acabar guardo sus maletas en su auto y ella subió en lugar del chofer, sus padres en la parte de atrás. El camino fue silencio y al llegar allí nadie se hablaba.

“Pasajeros del vuelo A17 con destino a Nashville, Tennessee, favor de abordar por la puerta 4” Se escuchó dos veces y sus padres la abrazaron. Ella subió al avión y sus lágrimas cayeron al ver a sus padres por la ventana mientras se alejaba.

El vuelo transcurrió rápido y al bajar del avión fue por sus maletas y luego por un taxi. Subió al taxi y le citó la dirección de la casa de sus tíos. Al parecer era grande. Una hermosa fachada de ladrillos, techo a dos aguas y enormes ventanales de cristal, lástima que estaba algo lejos de la ciudad, todo a su alrededor era campo y escasa cantidad de casas hermosas y rusticas. Le pago al hombre y bajo sus maletas.

Arrastro las maletas hasta la puerta de la casa, con los nudillos de sus manos toco suave a la puerta. A los pocos segundos una niña de mirar adorable abrió a la puerta, acompañada por un joven que no aparentaba más de 18 años, un chico delgado y de tez clara, ojos castaños y cabello del congruente color.

-¿Hola? –pregunto él examinando con intriga a la recién llegada.

-Hola, yo soy Brook Edwards, dudo que no me conozca –dijo con tono de superioridad –En fin, estoy buscando la casa de los Morrison ¿Podrías… -no alcanzo a acabar su discurso que el joven la interrumpió.

-Ho, ya veo que no recuerdas a tu primo –exclamo fingiendo tristeza.

-Sinceramente no –hablo sonriente.

-Pasa Brook, yo soy Dereck, tu primo –expresó ayudando a la rubia a entrar sus lánguidas maletas dentro de la casa.

Ella observaba el interior de la casa examinando cada esquina del lugar. Ella estaba muy tranquila examinando el lugar con su mirada, cada parte de esto era nuevo, no tenía lujos como su casa, debería acostumbrarse a ya no ser la princesa.

-¡Enanos! ¡Bajen ahora! –grito el chico.

De las escaleras bajan un niño idéntico a la niña que atendió a  la puerta y una joven.

-Brook, ellos son Mike y Kisha, gemelos de 6 años –indico señalando a los dos niños, ambos eran delgaditos, de cabello castaño casi rubio, ojos grises veteados y tez blanca- Ella es Kimberly, 17 años, pronto 18 –apuntó a la chica. Su cabello era castaño chocolate y ojos del mismo tono, tez clara, pero no pálida, algo oscurita y complexión delgada con buenas curvas –Y yo soy Dereck, 18 años –dijo apuntándose a él mismo con una sonrisa en su rostro.

-Bien… -se notaba nerviosismo en su voz, carraspeo la garganta y prosiguió con más naturalidad –Hola, bueno, ¿Para qué presentarme si saben todo de mí? Digo ¿Quién no conoce mi trabajo? –una sonora risa se le escapo y se tornó seria al ver que sus primos no reconocían su trabajo -¿En verdad no saben quién soy? –se sorprendió.

-No, ni nos interesa, serás una más el resto del tiempo que pases aquí –hablo Dereck con firmeza y mando a los chicos a sus habitaciones –Kimberly enséñale su cuarto –dijo y se fue.

-Bueno, sígueme Brook –dijo alegre.

-Creo que me caes mejor que el ogro de Dereck, pero ¿En verdad no saben quién soy? –pregunto y su prima negó.

-Ok, no interesa, vamos –dijo llevando una valija y Brook llevaba otra.

Llegaron a la parte superior de la casa y la guio a una habitación, dejo su ropa y Kimberly se fue dejándola sola mientras examinaba el lugar.

-En verdad, extraño mi casa –dijo sentándose en su cama observando todo.

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Brook en imagen.

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2015 ⏰

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